El resurgir que Ninja Gaiden está experimentando este año es una de las mayores alegrías que nos ha dado la industria en mucho tiempo. Y no lo decimos solo por ser una saga icónica y muy querida que llevaba más de una década desaparecida, sino por lo que está suponiendo este retorno para todo un género como es el de la acción pura. No os contamos ninguna novedad si os decimos que, en el mercado actual, los hack and slash de toda la vida están prácticamente desaparecidos en favor de los juegos de rol y acción, independientemente de si son tipo souls o más tradicionales.
Por eso, juegos como Ninja Gaiden 2: Black o el próximo Ninja Gaiden 4 suponen todo un golpe sobre la mesa, un recordatorio irrefutable de que la acción en su forma más pura y visceral sigue siendo una apuesta perfectamente válida y que no siempre es necesario introducir sistemas de progresión basados en niveles y árboles de habilidades, mundos abiertos o interconectados para explorar o piezas de equipo con múltiples atributos. A veces, que un juego gire única y exclusivamente alrededor de su sistema de combate, si este es lo suficientemente bueno, es más que suficiente para tenernos infinidad de horas pegados a la pantalla superando desafíos y perfeccionando nuestras habilidades. Hasta el reciente Ninja Gaiden: Ragebound ha reivindicado esto en el panorama de los juegos 2D, donde últimamente parece que todo tiene que ser un metroidvania.
Probablemente, el mejor ejemplo de todo esto lo tengamos en la versión de prueba de Ninja Gaiden 4 que nos ha facilitado Microsoft, una demo de apenas 2 horas de duración que nos ha servido para probar por primera vez el nuevo título de PlatinumGames y Team Ninja y a la que ya le hemos dedicado más de 8 horas, pues nos ha resultado imposible parar de repetir sus niveles una y otra vez para superarlos en dificultades más altas y alcanzar el rango de Maestro Ninja en la puntuación final. Y si ya estamos así con una porción tan pequeña, nos cuesta imaginar todo lo que nos va a hacer disfrutar su versión final si lo que hemos jugado hasta el momento es mínimamente representativo de lo que nos espera en el resto de una aventura que llevábamos 12 años esperando.
La desafiante y sangrienta senda del ninja
Siendo un poco más concretos, la versión a la que hemos tenido acceso nos ha permitido jugar su primer acto, el cuál está formado por cuatro niveles: un prólogo a modo de tutorial y tres fases tradicionales. Esta vez la historia nos pone en la piel de Yakumo, un nuevo ninja perteneciente al clan del Cuervo que debe viajar a una Tokio corrompida para llevar a cabo un plan de lo más arriesgado: romper el sello del Dragón Oscuro para liberarlo y purificarlo antes de que su maldad termine de extenderse por todo el mundo.
De la historia no hemos visto mucho más que esto, así que tampoco os podemos dar demasiados detalles, aunque sí que os podemos adelantar que las secuencias de vídeo están muy cuidadas y que Yakumo, de momento, no nos está pareciendo especialmente carismático.
Centrándonos ya en el juego como tal, decir que estamos ante un Ninja Gaiden de pura cepa con todas sus señas de identidad intactas: acción frenética a una velocidad vertiginosa, un sistema de combate pulidísimo y profundo con montones de opciones, una movilidad que nos permite realizar todo tipo de acrobacias para desplazarnos por los escenarios despedazando a nuestros rivales, una dificultad altísima y una IA enemiga realmente agresiva que no da cuartel.
De hecho, el sistema de control es bastante similar, con dos botones para golpear que podemos combinar para realizar combos o la posibilidad de lanzar shurikens, bloquear y esquivar. Por supuesto, también podemos saltar y correr por paredes y si cargamos el ataque fuerte desataremos un devastador ataque definitivo, por no hablar del regreso de técnicas tan míticas como el salto de Izuna o la golondrina voladora que se ejecutan de la misma forma que en entregas anteriores. De igual modo, se ha recuperado el sistema de obliteraciones de Ninja Gaiden 2, por lo que nuestros tajos pueden desmembrar a nuestros contrincantes y dejarlos expuestos a una espectacular y sangrienta ejecución.
Los controles responden de maravilla y con una precisión absoluta, logrando que el manejo del personaje sea tremendamente satisfactorio y fluido, pudiendo encadenar a la velocidad del rayo toda clase de movimientos ofensivos y defensivos mientras nos reposicionamos y dejamos un rastro de cadáveres a nuestro paso. O dicho de otro modo, es uno de esos juegos en los que nunca le vas a poder echar la culpa de tus muertes al mando, sino a tu falta de habilidad.
A todo lo que hemos mencionado debemos sumarle algunas novedades jugables que hacen evolucionar la saga de un modo que nos ha gustado mucho, aportando nuevos toques estratégicos y tácticos a los enfrentamientos. La más importante de todas la tenemos en la inclusión del modo Cuervo Sangriento. Ahora, al pelear, si mantenemos pulsado el gatillo izquierdo cuando atacamos, Yakumo cambiará por completo sus movimientos para golpear con una gigantesca espada de sangre que consume un medidor de energía que podemos recargar fácilmente atacando en el modo normal.
