Guillem Caballé, la voz de los videojuegos en la radio de los 90
Como otros muchos chavales nacidos en los 70, Caballé conoció los videojuegos en los recreativos, en su caso, los de la localidad tarraconense de Flix. "Recuerdo hasta el nombre de los sitios; el bar de Flix se llamaba "El Edén" y ahí jugué todos y cada uno de los videojuegos que marcaron mi juventud", nos cuenta por Skype al principio de la entrevista. "Recuerdo haber dado mi primer beso en un arcade", añade aunque entre risas confiesa que la historia acabó mal. Su primer contacto con una consola fue posterior, cuando su tío reparó un Pong original y el joven Guillem pudo jugar con su primo. Desde entonces su vida ha estado más o menos inmersa en los videojuegos.
Actualmente Caballé compagina su trabajo como DJ en la emisora Los 40 Classic con la locución de publicidad y doblaje, pero en los años 90 se hizo muy conocido en la radio española al frente de Game 40 y después siguió su carrera en diversos medios, siempre con un sentido del humor provocador que no dejaba indiferente a nadie. "La radio siempre me ha fascinado y la televisión fue una casualidad. Lo de la publicidad es, digamos, la otra parte de la radio. Yo siempre estuve en el lado de La Fuerza, el lado claro, y luego me pasé al lado oscuro, que es la publicidad, que es la que mantiene la radio. Y ahora estoy en las dos, con lo cual estoy bien. Soy un Darth Vader-Skywalker".
Profesional de la radio y la publicidad
Cuando el entrevistado era pequeño, en su casa sonaba la radio a todas horas y en ese medio ha desempeñado casi todo su trabajo profesional, aunque le gusta aclarar que lo primero que le reportó dinero fue colocar hamacas en la playa de Sitges, a los 13 años comenzó su primer trabajo "legal" en Radio Flix "y al mes siguiente me empezaron a pagar por ello". Con 18 años ya era un profesional del medio en Radio Reus y de allí dio el salto en 1993 a Radio Madrid como disc jockey. De "Del 40 al 1" pasó a"Los 40 Principales" de Canal + y, más adelante, a "Clip Clap Video", un programa musical de La 2 dirigido por Marcelo Bravo, quien le llamó para Bit a Bit, un programa de RTVE de informática y videojuegos en el que Caballé entró como copresentador.
Bit a Bit, recuerda Caballé "se hacía grabado, en un plató, con muchísimos medios, muchos ordenadores, muchos invitados. Venían colegios. Ana Valeiras era la otra presentadora, magnífica comunicadora, y el otro era Mauro [Bravo], que era el hijo del director del programa, y hasta ahí puedo leer. Ana Valeiras y yo nos lo pasábamos pipa, porque era nuestro, y Mauro pues llevaba un sueldo más a casa", explica Caballé, quien no ha perdido su toque con el tiempo.
Bit a bit incluía en programas semanales de media hora noticias, reportajes, lanzamientos, análisis y valoración de las novedades por parte del público. "Los análisis eran bastante profundos y se analizaban desde un juego hasta una placa base. Era un programa de videojuegos e informática. También fue un caldo de cultivo para chavales a los que les provocó cierta inquietud. Ten en cuenta que en los 90, en España, chavales de 18-20 años, prácticamente la carrera de Informática era como descubrir Marte, a ellos les llamó muchísimo la atención", dice Caballé.
Game 40 comenzó a emitir en Los 40 (entonces Los 40 Principales) en 1992, conducido por Juan Luis Ferrer y con contenidos muy ligeros como música de videojuegos y trucos. "A Juan Luis no le gustaba nada el videojuego, era un marrón que le cayó encima al pobre. A mí me apasionaban y al venir me lo dieron a mí. Era un turno de radio que me apasionaba, igual que la música, igual que sigo haciendo ahora con los 40 Classic. Les falta pagarme en pesetas ahora en los 40 Classic, pero me lo paso pipa".
En Bit a Bit Caballé era un mero presentador -los guiones eran de Mercedes Martínez-, pero en Game 40 era él quien decidía los contenidos. Tomó el relevo de Ferrer en Game 40 en 1994 y creó un estilo diferente, llevando a la radio el lenguaje directo y algo provocador de la revistas de videojuegos de la época, con lo que consiguieron programas muy dinámicos que causaron furor en la época."Convertimos una afición en una comunicación", explica Caballé. De hecho, al principio el programa tenía carencias muy grandes, pero conocía a los asesores informáticos de Bit a Bit y los traje para la radio inmediatamente. Eso hizo que Game 40 se convirtiera en algo mucho más informativo y no tan, digámoslo, lúdico", aclara.
