Algunas nos tenemos que conformar con hacer parkour en juegos como Assassin's Creed o Dying Light, con el fin de evitar por todos los medios partirnos la crisma contra el asfalto. Pero ya hay hasta robots que se atreven con esta exigente disciplina: hablamos de los bípedos Atlas de Boston Dynamics, que en un nuevo vídeo han hecho gala de su excelente agilidad a la hora de sortear los obstáculos.
Boston Dynamics consigue que sus robots se muevan mejor que nosotros
Tal y como señala la compañía de Waltham, el parkour es "el escenario perfecto" para que los ingenieros de Atlas experimenten con las capacidades de estos robots bípedos. Los hemos visto hasta caer de la forma más humana posible, y ahora el equipo ha conseguido que se muevan de manera envidiable por un circuito de obstáculos. De hecho, son capaces de hacer un salto mortal hacia atrás (ya son capaces de más cosas que yo).
"En este vídeo, nuestros robots humanoides demuestran su atletismo, manteniendo su equilibrio a través de una variedad de actividades de alta energía que cambian rápidamente", detallan desde la compañía en la descripción del metraje. "A través de saltos, vigas de equilibrio y saltos, demostramos cómo llevamos a Atlas al límite para descubrir la próxima generación de movilidad, percepción e inteligencia atlética".
Lo cierto es que no nos extraña escuchar a Boston Dynamics hablar de estas cuestiones. La compañía ha sido recientemente adquirida por Hyundai por un acuerdo de 1100 millones de dólares; entre los objetivos de la firma se encuentra el de "reinventar" lo que se puede hacer cuando se combina la robótica con la locomoción tradicional. Así que áreas como la de la movilidad es en estos momentos un punto importante para Boston Dynamics.
Y, a juzgar por los resultados que vemos en el vídeo, parece que la compañía avanza por buen camino. Hay que señalar que los movimientos de los Atlas no han sido programados previamente: los ingenieros sostienen que los robots "adaptan" sus movimientos según los obstáculos que aparecen frente a ellos, gracias a un patrón de comportamiento que ayuda a los robots a saber cómo moverse dependiendo de las circunstancias.