Aunque al principio puede que nos olvidemos de usar este nuevo modo, su importancia durante las batallas es fundamental, ya que nos permite romper las defensas de los rivales cuando se ponen a la defensiva e interrumpir la realización de sus técnicas más poderosas, algo que si cuadramos bien hará que queden aturdidos durante unos segundos que podemos aprovechar para bajarles muchísima vida. Esto es clave en los duelos contra jefes, ya que no retroceden ante los golpes normales, por lo que aprovechar los contragolpes se convierte en una parte fundamental de la estrategia que debemos seguir.
Por otro lado, también nos ha sorprendido comprobar lo mucho que se han potenciado nuestras maniobras defensivas con la introducción de diferentes tipos de parries (que se ejecutan tanto atacando como defendiendo) y de una esquiva perfecta, dándonos así una mayor versatilidad para afrontar cada situación, contraatacar y quitarnos de en medio cuando las cosas se ponen peliagudas. Eso sí, no os penséis que esto hace que el juego sea más fácil, ya que ni los bloqueos ni las esquivas perfectas nos dan invulnerabilidad y que hagamos una correctamente no nos va a garantizar que otros dos enemigos no puedan ensartarnos con sus espadas por la espalda mientras otros nos fusilan con metralletas y lanzacohetes.
Aunque hay animaciones un poco más acrobáticas, el desarrollo de la acción en Ninja Gaiden 4 sigue siendo implacable y nunca se detiene, por lo que una buena maniobra defensiva no os va a permitir recuperar el aliento para daros el tiempo necesario para pensar vuestro próximo movimiento.
Algo que nos ha llamado mucho la atención es que Yakumo es un personaje rapidísimo, incluso más que Ryu en juegos anteriores, algo que se aprecia claramente en la forma en la que se mueve por los escenarios y al atacar con cualquiera de sus dos armas principales (dos espadas cortas y una especie de lanza que puede alargarse), lo que ayuda a elevar más que nunca el frenetismo y la visceralidad de los enfrentamientos.
Hablando de los duelos como tal, en los pocos niveles que hemos jugado hemos visto ya una gran variedad de enemigos con sus propias características y patrones de ataque que debemos aprender a identificar para lidiar con ellos, lo que ha permitido a PlatinumGames plantear peleas muy desafiantes a base de combinar ciertos tipos de rivales con algunos posicionamientos muy puñeteros que nos obligan incluso a plataformear para poder llegar hasta ellos.
Otro detalle que nos ha gustado bastante es lo mucho que bebe de Ninja Gaiden 2 en lo que respecta al número de enemigos que hay en pantalla, la facilidad con la que podemos desmembrar a nuestros contrincantes y sí, también la cantidad de rivales que nos asedian desde la distancia con proyectiles de toda clase. Recupera ese espíritu salvaje con unas peleas multitudinarias que impiden que estemos quietos ni un solo segundo y cuya dificultad no radica en lo duros que son nuestros contrincantes, sino en su número y agresividad, lo que se traduce en que siempre nos están lloviendo palos desde todas direcciones que debemos aprender a evitar a la vez que despedazamos todo lo que se mueva.
Sí, esto conlleva algún que otro momento que en dificultades altas podríamos catalogar como frustrante, pero la sensación a los mandos es absolutamente indescriptible, consiguiendo que nunca nos cansemos de pelear y siempre queramos más. Sumadle el constante espectáculo que desplegamos en pantalla con nuestros combos, técnicas y ejecuciones, y entenderéis rápidamente lo gratificante y satisfactorio que resulta pelear en este juego, logrando que nos sintamos como auténticos ninjas.
Algo que tenemos que destacar es que Yakumo no es el único personaje jugable, por lo que también hemos tenido la oportunidad de controlar a Ryu Hayabusa, el gran protagonista de la saga. Su papel en la trama principal no sabemos cuál es todavía, pero el selector de capítulos nos ha dejado claro que vamos a poder repetir todos los niveles con él, incluso aquellos que durante la historia están protagonizados por Yakumo (como los de esta demo), lo que nos ha parecido una buenísima noticia y toda una alegría que ha despejado uno de nuestros mayores temores con esta entrega.
Lo mejor de todo es que controlar a Ryu es un auténtico regalo. PlatinumGames y Team Ninja saben que llevamos más de una década esperando su regreso en una aventura completamente nueva y nos han dado a un personaje absolutamente portentoso. Casi todas sus técnicas son las mismas de siempre, incluido el regreso de los ninpos, por lo que en muchos sentidos ponernos a sus mandos ha sido casi como volver a casa, aunque en esta ocasión nos ha parecido especialmente poderoso gracias a su nuevo modo radiante, el equivalente al modo Cuervo Sangriento de Yakumo.