Los "informáticos" eran Carlos Ulloa, Manuel Martín-Vivaldi, y Ángel Ortiz (quien más adelante tuvo que dejar el programa) que, en palabras de Caballé, "eran programadores, grafistas, ingenieros informáticos, dieron el concepto de creación del videojuego que necesitaba ese programa. Y de análisis, por supuesto, mucha más profundidad", claro que para que la fórmula funcionase fue necesaria la personalidad de Caballé, que actuó como catalizador y conductor de la nueva fórmula presentando la información que presentaban "los informáticos". Tenían algo menos de 25 años y el único que inicialmente cobraba un sueldo "como disc jockey de 40" era Caballé, aunque más tarde se pagó la colaboración.
Al preguntar a Caballé por lo que más impronta ha dejado en él de aquellos años no lo duda, "la amistad con estas tres personas", en referencia a los "informáticos", una relación que se mantiene hoy día: "Manuel insiste en quedar para comer porque trabajamos casi a dos manzanas, Carlos está ahora mismo en Inglaterra y de vez en cuando chateamos y con Ángel prácticamente nos hablamos por Twitter ahora con la pandemia".
Game 40 se convirtió en un fenómeno entre los jóvenes de la época; muchos de ellos lo recuerdan todavía: "Me sigue pasando la frase: ‘Estudié Informática por tu culpa, hijo de perra, perdí dos años de vida’ ja, ja, ja. Y otros que sí acabaron la carrera y son gente que encontró su profesión y se dedicó a eso", nos cuenta. Fue un éxito, pese a que no lo tenía fácil, según lo describe Caballé: "Era un programa a la semana, en domingo, compitiendo con el fútbol y hablando de videojuegos en una radio musical y poniendo músicas de anime y manga y también de videojuegos. Llegamos a tener más de 600.000-700.000 oyentes, que es una auténtica barbaridad porque competíamos con el fútbol y por aquel entonces el fútbol era el sábado por la tarde y el domingo por la tarde, y nada más. Ante se medía la repercusión del publico, aparte de con el EGM [Estudio General de Medios], con la recepción de cartas y la recepción de llamadas. Teníamos como cuatro o cinco cintas [cintas de casete] Basf de 90 minutos de recepción de un contestador y todas las semanas tenía que darles dos vueltas, las llenaba todas".
Al ser el primer programa de radio de videojuegos con entidad Game 40 no tenía límites, ni competencia directa. Los jugadores recibían la información por los pocos programas audiovisuales y las revistas escritas (internet aun tardaría más de diez años en empezar a popularizarse). Según reconoce: "cuando eres el primero y tienes una maquinaria de comunicación tan grande como 40 era normal que funcionara si tenías un mínimo de información que atrajera a los chavales y tenías una forma de comunicarlo fácil. Es lo que has dicho tú, antes tenías las revistas y nosotros no teníamos competencia, éramos como la Primera y la 2 en los 80. Si miras las audiencias de entonces, eran brutales esas dos cadenas. Ahora ponlas a competir con Netflix o con todo lo que hay de Internet, nos diluiríamos como un azucarillo".
Caballé sostiene que en aquellos años de Game 40 los concursos triplicaban el volumen de cartas recibidas por las demás emisoras de la cadena y recuerda uno en especial en el que el programa regalaba 50 consolas Nintendo 64. Las sacas de cartas recibidas eran tantas que no entraban en la redacción.
Game 40 continuó siendo un gran éxito hasta que en el 98 llegó un inesperado final con la decisión del que era en ese momento director de Cadena 40, Javier Pons, quien justificó su decisión en un descenso de audiencia en el EGM. "Fue un error por su parte muy, muy gordo porque cuando desaparecimos, en el 99, aquí empezaba a florecer el mercado del videojuego una barbaridad y nosotros teníamos una posición de fuerza que podíamos haberlo flipado. Es tan evidente que fue un fallo que luego sucesivos directores reflotaron el proyecto e incluso lo exportaron a Latinoamérica haciéndolo audiovisual, con algunos resultados económicos bastante buenos, pero ya con otra gente, nada que ver conmigo", afirma Caballé, quien sostiene que la bajada en el EGM fue la excusa para pasar al entrevistado a un programa con la por entonces conocida sexóloga Lorena Berdún. "Yo en aquel entonces obedecía órdenes.
