Colonizar el espacio depende, por supuesto, de la última tecnología en ingeniería y en telecomunicaciones, pero el factor humano es muy importante. Las personas necesitan comer pero también el ocio, para mantener la salud mental y no llevar al traste la misión. La NASA, bien conocedora de esto, en su última simulación de base en Marte decidió incluir una PlayStation 4.
Anca Selariu, una microbióloga de la Marina de los EE. UU., ha descrito a The Guardian su experiencia de vivir durante un año en una simulación de Marte como "absolutamente emocionante". Selariu fue una de los cuatro miembros de la tripulación de la NASA que participaron en la misión CHAPEA 1 (Crew Health and Performance Exploration Analog), un proyecto destinado a replicar las condiciones de vida en Marte. Durante 378 días, el equipo vivió en Mars Dune Alpha, una hábitat impreso en 3D de 518,16 metros cuadrados ubicado en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, diseñado para simular los desafíos que enfrentarán los astronautas en Marte.
Mantener la mente ocupada es clave
Además de los desafíos logísticos y técnicos, la tripulación tuvo que encontrar maneras de mantenerse entretenida y mentalmente sana durante el largo periodo de aislamiento. Selariu reveló que sus actividades de ocio incluían ver mucha televisión, leer libros previamente descargados, y potenciar sus habilidades en la pintura, aunque admitió que no tuvo mucho éxito en este último hobby.
Una de las principales fuentes de entretenimiento fue una PlayStation 4 , que les permitió disfrutar de una variedad de juegos, incluyendo títulos de estrategia y construcción de mundos. Esta consola proporcionó un escape mental y una manera efectiva de reducir el estrés en un entorno tan restrictivo.
La misión CHAPEA 1 no solo implicó la vida aislada y la autogestión de recursos, sino también la simulación de emergencias y la realización de trabajos intensivos. La científica destacó la importancia de estas experiencias para entender cómo los humanos se adaptarán a las condiciones de aislamiento y confinamiento en Marte. Uno de los aspectos más desafiantes fue la comunicación con el control de la misión en la Tierra, que tenía un retraso de 22 minutos, lo que requería una planificación y formulación cuidadosa de los mensajes. Esta experiencia le permitió a la tripulación desarrollar una comprensión más profunda de la conexión con la Tierra y la importancia de esa relación.
Autosostenibles
Durante su estancia, la tripulación tuvo que cultivar sus propios alimentos, como tomates y lechugas, para complementar las comidas liofilizadas. Selariu compartió que la presencia de plantas vivas en el hábitat fue una fuente de alegría y un recordatorio tangible de la vida en la Tierra. Esta conexión con elementos naturales fue crucial para mantener el bienestar emocional y mental de la tripulación en un entorno tan aislado. Además, el equipo realizó actividades recreativas como ver televisión, leer, pintar y jugar videojuegos para gestionar el estrés y fortalecer los vínculos entre ellos.
El diseño de Mars Dune Alpha incluyó un invernadero, una área médica, equipo de ejercicio, una sala de estar y habitaciones privadas para cada miembro de la tripulación. Esta configuración no solo replicó las condiciones físicas de un hábitat en Marte, sino que también permitió a los investigadores observar cómo los astronautas manejarían el tiempo libre y las interacciones sociales en un entorno de larga duración. La misión también proporcionó datos valiosos sobre la salud y el rendimiento de la tripulación, que serán fundamentales para futuras misiones a Marte.