Quizá sea eso o la comparación directa entre ambos protagonistas, pero la realidad es que hemos tenido muchas más facilidades con Ryu que con Yakumo para sacar puntuaciones altas incluso en dificultades como Maestro Ninja (la cual, por cierto, es un auténtico abuso que nos ha llevado al límite). De hecho, con el ninja del clan Hayabusa no hemos tenido que usar objetos curativos en Difícil, mientras que con su contrapartida sí que hemos tenido que echar mano de ellos de manera relativamente frecuente. Eso sí, en esta demo solo hemos podido combatir con la espada del dragón, por lo que ahora mismo desconocemos si Ryu tendrá más armas en la versión final.
Cambiando un poco de tercio, comentar que las fases son de carácter lineal con algún que otro desvío para encontrar coleccionables y combates opcionales. Esto último es algo que se gestiona desde los puntos de control, donde podemos aceptar misiones secundarias de muy diversa índole, como liquidar un determinado número de enemigos en una fase concreta, encontrar un objeto perdido, luchar contra un jefe escondido en una ruta alternativa o cerrar unos portales demoniacos de los que no dejan de salir demonios. Es algo completamente nuevo en la saga y su planteamiento nos ha convencido, ya que suelen ofrecernos valiosas recompensas y algunas de las batallas opcionales que nos llevan a librar están genialmente diseñadas. Además, aportan algo más de enjundia a las fases y las hace más rejugables incluso si cabe.
Otro aspecto que nos ha gustado del diseño de niveles es que no se ha dejado de lado el plataformeo, por lo que vamos a estar todo el rato realizando numerosas acrobacias entre una arena y otra para llegar a los sitios, lo que se traduce en una exploración más entretenida y unos desplazamientos más dinámicos y divertidos. Y sí, esta vez contamos también con un gancho.
Lo que no nos ha convencido tanto son unas secciones en las que "grindamos" sobre unos raíles mientras saltamos y nos agachamos a la vez que cambiamos de vías para esquivar obstáculos. La primera vez que las jugamos son entretenidas y aportan algo de variedad, pero tienen un planteamiento muy básico y se hacen un tanto pesadas a la hora de rejugar niveles, por lo que esperamos que no haya muchos momentos de este tipo más adelante.
El espectáculo de PlatinumGames
En lo que respecta a su apartado gráfico, decir que nos encontramos ante un título muy sólido que destaca por su sensacional sentido del espectáculo y la puesta en escena de sus combates, algo a lo que también suman puntos lo detallados de los modelados de los personajes, sus animaciones y ciertos efectos visuales. Además, el rendimiento en Xbox Series X a 60 fps nos ha parecido impecable y para ser una versión todavía en desarrollo no nos hemos topado con ningún bug. Lo que no nos ha entusiasmado tanto son los escenarios, un tanto simples y con una dirección de arte bastante monótona y aburrida que ha conseguido que echemos de menos una mayor variedad de localizaciones, algo que esperamos que mejore a medida que avanzamos en la aventura. De igual modo, no estaría de más que las cargas fuesen un poco más ágiles.
Finalmente, la banda sonora creemos que ha perdido ligeramente parte de la identidad de la saga por lo que hemos escuchado y tiende más hacia lo que cabría esperar de un juego de PlatinumGames, incluyendo incluso temas vocales roqueros para ciertos combates. En términos generales, son muy buenas composiciones que se comportan de manera dinámica y ayudan a subir la adrenalina, aunque hemos echado en falta ese puntito épico que tenía la música de entregas anteriores. Los efectos también están a un gran nivel y el doblaje nos llega tanto en inglés como en japonés con textos en español.
Un esperado retorno que apunta a convertirse en uno de los mejores juegos de acción de la última década
Apenas hemos rascado la superficie de Ninja Gaiden 4 en esta primera toma de contacto, pero los pocos niveles que hemos podido jugar nos han dejado completamente entusiasmados, ya que lo que nos hemos encontrado es justo lo que llevábamos más de una década esperando: el retorno triunfal de una de las mejores sagas de acción que existen (por no decir la mejor) y el regreso a lo más alto de PlatinumGames como desarrolladora.
Todo lo que os digamos sobre su sistema de combate y sobre la experiencia que supone luchar en este juego se va a quedar corto y difícilmente hará justicia a la realidad, pero creednos cuando os decimos que si el resto de la aventura mantiene este nivel, estamos ante uno de los más serios candidatos a mejor juego del año. Un hack and slash de auténtico ensueño que tiene todo lo que le podríamos pedir y más y que va a sorprender tanto a los veteranos como a quienes nunca se han atrevido a darle una oportunidad a esta desafiante serie.
Por suerte, el 21 de octubre ya no está tan lejos y muy pronto podremos descubrir hasta dónde será capaz de llegar esta nueva aventura protagonizada por Yakumo y Ryu. Eso sí, os aseguramos que a nosotros, tras haberlo probado, la espera de este par de meses se nos va a hacer eterna.
Hemos escrito estas impresiones tras probar una versión todavía en desarrollo para Xbox Series X que nos ha facilitado Microsoft.