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¿Por qué es tan querido Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi? Nuestros deseos para la nueva entrega

Celebramos el anuncio del nuevo Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi repasando los motivos por los que esta saga es tan querida y listando todo aquello que su nuevo juego necesita para triunfar.

Resulta increíble que 16 años después de su lanzamiento original para PlayStation 2 no hayamos recibido ni un solo juego basado en la obra de Akira Toriyama que haya conseguido hacerle sombra a Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi, al menos en lo que a "simulador de combates de Dragon Ball" se refiere. Sí, hemos recibido títulos muy buenos, incluyendo auténticas maravillas como Dragon Ball FighterZ, una obra con la que Goku se ha alzado a lo más alto del género de la lucha, pero si lo que queremos es revivir cualquier batalla de la serie que se nos ocurra con la máxima fidelidad posible a lo que vimos en el manga y en el anime, Budokai Tenkaichi 3 sigue siendo la mejor opción para ello.

Tanto es así que los fans llevamos más de una década rogando por una cuarta entrega, algo que Bandai Namco nos ha negado de manera inexplicable y reiterada. Por suerte, hoy se ha hecho realidad ese sueño y la compañía ha anunciado que hay un nuevo título de la saga en desarrollo. La mala noticia es que apenas se ha dado información al respecto, por lo que desconocemos datos tan básicos como su nombre o las plataformas en las que se lanzará y si a eso le sumamos que está en sus primeras etapas de producción, todo apunta a que vamos a tener que esperar una larga temporada hasta poder echarle el guante.

Para celebrar este deseadísimo anuncio, hoy en Vandal vamos a repasar los motivos por los que la trilogía original de Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi es tan querida entre los seguidores de la serie, algo a lo que vamos a añadir nuestros deseos para este nuevo juego que se acaba de anunciar, incluyendo todo aquello que creemos que necesita para triunfar y superar a su predecesor.

El camino hacia el simulador de Dragon Ball definitivo

Así pues, nos toca remontarnos a 2005, justo un año después de que Dimps nos deleitara con el fantástico Dragon Ball Z: Budokai 3, uno de los mejores juegos de toda la licencia. La lógica dictaba que, tras este éxito, Bandai Namco apostara por una cuarta entrega que continuase mejorando y puliendo la fórmula que tan bien les había funcionado hasta la fecha, aunque en vez de eso, la compañía nos sorprendió con algo completamente diferente y nuevo.

Efectivamente, nos referimos al primer Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi, un título de lucha desarrollado por Spike que abandonaba la perspectiva lateral tan habitual del género para situar la cámara justo detrás de nuestro personaje, dándonos libertad total para que nos moviésemos y volásemos en 3D por escenarios muy grandes y amplios repletos de elementos que podíamos destruir, tal y como hacían los héroes y villanos en la serie.

'Budokai Tenkaichi' ofrecía, desde su primera entrega, un buen repaso a toda la serie, incluyendo personajes de la infancia de Goku, de Z, de las películas y de GT.

Esto, además de resultar muy espectacular, permitía batallas que emulaban de maravilla el tipo de enfrentamientos que tienen lugar en el manga, donde saber moverse y aprovechar el entorno resultaba fundamental para ganar, por no hablar del protagonismo que ganaron los duelos a larga distancia mediante técnicas y ráfagas de Ki. Además, se preocupaba de cuidar mucho los pequeños detalles, como que los androides regenerasen Ki de manera automática y no pudiesen ser detectados, que Goku niño tuviese problemas para mantenerse en el aire al no saber volar o que hubiese auténticas moles, como Broly, que ni se inmutasen con nuestros golpes.

Por si no fuese suficiente, llegó al mercado con un plantel completísimo que nos permitió controlar hasta 90 personajes (contando sus distintas transformaciones y versiones), lo que a efectos prácticos se traducía en que podíamos recrear en el salón de nuestra casa casi cualquier combate del anime con un nivel de fidelidad muy alto.

Evidentemente, distó de ser un juego perfecto, ya que el sistema de combate cuerpo a cuerpo era extremadamente simple y el control de los luchadores resultaba demasiado parecido, defectos a los que debemos añadirles la imposibilidad de transformarnos durante una batalla y la pérdida de la banda sonora del anime en su versión occidental, pero no se puede negar que, pese a todo, resultó ser una obra muy novedosa y entretenida que puso unos pilares bastante sólidos sobre los que se construiría en el futuro.

'Budokai Tenkaichi 2' supuso una mejora gigantesca respecto a lo visto en su predecesor. Su Modo Historia sigue siendo de los más completos de toda la licencia.

