XCOM volverá este año a los videojuegos tras muchos de ausencia, gracias al empeño de 2K Games por resucitar esta saga noventera de estrategia que nos daba el control de una organización anti-extraterrestres para luchar contra los invasores alien. Hace un año se mostró otro XCOM, en primera persona, pero parece que aquel juego de 2K Marin tardará mucho más en llegar. En cambio, 2K y Firaxis -los creadores de Civilization- se han sacado de la manga este juego de estrategia por turnos que intenta respetar las raíces del original, que combinaba estrategia por turnos con la gestión de nuestra propia base.
Aire muy fresco en consola
El juego respeta los orígenes del X-Com de los años 90, combinando gestión de nuestra base con estrategia por turnos, pero moderniza completamente sus mecánicas; los fans del original que todavía disfruten con los videojuegos reconocerán una gran familiaridad, pero los que jamás hayan oído hablar del título no tendrán que ponerse al día de nada: el juego nos sumerge en su historia desde el primer momento gracias a una abundante cantidad de secuencias cinemáticas dobladas al castellano que nos van contando, punto por punto, quiénes somos, qué hacemos, por qué lo hacemos y cómo va evolucionando la historia.
El tipo de juego que es XCOM: Enemy Unknown no es poco habitual en PC, pero sí en consola. Los juegos de estrategia siempre están reñidos con el mando, y esta generación solo algunos títulos como Halo Wars o Civilization Revolution han logrado destacar.
Precisamente los autores de este último son los responsables de XCOM, y la naturaleza pausada del juego, así como una gran adaptación al control para consola, hacen que se pueda jugar perfectamente con nuestro pad, lo que convierte a XCOM en una gran bocanada de aire fresco para PlayStation 3 y Xbox 360. No hay ningún juego como éste, y como mucho se le acercan los juegos de rol táctico, que no se han prodigado demasiado en esta generación (por desgracia).
Manteniendo la situación controlada
Enemy Unknown se divide en dos partes: la gestión en nuestra base y las misiones propiamente dichas. La base no solo es una pantalla de briefing o de preparación de unidades, sino que gran parte de la historia se desarrollará en ella, con secuencias cinemáticas, y en la sala de mando y de control tendremos que tomar decisiones que cambiarán el curso de la partida. Los XCOM son una organización financiada por una serie de naciones que son consciente de la amenaza alien y, como en política, tendremos que tener a todo el mundo contento. Eso implica ganarse la confianza de cada uno de los países y evitar que no cunda el pánico entre su población civil por los constantes avistamientos y abducciones. Muchas veces tendremos que decidir en qué país actuar primero, causando que el otro pueda tener un estallido de pánico.
En la base también podremos investigar tecnologías, fabricar equipamiento y construir nuevos edificios que nos ayuden en la lucha contra los aliens. Lo interesante de este punto es que, una vez pasadas las primeras horas de juego, en las que vamos guiados a modo de tutorial, tenemos libertad para invertir en lo que consideremos que puede ayudarnos más, inclinando nuestra propia guerra hacia un camino u otro. Podemos incentivar la investigación de armamento, contando con más recursos para acabar con los aliens en el campo de batalla, o bien examinar mejor su tecnología y fisionomía. El juego nos deja bastante nivel de libertad en este sentido, así como a la hora de aceptar unas u otras misiones, ir expandiendo nuestras operaciones hacia otros países... será interesante comprobar en la versión final del juego cómo diferentes decisiones y estrategias llevan a dispares resultados.
En esta parte del juego también se hace algo muy importante: el reclutamiento y la evolución de las tropas. Nuestros soldados van ganando experiencia tras cada misión, subiendo de nivel y adquiriendo nuevas habilidades que serán muy útiles en el campo de batalla. En XCOM: Enemy Unknown nuestros soldados mueren permanentemente, y cuando eso ocurre es una gran pérdida. No solo nos quedamos en desventaja en el campo de batalla (comenzamos con cuatro soldados como máximo, ampliando nuestro escuadrón hasta los seis integrantes), sino que perdemos toda la evolución que hayamos conseguido. Nos hace más débiles para la siguiente incursión, y hace que el próximo recluta tenga que empezar desde cero, convirtiéndose en más que probable carne de cañón.
Un sistema por turnos lleno de posibilidades
Las batallas, por su parte, recuerdan mucho a las de un juego de rol táctico. Contamos con dos niveles de movimiento, pudiendo optar entre realizar un segundo movimiento (o un movimiento doble, corriendo) o realizar algún tipo de acción, ya sea disparar a un enemigo o mantener la guardia, entre otras posibilidades. Cada soldado contará con sus propias habilidades a medida que vaya subiendo de rango, siempre dentro de una especialidad (asalto, sigilo, etc...). Muchas de estas habilidades estarán limitadas por tiempo de uso, o tendrán algún condicionante especial (no poder movernos). Incluso la munición de nuestras armas se contabiliza, teniendo que recargar el arma cada varios disparos -consumiendo nuestra acción de turno-.
Por lo que hemos visto de las batallas hasta ahora, la cobertura juega un papel fundamental, y de hecho así nos lo indica el juego constantemente, mostrándonos hacia qué dirección o direcciones estamos cubiertos en cada posición del escenario, y también hacia qué enemigos visibles en pantalla estamos expuestos.
Como en todo juego táctico por turnos, toda es una cuestión de asumir pequeños riesgos y confiar en que ese movimiento tan arriesgado acabe con un disparo que mate al alien de turno, y no nos deje "con el culo al aire", mientras vemos como en el turno enemigo nuestro castillo de naipes se desmorona.
Por las batallas que hemos probado, el juego tiene mucha miga, y más a medida que vamos avanzando. Hay escaramuzas genéricas, por así llamarlo, pero también muchas batallas que podríamos denominar misiones, con algún objetivo especial y con un montón de narrativa que nos va contando algo más de la historia. El sistema de combate, aunque a primera vista parece sencillo, guarda una gran profundidad y no poco factor suerte: a veces los enemigos fallarán sus disparos cuando nos veamos perdidos; otras, en cambio, seremos nosotros los que fallemos. Las probabilidades de acierto y el daño posible siempre se nos indican, y por supuesto podremos fabricar tecnología y mejores armas para poder hacer frente a los crecientes retos que nos presenten los aliens.
Muy prometedor
Aunque poco vistoso visualmente, con unos gráficos que para nada llaman la atención, XCOM: Enemy Unknown nos parece uno de los grandes tapados del año para consola. Es cierto que en PC abundan los juegos de estrategia, o con componentes estratégicos, pero en consola son una rara avis que siempre se ve lastrada por la implementación del control. Como ya pasó en Civilization Revolution, los turnos hacen que el pad se pueda usar perfectamente en un juego de estrategia, por lo que XCOM resulta tremendamente entretenido en consola. Quizás muchos usuarios se lleven una gratísima sorpresa cuando salga a principios de octubre, si se atreven a darle una oportunidad.