Los juegos de mundo abierto "perdidos" de Naruto creados por Ubisoft
Muy pronto, el 17 de noviembre, vamos a poder disfrutar de Naruto x Boruto: Ultimate Ninja Storm CONNECTIONS, el que promete ser el juego más completo de este popular y exitoso manga creado por Masashi Kishimoto. A lo largo de los años, el ninja de Konoha ha protagonizado un buen puñado de videojuegos, entre los cuales suelen destacar los pertenecientes a las sagas Ultimate Ninja Storm de CyberConnect2 y los Clash of Ninja (Gekito Ninja Taisen en Japón) aparecidos tanto en GameCube como en Wii.
Sin embargo, hay dos juegos muy especiales que, a pesar de ganarse el cariño de los fans que decidieron darles una oportunidad, suelen quedar un poco más olvidados y no son tan conocidos, motivo por el que hoy queremos aprovechar para reivindicarlos y recordar por qué nos gustaron tanto. Sí, hablamos de Naruto: Rise of a Ninja y Naruto: The Broken Bond, dos aventuras exclusivas para Xbox 360 que nos permitieron sumergirnos en este universo de una forma única.
Una adaptación única y diferente
Lo primero que llama la atención de estos dos juegos es, sin duda, el hecho de que no estén desarrollados por un estudio japonés. No en vano y por difícil que os pueda resultar de creer a día de hoy, estamos hablando de unas producciones que fueron responsabilidad de Ubisoft Montreal, a quienes muchos conoceréis por su trabajo en sagas como Far Cry, Prince of Persia, Splinter Cell o Assassin’s Creed.
Sin embargo, lo que realmente hace destacar a estas obras es el planteamiento que tienen. En vez de apostar por el enésimo juego de lucha o acción basado en la serie, Ubisoft nos propuso revivir la historia del manga con unas aventuras de mundo semiabierto que nos daban total libertad para explorar Konoha y sus alrededores, mejorar a nuestro personaje, participar en minijuegos y actividades secundarias, usar nuestras habilidades ninja para encontrar secretos y abrir caminos y, por supuesto, librar intensos combates. Y todo ello siguiendo con muchísima fidelidad el guion del anime desde sus mismos inicios, llegándose a detener incluso en partes que suelen ser dejadas de lado por otros videojuegos, como los primeros capítulos en los que nos mostraban la relación de Naruto con Iruka.
La primera entrega, Rise of a Ninja, llegó al mercado en el año 2007, y fue el primer videojuego de la serie en atreverse a ofrecernos una aventura de este tipo, algo que en su día resultó muy refrescante y llamativo. Más allá del gustazo que era para cualquier fan poder disfrutar de un título de estas características y tan cuidado de su anime favorito, el juego también destacó por sus combates, ya que a la hora de pelear la jugabilidad se transformaba y pasaba a convertirse en un juego de lucha uno contra uno con una cámara similar a la de Tekken o SoulCalibur, es decir, lateral y con la posibilidad de movernos hacia el fondo o hacia la pantalla.
Evidentemente, el sistema de combate no era demasiado profundo, ya que apostaba por la accesibilidad y el espectáculo ante todo, pero estaba muy bien resuelto, era divertido y contaba con una mecánica que recreaba a la perfección la forma en la que los personajes realizan sus técnicas en la serie. Al igual que en el manga, para poder utilizar nuestros movimientos especiales debíamos realizar sellos con las manos en el orden adecuado, algo que podíamos hacer presionando un botón y utilizando el stick derecho y el izquierdo. Dependiendo de la combinación de direcciones de ambos sticks, haríamos un sello u otro, y si hacíamos la secuencia adecuada podríamos cargar nuestro chakra para ejecutar el jutsu en cuestión. Evidentemente, hacer todo esto requería tiempo y nos dejaba totalmente expuestos, así que el contrario podía interrumpirnos con tan solo un golpe, obligándonos a buscar el momento adecuado para realizar nuestras técnicas.
Como veis, se trata de un juego original, diferente, fiel al material original y que ofrecía una buena mezcla de géneros que conseguían sumergirnos de verdad en este universo lleno de ninjas, aunque eso no quiere decir que fuera perfecto. A nivel argumental solo cubría desde el principio de la serie hasta la batalla entre Naruto y Gaara cuando en aquel entonces tanto el manga como en el anime ya estaban en la etapa de Shippuden, la narración por medio de capturas estáticas de la serie le quitaba encanto, se quedaba un poco corto de contenidos y su modo multijugador competitivo tenía un plantel escaso y muy desequilibrado. Eso sí, que contase con temas musicales extraídos directamente de la banda sonora original del anime fue todo un puntazo.
La secuela que lo mejoró todo
Por suerte, no tuvimos que esperar mucho para disfrutar de una secuela y al año siguiente, en 2008, Ubisoft repitió la jugada con Naruto: The Broken Bond. En esencia, fue una segunda parte de manual que mejoró en todo a su predecesor, ofreciéndonos una aventura mucho más grande, ambiciosa, pulida y de mayor escala, algo que se dejaba notar en cosas como las secuencias de vídeo, las cuales ahora estaban hechas con el motor del juego y eran cinemáticas de verdad.
Como podréis suponer, la historia arranca justo donde lo dejó el juego anterior, permitiéndonos protagonizar el fatídico duelo entre el Tercer Hokage y Orochimaru. Partiendo de ahí, reviviremos las sagas completas tanto de la búsqueda de Tsunade como la de la recuperación de Sasuke, lo que también sirvió de excusa a Ubisoft para hacer un mapa más grande que va mucho más allá de Konoha y sus bosques.
Durante la historia solemos llevar a un grupo de varios personajes, cada uno con sus habilidades únicas que tendremos que utilizar para explorar, lo que hace que la interacción con el entorno sea más entretenida y satisfactoria, con montones de pequeños puzles, minijuegos y secretos que requieren que usemos a un ninja concreto o que colaboren varios de ellos. Por su parte, los combates también se mejoraron bastante, limitando el uso de jutsus para que no podamos abusar de ellos e introduciendo nuevas mecánicas y duelos por equipo. En definitiva, un título que mejoró tantísimo a su predecesor que para muchos fans fue poco más que un sueño hecho realidad.
Dos pequeñas joyas de difícil acceso para los fans de Naruto
Desgraciadamente, si queréis jugar estas aventuras a día de hoy lo vais a tener difícil, ya que no son retrocompatibles en Xbox Series ni en Xbox One. De este modo, para disfrutarlas es necesario tener una copia física de cada una ellas y una Xbox 360 funcional, lo que dificulta muchísimo su acceso para el público actual. Sin duda, una auténtica pena, ya que son unas obras dignísimas y tan diferentes de lo que se suele ver en las adaptaciones de animes a videojuegos que merecen ser descubiertas por todo aquel que tenga un mínimo interés en su propuesta. ¿Volveremos a ver otro juego de Naruto que apueste por hacer algo similar a lo que hizo Ubisoft con Rise of a Ninja y The Broken Bond? Cruzamos los dedos para que así sea.