Como no podía ser de otro modo, su secuela no se hizo esperar y se lanzó al año siguiente también en PS2 (con una versión para Wii que llegaría poco después). La mejora fue más que considerable en todos los sentidos: se añadieron mayores diferencias entre los personajes, se introdujo la posibilidad de transformarnos durante los combates, se incluyeron nuevos modos, el plantel de personajes se amplió hasta los 129 (nuevamente, contando las diferentes transformaciones y versiones) y nos deleitó con uno de los modos historia más completos y exhaustivos que ha tenido nunca un juego de Dragon Ball.

Sí, con la segunda entrega ya hablábamos de un juegazo completísimo, pero nada nos había preparado para el demoledor golpe sobre la mesa que supuso el lanzamiento de Budokai Tenkaichi 3 en 2007, un título colosal que solo podemos definir como el simulador de Dragon Ball definitivo. La base jugable era la misma de sus predecesores, pero se rehicieron e introdujeron mecánicas con mucho acierto que la dotaron de una mayor profundidad a los mandos, los luchadores tenían diferencias bastante más notables que antes (los controles eran los mismos para todos, pero la forma en la que luchaban y se movían era sustancialmente distinta), tuvo montones de modos y escenarios, y el número de guerreros se amplió hasta los 161 contando transformaciones, conformando un plantel en el que había espacio para los héroes y villanos más insospechados, como Babidi, Arale o el Rey Vegeta.

Si a esto le sumamos lo muchísimo que cuidaba los detalles para replicar lo visto en el manga, como que ciertos saiyans solo se pudiesen transformar en Ozaru al luchar en un escenario nocturno con luna llena o que el rayo demoniaco de Akkuman haga un daño equivalente al nivel de maldad del enemigo, queda claro por qué es un juego tan querido entre los fans.

Huelga decir que no tiene, ni por asomo, el nivel de profundidad de un juego de lucha tradicional, pero tampoco lo pretende. Su meta era convertirse en el simulador de Dragon Ball más completo, divertido y espectacular que se pudiese hacer, un objetivo que alcanzó de una forma tan contundente que dejó el listón demasiado alto para todo lo que vendría después. Si bien se hicieron varios juegos a posteriori que partieron de esta fórmula, ninguno llegó a estar a la altura de esta obra, teniendo el intento más loable en Dragon Ball Z Raging Blast 2, un título con una jugabilidad superior, pero que se quedaba muy atrás en contenidos, mimo y detalles.

Nuestros deseos para el nuevo Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi

Con este historial, es evidente que la próxima entrega de Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi lo va a tener muy difícil para enamorarnos de la misma manera en la que lo hizo Tenkaichi 3. No solo tiene la responsabilidad de ser un gran juego que recree de la forma más fiel posible las batallas de la serie, sino que también tiene que enfrentarse a las altísimas expectativas con las que muchos fans llevamos más de 15 años fantaseando en nuestras cabezas.

Una de las pocas cosas que confirma su primer teaser es que tendremos contenidos de 'Dragon Ball Super'.

Así pues, vamos a empezar por el punto que más tememos todos: su plantel de personajes. Lo ideal sería tener, como mínimo, los mismos luchadores de su predecesor más el añadido de todos los nuevos guerreros y transformaciones que hemos conocido en Dragon Ball Super, algo que, sinceramente, nos resulta hasta utópico con tan solo escribirlo.

Siendo realistas, nos parece difícil que se vaya a igualar siquiera la cifra, al menos sin recurrir a los temidos contenidos descargables, aunque no podemos olvidarnos que si hay un motivo por el que Tenkaichi 3 es tan recordado a día de hoy es precisamente por permitirnos controlar a tantísimos guerreros provenientes de todas las etapas de la serie con sus características y peculiaridades fielmente representadas, así que todo lo que baje de ahí puede acabar sabiendo a decepción.

Por su tráiler de presentación, queda claro que vamos a tener contenidos de Dragon Ball Super (en él, se ve a Goku transformándose en Super Saiyan Blue), cosa que nos encanta y que consideramos necesaria a día de hoy (cruzamos los dedos para que cubran hasta Dragon Ball Super: Super Hero, aunque dudamos que lo visto en las sagas de Moro y Granola vayan a tener su representación si no se adaptan al anime antes del lanzamiento del juego), pero esto no debería ser a expensas de ninguna etapa anterior, por lo que esperamos que todas tengan su presencia tanto en el plantel como en un hipotético Modo Historia.

El juego está en una etapa temprana de desarrollo, aunque se aprecia un gran salto gráfico respecto a títulos como 'Xenoverse 2'.

