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Crítica 'Wicked' - Ariana Grande y Cynthia Erivo revitalizan el género musical en un filme destinado al éxito como 'Wonka'

Una película que no teme dirigirse a los amantes de los musicales y que da lo que promete, puro Broadway.

Cuando una película se basa en un musical tan icónico y con tanto recorrido como Wicked, las expectativas son titánica; y Jon M. Chu, director de éxitos como Crazy Rich Asians (Locamente millonarios) y En un barrio de Nueva York, no solo las cumple: las lanza por los aires, desafiando la gravedad, como su protagonista. Esta adaptación es un canto al teatro de Broadway, un espectáculo que entiende, abraza y celebra su origen sin miedo a ser lo que es: una carta de amor a los musicales.

El corazón de Wicked late con fuerza en la relación de sus dos protagonistas: Elphaba, una joven marginada con piel verde e ideales de acero, y Glinda -Galinda-, la rubia carismática que sueña con ser adorada por todos y la más popular. Cynthia Erivo y Ariana Grande se transforman en estas brujas legendarias y opuestas, llenando cada escena de una química tan poderosa que dan ganas de aplaudir en medio de la sala.

Ariana Grande se aleja lo máximo posible del estilo de diva pop

Grande interpreta a una Glinda sorprendente, muy alejada de su imagen de diva pop. Aquí, su comedia física —esas muecas, esos gestos exagerados, ese toque casi de marioneta viviente muy de musical— convive con momentos emotivos. Es como si Barbie se cruzara con un personaje de Cabaret. ¿Y Erivo? Su Elphaba es una fuerza de la naturaleza, con una vulnerabilidad que rompe corazones y una voz que llega a superar a la de Grande, algo que parece casi imposible. Su interpretación de "Defying Gravity" es más que un momento musical; es un manifiesto.

'Wicked' es una oda a Broadway

En términos de espectáculo, Wicked es un triunfo. Cada número musical es una fiesta para los sentidos, desde la extravagante "Popular" hasta la sobrecogedora "The Wizard and I". Chu y su equipo de coreógrafos y diseñadores de producción orquestan una sinfonía visual que hará las delicias tanto de los fans de Broadway como de los nuevos espectadores. Además, conocen al dedillo a su público objetivo y además de familias, teniendo en cuenta las fechas navideñas, se dirige directamente a los fans de los musicales. Escenas en las que bailan voguing y alguna que otra ‘mamarrachada’ que van a enloquecer a este tipo de público.

Demasiado colorido para algunos, al igual que 'Wonka'

Chu convierte Oz en un mundo vibrante, lleno de detalle, quizá demasiado coloridos y que recuerdan infinitamente al éxito de Timothée Chalamet Wonka. Que parezca atrezo y escenarios teatrales es una cuestión deliberada que además rebaja el nivel de CGI que deben de integrar con distintos elementos de la cinta y los propios animales que aparecen. De hecho, la creación de estos es lo que más saca de la película Además, continúa con el toque Bordway que es lo esperable y lo que merece la película. Además, se integran a la perfección con las coreografías constantes del filme.

Que la historia esté dividida en dos partes es su gran pero

Uno de los momentos más mágicos es el baile silencioso entre Glinda y Elphaba durante "Dancing Through Life". Chu utiliza el lenguaje del cine para darle una intimidad que en el teatro es imposible: un plano cercano de sus miradas compartidas, pequeños gestos que dicen más que cualquier letra. Es en este instante donde sentimos que, a pesar de sus diferencias, estas dos mujeres están destinadas a cambiarse la vida mutuamente. La decisión de dividir la historia en dos películas parece bastante arriesgada, de hecho sería su gran pero, pero permite a Chu explorar con calma las complejidades de Oz. Sin embargo, esta primera parte deja un sabor agridulce: justo cuando las cosas alcanzan su clímax emocional, toca esperar a la parte 2.

Entre las interpretaciones secundarias, Jeff Goldblum como el embaucador Mago de Oz y Jonathan Bailey como el despreocupado Fiyero son joyas que complementan la historia. Al igual que Michelle Yeoh, quién hasta se anima a cantar. Wicked además no teme tocar temas menos optimistas y coloridos como el racismo, la injusticia y la pasividad cómplice, recordándonos que Oz no es solo un mundo de colores y canciones.

Aquí, el "bien" crea al "mal" para su propio beneficio, y la lucha de Elphaba es más relevante que nunca en un mundo que todavía lidia con el rechazo a lo diferente. En definitiva, esta cinta es mucho más que una adaptación: es una experiencia. Grande y Erivo, redefinen a Glinda y Elphaba para una nueva generación, con guiños y tributos al propio musical dentro de la película; y aunque esta primera parte nos deja colgados en el aire, promete que lo mejor está por venir.

Hemos visto la película completa en adelanto gracias a la cortesía de Universal Pictures International Spain.

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