Además del programa de radio, Caballé trabajaba desde el 97 en el programa musical Los 40 TV, y siguió en televisión hasta finales de 2004. En 2005 fichó por MTV mientras seguía en programas de radio y haciendo publicidad, que estaba mejor pagada y no suponía un volumen tan grande de trabajo , por lo que decidió centrarse en los anuncios, hasta que el año pasado le ofrecieron presentar Los 40 Classic aceptó y está encantado: "La verdad es que me tratan muy bien, me lo paso pipa y hago el gamberrismo que hacíamos entonces en Los 40. Aunque a 40 es una emisora donde siempre se nos ha tildado de horteras, de que estábamos comprados y tal, reuníamos los mejores disc jockeys radiofónicos de España, que yo estuve con [Joaquín] Lucky,. Con Fernán Disco, con Yolanda Valencia, con [José Antonio] Abellán… Todos estuvimos ahí. Si miras algún curriculum de un presentado actual seguramente habrá pasado por 40 Principales en cualquiera de sus emisoras. Estoy feliz ahí otra vez".
Incluso le han propuesto resucitar Game 40, pero no quiere: "Tengo una familia, tengo tres hijos, no quiero perder más el tiempo haciendo programas de radio que ya es muy capaz de hacer la juventud de hoy día", asevera rotundo, y añade: "ahora el mercado de los videojuegos necesita la inmediatez, más incluso que la radio. La radio es muy inmediata para la noticia pero sale la noticia de una oferta, el lanzamiento de PlayStation 5, que te compres el Animal Crossing… y lo tienes en internet y en tu móvil. Se podría crear y podría funcionar, y generaría beneficios , evidentemente, pero alguien de marketing de las compañías de videojuegos actuales lo que está buscando es a una actriz que en su Instagram tenga más de 200.000 followers y no una radio que tenga un millón de oyentes o, en este caso, 40, que tenga tres millones o, en el caso de Los 40 Classic, que tenga 600.000. No buscan eso, buscan una comunicación a base de influencers, de youtubers a los que les gusta mucho jugar al videojuego".
Tampoco le gusta mucho cómo está actualmente el trabajo del periodista de videojuegos, que vive con la presión de jugar rápido para tener los contenidos lo antes posible. "Llevo 400 horas jugando a Zelda. Yo un juego lo disfruto. Tenía ganas de jugarme al Red Dead Redemption, pero no encuentro tiempo", algo por otro lado muy comprensible con tres hijos, lo que lleva, en estos tiempos de pandemia y confinamiento, a compaginar el trabajo con la teleeducación.
Caballé volvió al mundo de los videojuegos en 2011 presentando El Pixel en Meristation. Caballé recuerda: "Pep [Sánchez, fundador de Meristation] es muy amigo mío, nos conocimos en la época del Game. Con su Meristation fue de los primeros que sacó una revista de videojuegos online. Un servidor extrañísimo. Manuel me vino con la noticia y dije: ‘Vamos a entrevistarlos y tal’. Hicimos la entrevista, los mencionamos y tal, me encantaba lo que hacían" y la relación se ha mantenido. Caballé disfrutó también de aquella etapa: "Me lo pasé muy bien porque fue algo muy, muy simple. Hasta entonces había hecho televisión en un plató o en la calle, pero no en mi casa, con una cámara grabándome yo, y diario", apunta. Dos años después el programa acabó. "Llegó un momento en el que me dijeron: ‘Hasta aquí hemos llegado’ y hasta aquí, no pasa nada, que pase el siguiente… y encantado de que pase el siguiente".
