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Cambio en el aspecto del Tiranosaurio rex: el dinosaurio tenía labios y no se le veían los dientes

Un nuevo estudio sugiere que los dinosaurios depredadores, en concreto los tetrápodos como el T.rex, no tenían los dientes expuestos como se muestra en películas como 'Parque Jurásico'.

Parque Jurásico se vuelve a equivocar. Un nuevo análisis científico sugiere que los grandes dinosaurios depredadores, como el Tyrannosaurus rex, no tenían los dientes permanentemente expuestos como se representa en películas y dibujos, y que poseían de labios escamosos similares a los de los lagartos. Estos grandes seres cubrían y sellaban sus bocas, como los dragones de Komodo. El artículo, que se ha publicado en Science, ha supuesto un auténtico terremoto en la paleontología.

Un nuevo cambio en el aspecto del Tiranosaurio: con grandes labios carnosos y escamosos

Como ya habíamos comenzado a ver en documentales como Prehistoric Planet, el aspecto de los dinosaurios ha vuelto a cambiar. Sí, ya sabíamos que los T.rex eran más inteligentes que un chimpancé y que sus hábitos de caza eran más complejos de los que creíamos en un principio. Más allá de las plumas que cubrían el cuerpo de algunos dinosaurios, ahora un nuevo estudio sugiere que los terópodos no tenían bocas donde los dientes superiores perpetuamente visibles: poseían labios.

Ahora, un equipo internacional de investigadores cuestiona algunas de las representaciones más conocidas y afirma que estos dinosaurios tenían labios parecidos a los de los lagartos y a los de su pariente, el tuatara, un reptil muy extraño que únicamente se encuentra en Nueva Zelanda. Se trata de un estudio detallado en el que se ha examinado la estructura de los dientes, los patrones de desgaste y la morfología de la mandíbula de los grupos de reptiles labiados y no labiados, algo que ha llevado a descubrir que la anatomía y funcionalidad de la boca de los terópodos se parece más a la de los lagartos que a la de los cocodrilos. ¿Qué significa esto? Pues que los tejidos bucales son similares a los esgrimidos por los lagartos, incluidos los habituales labios escamosos que cubren sus dientes.

El dragón de Komodo es el ejemplo vivo de cómo luciría la mandíbula de un T.rex

No son labios similares a los de los mamíferos, ya que no pueden moverse de forma independiente, y tampoco pueden doblarse hacia atrás ni realizar muecas habituales en los seres humanos y otros animales. "A los paleontólogos les suele gustar comparar animales extinguidos con sus parientes vivos más cercanos, pero en el caso de los dinosaurios, sus parientes más cercanos han sido evolutivamente distintos durante cientos de millones de años y hoy están increíblemente especializados", explicaba el coautor del estudio, Derek Larson, Director de Colecciones e Investigador en Paleontología del Museo Real de Columbia Británica (Canadá). "Es sorprendente lo parecidos que son los dientes de los terópodos a los de los lagartos monitor", matiza, mientras confirma que el dragón de Komodo hace gala de un aspecto similar al que podría lucir el T.rex aunque no estén emparentados.

El coautor, doctor Mark Witton, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), uno de los ilustradores más conocidos del paleoarte, también ha destacado cómo la cultura popular ha ido mostrando los dientes de estos animales como forma de libertad artística que se ha perpetuado hasta nuestros días. "Los artistas de dinosaurios han ido y venido sobre los labios desde que empezamos a restaurar dinosaurios durante el siglo XIX, pero los dinosaurios sin labios se hicieron más prominentes en las décadas de 1980 y 1990. Entonces se arraigaron profundamente en la cultura popular a través de películas y documentales: Parque Jurásico y sus secuelas, Caminando entre dinosaurios, etcétera", explica Witton. "Todo reflejaba la preferencia por una nueva estética de aspecto feroz más que un cambio en el pensamiento científico", añade.

Los labios protegían los dientes de carnívoros como el T.rex, que no eran tan grandes como se creía

El estudio descubrió que el desgaste de los dientes en los animales sin labios difería al mostrado por los dinosaurios carnívoros, algo que también se completó con el tamaño de los dientes y la distribución de los nervios y de la sangre a través de las encías y los tejidos que rodeaban la boca, con más similitud a la de los lagartos que a la de los cocodrilos. "Como le dirá cualquier dentista, la saliva es importante para mantener la salud de los dientes", explica la coautora Kirstin Brink, Profesora Adjunta de Paleontología de la Universidad de Manitoba (Canadá). Al parecer, los dientes de este tipo de dinosaurios tenían un esmalte muy fino, y los labios ayudaban a protegerlos.

"Aunque en el pasado se ha argumentado que los dientes de los dinosaurios depredadores podían ser demasiado grandes para estar cubiertos por los labios, el estudio demuestra que, en realidad, sus dientes no eran atípicamente grandes", Thomas Cullen, profesor adjunto de Paleobiología en la Universidad de Auburn (Estados Unidos) y autor principal del estudio. Aún así, algunos afirman que no se sabe el aspecto que realmente tenían estos dinosaurios pese a que hay cada vez más estudios y detalles sobre ellos. "Algunos opinan que no tenemos ni idea del aspecto de los dinosaurios más allá de rasgos básicos como el número de dedos de manos y pies. Pero nuestro estudio y otros similares demuestran que cada vez conocemos mejor muchos aspectos del aspecto de los dinosaurios", concluye Witton, haciendo alusión a los cambios estéticos y morfológicos de estos animales.