Matilda de Roald Dahl, el musical ya está disponible en Netflix con una nueva actriz para meterse en la piel de Agatha Trunchbull, la aterradora directora del colegio al que va la protagonista. Se trata de una campeona olímpica cuyo principal hobbie es tortura a niños, algo que se le da muy bien y por lo que es temida allá por donde pasa. En el largometraje de 1996, este personaje fue interpretado por Rhea Perlman, y ahora ha sido Emma Thompson quien ha recogido el testigo de la artista convirtiéndose en la nueva Trunchbull en el largometraje de Matthew Warchus. En un nuevo vídeo publicado en la cuenta oficial de Instagram de Netflix se ha mostrado el proceso de maquillaje por le que atravesó Thompson para convertirse en este singular personaje:
Un gran trabajo de maquillaje acompañado de una excelente interpretación
"Fue un proceso muy colaborativo. El equipo de producción tenía un montón de planes. El director, Matthew Warchus, quería que usara lentillas oscura para cambiar mi aspecto porque según él tengo unos 'adorables ojos azules'. Y yo le dije: 'pero Hitler tenía ojos azules", comentaba la actriz. El proceso que siguió para convertirse en Trunchbull es bastante complejo aunque no lo parezca a simple vista.
Bajo todos esos quilos de maquillaje y prótesis está Thompson blandiendo una interpretación fantástica que ha ayudado a impulsar el musical de Matilda, que ha pasado un poco desapercibido a pesar de ser uno de los proyectos más vistos estos últimos días.
"Puede parecer exagerada, muy almibarada cuando se pone profunda o incluso excesiva en su envoltorio -la producción de Netflix no tiene término medio y es bastante larga-, pero si se le concede una oportunidad, es capaz de atrapar al espectador con sus credenciales. Matilda: El musical es una gran película, una soberbia adaptación de la historia original y un elaborado cuento infantil", os comentábamos en nuestra crítica publicada en Vandal Random.
