El gobierno francés tuvo una idea: lanzar una aplicación para teléfonos inteligentes que otorgase 300 euros a cada joven para compras culturales. La idea del ejecutivo de Emmanuel Macron era la de incentivar la compra de libros, música, entradas para el cine o museos, así como de otros productos culturales. Sin embargo, el impulso de la mayoría de los jóvenes fue claro: comprar los mejores cómics y mangas disponibles en las librerías.
Los adolescentes de Francia acudieron en masa al manga
Tal y como informan desde el New York Times, la iniciativa ha sido todo un éxito en términos generales. "Creo que es una muy buena iniciativa" ha comentado Juliette Sega, quien vive en un pequeño pueblo en el sureste de Francia y ha usado alrededor de unos 40 euros para comprar cómics japoneses y The Maze Runner, la conocida novela distópica.
"Soy un consumidor constante de novelas y manga, y eso me ayuda a pagarlos", explicaba Sega, una de las personas que se han podido beneficiar de la iniciativa del gobierno francés. La lectura ha sido la gran ganadora de este formato de ayuda, pues los libros han representado más del 75 por ciento de todas las compras realizadas a través de la aplicación desde que se presentó en todo el país en mayo.
Curiosamente, dos tercios de esos libros vendidos han correspondido a tomos de manga, y según la organización que administra la aplicación, llamada Culture Pass, eso ha sorprendido a todos. "Se ha desatado la fiebre del manga", han explicado desde los medios franceses, que han asistido a un despertar cultural relacionado con los cómics japoneses. Es cierto que, a día de hoy, comprar libros o mangas es de lo mejor que se puede hacer, pues la app llegó cuando los teatros, cines y festivales de música, estaban tímidamente emergiendo de nuevo tras un año cerrados o con restricciones, adaptándose a las medidas sanitarias y a las nuevas recomendaciones por el avance de la variante delta del coronavirus.
En cualquier caso, el manga y el cómic siempre han sido muy populares en Francia, un país que respeta a sus autores y que considera la narrativa a través de las viñetas como un arte mayor. El Culture Pass brinda una libertad casi total a su beneficiario, pues permite comprar casi cualquier cosa, y el objetivo del gobierno siempre fue ese: abrir puertas a la cultura menos accesibles para los ciudadanos del país. De esta manera, todos los franceses de 18 años pueden activar el pase desde su smartphone y gastar 300 euros, durante un máximo de dos años en la aplicación, en la que más de 8000 empresas e instituciones han incluido sus ofertas y promociones. Gracias a la iniciativa, miles de jóvenes han comprado artículos físicos en librerías, tiendas de discos, establecimientos alternativos e incluso comprar entradas para cines o teatros. O incluso acceder a cursos de baile, pintura o interpretación.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, había convertido esta app en una de sus promesas de campaña más interesantes. Cuando la llevó a cabo, aludió a que era "una formidable victoria" para Francia y su manera de defender la cultura. "Ahora no podrán decir 'no puedo permitirme esta película o este libro'", llegó a argumentar en su presentación el pasado mayo. Aún así, la oposición y ciertos sectores de la sociedad no creen que esto ayude especialmente a aumentar el consumo de cultura. Creen que otorgar a cerca de 825.000 adolescentes de dinero en efectivo y esperar a que se aficionen a leer, ver películas o conocer las grandes obras de arte es un desperdicio ingenuo del dinero de los contribuyentes, pues el desarrollo de la app y los acuerdos llegados con cines, editoriales y otros, ha llevado a gastar al ejecutivo más de 80 millones de euros, una mínima fracción de un presupuesto de 4000 millones, pero importante para muchos ciudadanos que no ven con buenos ojos el sistema.
"No es necesario presionar a los jóvenes para que vayan a ver la última película de Marvel. Los jóvenes pueden interesarse en la cultura coreana a través del K-Pop y luego descubrir que hay todo un cine, una literatura, pintores y compositores que la acompañan", concluía Jean-Michel Tobelem, profesor asociado de la Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne, experto en cultura, que entiende a todos aquellos que dicen que la app es una forma de "compra de votos" para los adolescentes de cara a las elecciones del año próximo.