Un equipo de astrofísicos ha trazado un detallado mapa tridimensional de la Burbuja Caliente Local (LHB, por sus siglas en inglés), una región de gas caliente y baja densidad que rodea nuestro sistema solar. Este nuevo mapa, basado en datos del telescopio espacial eROSITA, reveló un descubrimiento sorprendente: un túnel interestelar que conecta la LHB con otra burbuja situada en la constelación de Centauro. Este fenómeno, nunca antes registrado, plantea la posibilidad de que el espacio interestelar esté tejido con una red de canales de gas moldeados por explosiones de supernovas y vientos estelares.
Un vecindario en constante evolución
La LHB, descubierta hace cinco décadas, es una región clave para entender nuestro entorno cósmico. Este mapa tridimensional mostró que la burbuja no es uniforme, con variaciones de temperatura entre sus puntos más fríos y calientes. Estas diferencias se atribuyen a antiguas supernovas que expandieron la burbuja, recalientándola y aumentando su tamaño. Curiosamente, los datos también revelaron que el hemisferio norte galáctico es más frío que el sur y que la burbuja se extiende hacia los polos de la galaxia.
El túnel de Centauro y otras conexiones cósmicas
El hallazgo del túnel hacia la constelación de Centauro no es un caso aislado. Los datos de eROSITA también identificaron otra conexión interestelar, conocida como el túnel Canis Majoris, que une la LHB con la Nebulosa de Gum, una superburbuja ubicada a más de 450 años luz de distancia. Estas conexiones sugieren la existencia de una vasta red de túneles de gas caliente entre burbujas cósmicas, que podrían ser fundamentales para la estructura y dinámica de la Vía Láctea.
La retroalimentación estelar como arquitecto galáctico
Los investigadores creen que estos túneles son el resultado de la retroalimentación estelar, un proceso en el que vientos estelares, explosiones de supernovas y chorros de estrellas recién formadas moldean el gas interestelar. Estas fuerzas colectivas no solo generan estructuras como la LHB, sino que también podrían estar interconectando regiones galácticas distantes, creando un complejo sistema de transporte de gas y energía a través de la galaxia.
Un paso hacia la exploración galáctica
El Sol, que ingresó a la LHB hace apenas unos millones de años, ocupa actualmente una posición central en esta burbuja, aunque su movimiento constante por la galaxia lo llevará eventualmente a un nuevo entorno interestelar. Este descubrimiento del túnel hacia Centauro y la red de conexiones cósmicas resalta la importancia de continuar explorando el espacio interestelar. Estudios como este no solo amplían nuestro conocimiento sobre la estructura de la Vía Láctea, sino que también podrían ser clave para futuras misiones espaciales y nuestra comprensión del universo.