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Un yacimiento en Atapuerca demuestra cómo los primeros humanos ya cuidaban de las personas con discapacidad

Ya cuidaban de los débiles hace más de medio millón de años.

La campaña de excavaciones en los yacimientos de Atapuerca ha comenzado nuevamente, siendo esta la número 46. Este año, las expectativas están puestas en el nivel TD6 de la Gran Dolina, una cueva donde desde los años noventa se han descubierto fósiles de diversas especies animales. Sin embargo, uno de los hallazgos más significativos ocurrió en 2001 en la Sima de los Huesos, donde se encontraron restos de al menos 29 individuos, incluyendo un cráneo peculiar apodado Benjamina. Este cráneo, que parecía de un niño, se dató en al menos 530.000 años de antigüedad y tras años de análisis, ahora su historia demuestra cómo los primeros humanos cuidaban de los más débiles.

El proceso de reconstrucción del cráneo de Benjamina fue arduo. Después de secarlo a temperatura ambiente y lavarlo, el cráneo se desintegró en muchos fragmentos. La tarea de reconstruirlo fue como armar un complejo rompecabezas. Ignacio Martínez y Ana Gracia Téllez lideraron la reconstrucción y pronto se dieron cuenta de que el cráneo tenía una malformación provocada por una sutura craneal soldada antes de tiempo. Se determinó que Benjamina era una niña preneandertal con craneosinostosis, una condición rara que afecta el crecimiento del cráneo y el cerebro.

Craneosinostosis que provocó una deformidad

En 2009, se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) el estudio que describía la dolencia de Benjamina. La craneosinostosis provoca una forma anormal del cráneo y puede limitar el crecimiento cerebral. A pesar de su condición, que le habría causado retraso psicomotor, Benjamina sobrevivió hasta los diez años gracias a los cuidados de su grupo. Este descubrimiento destaca la capacidad de altruismo y cohesión social entre los homínidos de esa época, aspectos cruciales en su evolución.

Ana Gracia Téllez, quien encontró el cráneo de Benjamina, profundizó en la investigación de las causas de la craneosinostosis. Tras descartar causas genéticas y metabólicas, la teoría más plausible fue una causa traumática durante el embarazo. La investigación reveló que Benjamina nació con esta patología, lo que implicaba que su grupo tuvo que proporcionarle un cuidado excepcional para su supervivencia. Esta deducción, recogida por El Confidencial, arroja luz sobre la complejidad social y el altruismo de los pre-neandertales.

El descubrimiento de Benjamina no es el único caso de discapacidad en los fósiles de Atapuerca. Otro hallazgo significativo es la Pelvis Elvis, de un individuo que vivió con limitaciones físicas. Estos descubrimientos sugieren que los grupos de homínidos mostraban altos niveles de cohesión y cuidado hacia los miembros más vulnerables. Esta hipótesis de selección a nivel de grupo plantea que el altruismo pudo haber jugado un papel vital en la supervivencia y evolución de las especies humanas.

La historia de Benjamina, la niña discapacitada de Atapuerca, revela un aspecto profundamente humano de nuestros antecesores. La capacidad de cuidar a los individuos más débiles y el desarrollo de una sociedad compasiva son elementos que podrían haber sido decisivos en la evolución de nuestra especie. Este hallazgo no solo proporciona información sobre las enfermedades del pasado, sino que también nos invita a reflexionar sobre los fundamentos de la humanidad y la importancia del altruismo en nuestra supervivencia como especie.