Activision despidió por insubordinación a Jason West y Vince Zampella, presidente y director ejecutivo, respectivamente, del estudio Infinity Ward, padres de Call of Duty, el día antes de anunciar el establecimiento de una división interna en la estructura de la compañía para centrarse en el negocio de esta saga.
Ahora, los ejecutivos despedidos han presentado una demanda contra Activision en la que reclaman compensaciones económicas y derechos contractuales sobre la marca Modern Warfare, por lo que consideran un cese inapropiado de su relación laboral.
El abogado que presenta la demanda, Robert Schwartz, ha afirmado que "en vez de agradecer, alabar, o simplemente pagar a Jason y Vince por darle a Activision el producto de entretenimiento de mayor éxito que han llegado a ofrecerle al público", señala, "Activision contrató a abogados para llevar a cabo una 'investigación' pretextual bajo cargos no demostrados e insustanciales de 'insubordinación' y 'ruptura del deber financiero' que ha servido como base para su despido el lunes, 1 de marzo."
Además, ha señalado que han sido despedidos antes de que recibieran unos "sustanciosos pagos porcentuales" en concepto de royalties sobre las ventas de Modern Warfare 2, lo que podría afectar no sólo a los ejecutivos, sino a todo el personal del estudio. Activision podría haber asegurado ya a los empleados que recibirán su pago.