A través de contactos con Meristation surgió también otra oferta en eSports Vodafone, en Twitch, entre 2017 y 2018. Se trataba de una producción de Animal Media, propiedad de Toni Garrido que, a su vez, también había sido compañero de trabajo del entrevistado en 40. "Fue un proyecto divertido a ratos, aunque no llegaba al nivel de diversión de cómo me lo pasaba en el Game, ni mucho menos, fue un proyecto menos divertido, me lo pasé menos bien, la verdad", dice y apunta a la plataforma elegida como uno de los problemas del proyecto, que acabó cancelando Vodafone: "Twitch es una plataforma que está muy bien para el streaming de videojuegos y para youtubers. Para streamers y para twitchers me parece bien, pero nosotros teníamos una audiencia de 83 personas y eso había que rentabilizarlo de alguna forma. Creo que no lo gestionaron bien […] Dije ‘bueno, es algo que me ha venido regalado y ya no está ahí’. Pues que les vaya muy bien a los de Vodafone, seguiremos utilizando sus teléfonos", afirma.
Caballé es consciente del legado de Game 40, de la huella que dejó en los chicos y chicas que lo escuchaban y agradece a los que ahora, ya de adultos, le dicen que gracias al programa cambiaron de profesión; "o al que se decidió gracias a Game 40 a estudiar una carrera y ahora es diseñador gráfico en Japón. Eso para mí es como haber plantado el árbol, haber escrito el libro y haber tenido un hijo. No puedo más que dar gracias a la gente que nos escuchaba en aquel entonces. El Pixel fue maravilloso porque fue un cachondeo, yo me lo pasaba pipa. Y en Bit a Bit conocí a tres amigos de mi vida. No tengo más que agradecimientos. Incluso en los momentos en los que peor he estado lo he disfrutado", dice al final de la entrevista como resumen de su carrera.
Guillem Caballé en 5 preguntas
1. ¿Qué momento de tu carrera laboral te ha dejado mayor impresión y por qué?
Game, por haber ganado tres amigos. Está muy bien esto de haber iniciado una forma de comunicación de videojuegos. ¿Cómo se puede hablar de videojuegos en la radio? Pues coño, como se hablaba de fútbol en la radio y no lo estabas viendo. Ahora ves podcast de tres, cuatro tíos hablando por internet de un videojuego y el videojuego no lo estás viendo si no añaden un crop y ponen una ventanita al lado de lo que estás jugando. Fue un inicio y a mí me gustó eso, pero sobre todo Game me gustó por la amistad de estas tres personas.
2. ¿Juegas todavía de forma habitual? ¿Cuál es tu videojuego favorito?
Juego habitualmente a videojuegos, constantemente. Pillar un juego favorito es quitarme el resto y eso no me gusta nada. &UacutE;ltimamente he jugado más a Zelda, cualquiera de la saga Zelda me flipa, pero también te dejo un Tomb Raider o un Starcraft 2 o cualquiera de esos que ha formado parte de mi vida, o Counter-Strike.
3. Hablando de Counte rStrike, ¿cómo ves los esports?
Me parecen fantásticos. Me encanta que haya, llama a las masas y a los chavales les encanta, pero me preocupan un poco los esporters. Ganas dinero cuando tienes u n equipo, no cuando formas parte de él. Hipotecan su futuro por 1.000 euros al mes, viviendo en una casa alquilada de una persona que la utiliza para varios campeonatos. Hacen pasta 20 o 30 coreanos y los otros se van a vivir a Andorra, yo que sé. Es un mundo realmente muy extraño. No querría llamarlo oscuro, pero sí extraño.
4. Con esa voz que tienes que tan bien funciona en publicidad, ¿has pensado en pasarte al doblaje de videojuegos? ¿A qué personaje te gustaría ponerle voz?
¡Uauh! ¡Hay tantos! A cualquiera de los que aparece en Gears of War. Hombre, ya un [Marcus] Phoenix sería la leche. Pero hasta Drake, la saga Uncharted, me fliparía. Los actores de doblaje que lo llevan lo hacen fenomenal. He participado en algún doblaje de videojuego pero me parece que ese tema debería trabajarlo más. Cualquiera de esos dos personajes me fliparía doblarlo, ya te lo digo ahora.
5. ¿Te gustaría a estas alturas volver al mundo de los videojuegos con un programa de radio o televisión?
Ja, ja, ja. No, no, en absoluto. No, para nada. No, no, no, no y no, no porque tendría que dedicarle demasiado tiempo que no tengo, porque a mí no me gusta hacer las cosas que me las den comidas y servidas. No me gusta ser el presentador de un guion de otra persona, ni el busto parlante de una productora. Me gusta crear el formato y ayudar a otros para llevarlo y ahora mismo me quitaría demasiado tiempo que no puedo quitárselo ni a mi familia ni a mi trabajo.