Por supuesto, también queremos que se vuelva a mantener esa atención al detalle de Tenkaichi 3, donde cada personaje y las peculiaridades de sus técnicas estén bien representados y donde haya espacio para controlar a luchadores gigantes, como los Ozaru o Hildegarn, algo que, a su vez, debería estar acompañado por un buen sistema de transformaciones. Parece claro que nos vamos a poder transformar durante los enfrentamientos (es algo que se ve en el tráiler), pero la mecánica que rija esto debe ser interesante y tener un valor real en la jugabilidad que aporte algo de estrategia y profundidad a los enfrentamientos.

Hablando de mecánicas, sería un buen momento para mejorar sustancialmente la fórmula jugable y hacer que el sistema de combate cuerpo a cuerpo resulte más satisfactorio y divertido, con más posibilidades tanto ofensivas como defensivas. Además, se podría aprovechar la tecnología actual para hacer los escenarios incluso más interactivos y que nos ofrezcan más posibilidades a la hora de sacarles partido.

Igual de importante nos parece que llegue con un buen surtido de contenidos para disfrutar en solitario. La trilogía original era enormemente disfrutable sin necesidad de recurrir al multijugador, ofreciéndonos montones de retos, contenidos desbloqueables y modos con los que revivir la historia de la serie, descubrir nuevas situaciones inéditas y ponernos a prueba, así que este es un punto que esperamos que se cuide.

El modelado y las expresiones faciales de los personajes parece muy cuidado.

Irónicamente, uno de los puntos en los que más problemas vemos reside en su multijugador. Una de las cosas que hacían tan especiales a sus anteriores entregas es que el nivel de poder de los personajes se correspondía con el que tenían en la serie, por lo que eran títulos totalmente desequilibrados y nada viables para quienes busquen algo competitivo. Esto, cuando jugamos con amigos en local, no impide que nos lo pasemos en grande, pero en pleno 2023 es necesario que un título de estas características tenga su correspondiente modo online.

Budokai Tenkaichi no es FighterZ, donde hasta personajes como Yamcha tienen opciones de victoria, por lo que no creemos que apostar por un equilibrio entre los luchadores sea el camino a seguir para esta nueva entrega, ya que si algo buscamos en esta saga es que nos sintamos como auténticos dioses al controlar a bestias como Gogeta SSJ4, Goku Ultrainstinto, Jiren o Vegetto Blue. Y no, no queremos tener un duelo igualado contra Gohan Bestia cuando controlemos a Mr. Satan.

Pero claro, hacer esto supondría tener un online donde solo veamos a los mismos personajes una y otra vez, por lo que Bandai Namco debe encontrar una solución que permita disfrutar de partidas a través de internet sin desvirtuar por ello la escala de poder de la obra de Toriyama. Se nos ocurren algunas ideas, como combates por equipo en los que no podemos rebasar un nivel de poder máximo con la suma de todos nuestros personajes (obligándonos, por ejemplo, a seleccionar a dos muy débiles a cambio de uno muy fuerte) o dividir a los luchadores en varias ligas distintas según su fuerza, pero, en cualquier caso, tenemos mucha curiosidad por descubrir qué planea hacer la compañía con esta cuestión. Eso sí, esperemos que tenga un código de red rollback para asegurar que los encuentros funcionen lo mejor posible.

Esperamos que el sistema de transformaciones esté bien resuelto.

Finalmente, además de pedir un buen apartado gráfico que aproveche las posibilidades de las plataformas actuales para ofrecernos un espectáculo a la altura de la serie, nos encantaría que contase con la banda sonora del anime para que la experiencia sea completa. Y por favor, sin tener que recurrir a contenidos descargables de pago para poder disfrutar de ella.

Como veis, este nuevo juego de Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi tiene muchísimo que demostrar y si quiere estar a la altura no puede contentarse con ofrecer menos de lo que ya tuvimos hace 16 años, pero, a su vez, tiene que cumplir con las exigencias actuales en determinados aspectos. Nosotros, de momento, queremos mantener la fe en un proyecto que llevábamos demasiado tiempo esperando y queremos creer que Bandai Namco sabe lo que supone realmente hacer un anuncio de esta magnitud, por lo que ahora solo nos queda aguardar un poco más hasta saber más sobre él. Y vosotros, ¿cómo habéis recibido este anuncio? ¿Cuáles son vuestras expectativas? ¿Cómo os gustaría que sea esta nueva entrega?

Redactor

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Más sobre Dragon Ball: Sparking! Zero

Dragon Ball: Sparking! Zero es un juego de lucha desarrollado por Spike Chunsoft y publicado por Bandai Namco para PlayStation 5, Xbox Series y PC. La querida saga Budokai Tenkaichi regresa con una continuación 17 años después, un espectacular juego de lucha en 3D que incluye más de 180 personajes, y que ha sido creado para satisfacer a los mayores fans de la obra de Akira Toriyama.