Keira Knightley se quejaba recientemente de cómo la saga de 'Piratas del Caribe' arruinó su reputación en Hollywood hasta tal punto de querer evitar participar en más grandes sagas de acción. La actriz británica ha participando en múltiples proyectos de corte independiente después de 'La venganza de Salazar' en 2017, uno de los filmes más criticados de la serie de piratas de Disney que despidió a Johnny Depp entre polémicas. Knightley ha demostrado su talento en obras como 'Colette', 'El día que vendrá', 'Secretos de Estado' y hasta 'El estrangulador de Boston' para Hulu, una ficción destinada a streaming que sorprendió gratamente a la audiencia. Ahora, la actriz presenta el que puede ser su mejor trabajo desde su paso por la Casa del Ratón; 'Palomas negras', su thriller para Netflix, es una grata sorpresa a pesar de no ofrecer nada nuevo.
'Palomas negras' no es lo mejor del género pero sí es lo más destacado de Keira Knightley desde 'Piratas del Caribe'
'Palomas negras', bajo la dirección de Alex Gabassi y con guion de Joe Barton, sigue a Helen Webb una espía de profesión que durante diez años ha estado filtrando los secretos de su marido, un político, a la misteriosa organización para la que trabaja: las Palomas Negras. Tras el asesinato de su amante secreto Jason, su jefa Reed recurre a un viejo amigo de Helen, Sam Young, para que la proteja. Ambos tratan de investigar quién asesinó a Jason, lo que les llevará a descubrir una compleja red de conspiraciones que conecta el oscuro submundo londinense con una crisis geopolítica inminente. Ben Whishaw ('Sin tiempo para morir') acompaña a Knightley en esta serie de espionaje que, sin ser realmente nada novedoso en el género, funciona gracias las fabulosas interpretaciones de sus protagonistas y a la entrega de estos en pantalla. Netflix está realizando un giro de timón con sus producciones buscando navegar entre las aguas de la calidad en vez de la cantidad.
El relato de Gabassi no despunta en ninguno de sus aspectos por ser un thriller sobresaliente y rompedor que vaya a ser recordado como uno de los productos más notables de la televisión reciente. Pero sí ofrece un buen espectáculo gracias a su acertado elenco, permitiendo que Keira Knightley pueda seguir creciendo en papeles protagónicos demostrando su polivalencia con diálogos afilados y secuencias de acción que sorprenden gratamente al rechazar el uso de música y efectos de sonido abusivos para así centrar la cámara en los golpes y la tensión que respiran los contendientes del conflicto. Parece una ridiculez, pero a veces también sienta genial poder disfrutar de una secuencia de pelea y tiroteo sin la necesidad de escuchar nada más que el ruido que generan los propios involucrados, sin seguir la estela de John Wick y su cortina de violencia rockera y tecno.
Aplausos, también muy merecidos, para Ben Whishaw, que tras su paso por la saga de James Bond de Daniel Craig obtiene aquí un papel principal metiéndose en la piel de una especie de mercenario que puede con todos. La química entre sendos actores mencionados es muy sólida y lo suficiente para que te creas la historia, así que tampoco se le puede pedir mucho más a esta ambiciosa serie que puede triunfar en Netflix con suma facilidad gracias a sus ingredientes. Lo único malo, son los constantes flashbacks que se realizan para ahondar en la vida de los protagonistas, puesto que a veces entorpecen la narrativa principal haciendo que el relato no avance.