Desde que existe Kinect si algo nos ha quedado claro es que encaja muy bien con los juegos de deportes, empezando por el genial Kinect Sports de Rare. Otros nos han llegado estos meses, con peor o mejor fortuna, e incluso especializados en una única disciplina deportiva, como es el snowboard. Ahora a finales de año, de la mano de Deep Silver, va a salir este Winter Stars, un juego basado en deportes de invierno. Once disciplinas distintas, muy variadas entre sí, y que hemos probado para contaros cómo y qué tal se juegan.
Bobsleigh a cuatro es ese famoso y vertiginoso deporte en el que un equipo desciende por una pista a toda velocidad montados en un trineo, un deporte que muchos conocimos por primera vez en aquella simpática película de Disney, Elegidos para el triunfo, en la que se narraban las aventuras del equipo jamaicano de bobsleigh. En esta prueba primero hay que correr en el sitio levantando bien las piernas para que el personaje coja impulso, y luego agacharse varias veces de manera sincronizada para montarnos en el trineo.
Una vez dentro inclinaremos el tronco hacia los lados para tomar las curvas, siguiendo unas líneas verdes –o rojas- que nos sirven de guía para saber cómo lo estamos haciendo. Cuando lo hacemos bien, rellenamos la adrenalina, una especie de turbo que nos permite movernos más deprisa y que también aparece en los demás deportes, y que siempre se activa estirando los brazos. Si te golpeas en algún momento contra las paredes, habrá que sacar los brazos para estabilizarnos. Muy divertida, bien realizada y frenética por la sensación de velocidad, uno de los deportes que más nos ha gustado de todo el juego.
El paraesquí es un deporte que une en una única disciplina, como su propio nombre indica, el paracaidismo y el esquí. Tenemos que descender por un circuito en el que nos encontramos distintos saltos en los que cogemos impulso y echamos a volar, teniendo que planear, para luego volver a aterrizar y esquiar, hasta coger nuevamente otro salto, así hasta llegar a la meta. Primero tenemos que correr para empezar y coger impulso, saldremos volando y con los brazos levantados vamos manejando las cuerdas del paracaídas, eligiendo su dirección. Una vez sobre la nieve, basta inclinar el tronco a los lados para cambiar de dirección. Una prueba que no nos ha entusiasmado mucho, un poco compleja y con un control problemático, a falta de practicar más.
Descenso de esquí alpino es la clásica prueba de esquí que todos conocemos. En la salida tenemos que mover las manos rápidamente hacia abajo para coger impulso, y una vez en el descenso inclinar el tronco hacia los lados para cambiar de dirección. Tenemos que pasar entre las banderas, pero cuanto más cerca de ellas lo hagamos, más recargaremos la adrenalina, el turbo que ya os hemos explicado y que se activa estirando los brazos. Tanto en esta como en otras pruebas, competimos contra otros tres deportistas, en algunas viéndolos y en otras simplemente contemplando su tiempo fantasma, como en el Bobsleigh. Esta prueba es de las más sencillas, y la mayor complejidad radica en los saltos, ya que si no queremos elevarnos, tendremos que agacharnos ligeramente para no volar por los aires. La inclinación del tronco hacia los lados, y en general la manera de cambiar de dirección en las pruebas que esquiamos, no nos parece demasiado precisa, y en algunas ocasiones tenemos ligeros problemas, algo que deben mejorar.
Biatlón es un deporte que combina el esquí de fondo con el tiro al blanco, de las pruebas más complicadas y complejas. Primero tenemos que hacer una buena salida, sincronizada, y una vez en ruta bastará con juntar las piernas para coger velocidad o separarlas para frenar. Inclinando el tronco cambiamos de dirección, y cuando tenemos que ascender una pendiente, habrá que correr sobre nuestro sitio para que el personaje pueda subir. También hay turbo, podemos coger el rebufo de otros participantes, e incluso estirar los brazos a los lados para apartarlos. Cuando llegan los momentos de tiro, el personaje se tumba en el suelo, y nosotros tenemos que estirar un brazo hacia adelante, y el otro doblarlo a la altura de la cabeza. Con el estirado apuntamos a los objetivos, y con el que tenemos flexionado, si lo bajamos hacia abajo, como la palanca de una máquina tragaperras para que lo entendáis, disparamos. Una prueba en la que se unen tantas variantes que resulta bastante compleja, aunque también desafiante.
El patinaje artístico también tiene presencia, en una de las disciplinas más sencillas. El personaje se mueve solo por la pista y nosotros tenemos que realizar las posturas que nos marcan unos símbolos en el suelo, de manera sincronizada, cuando una circunferencia se sitúa sobre estos. Estirar los brazos hacia los lados, por encima de la cabeza, o quedarnos sobre una pierna, estirando la otra en el aire a la vez que un brazo, en dos situaciones, con la izquierda y con la derecha. Estas posturas a veces tenemos que marcarlas, y otras también mantenerlas un rato. Podemos usar una especie de adrenalina, en la que nuestro deportista entra como en un estado de gracia, en el que nos darán más puntos si lo hacemos bien, pero que si fallamos podemos irnos al suelo. Una prueba que exige más capacidad de observación que sincronización o habilidad, al tener que estar muy atentos a las marcas del suelo, que por los movimientos de la cámara, a veces no podemos predecir con la suficiente antelación.
Snowboard cross, una prueba que no podía falta en un juego de deportes invernales, y que ya ha aparecido en otros títulos de Kinect. Nos situaremos de lado frente a la pantalla e inclinándonos manejaremos la tabla. Hay turbo y rebufo, como en otras pruebas que os hemos comentado, podemos empujar, y grindar sobre raíles manteniendo el equilibrio. También se pueden hacer acrobacias en el aire, una de ellas levantando los brazos por encima de nuestra cabeza, otra además elevando una pierna, quedándonos a la pata coja. Sin duda un deporte que funciona muy bien en Kinect.
Pista corta es una carrera de patinaje sobre hielo dando vueltas en un óvalo. Tenemos primero que coger velocidad corriendo en el sitio, y luego en las curvas inclinar nuestro cuerpo para tomarlas. Para coger velocidad, moveremos rápidamente los brazos doblados alternativamente hacia delante del cuerpo y hacia atrás –como si hiciéramos jogging-, y dejando de hacer este movimiento frenamos. También cómo no tenemos la adrenalina, el rebufo y los empujones de otras pruebas.
Trampolín de vuelo es ese espectacular deporte que todos vemos el día de año nuevo por la televisión. Primero, en el momento justo, tenemos que estirar los brazos hacia abajo para tomar impulso y soltarnos de la barandilla a la que estamos agarrados. Descenderemos por la rampa, intentando mantenernos lo más rectos posibles, y en el momento justo antes de que acabe, tendremos que saltar para elevarnos por el aire. Durante nuestro vuelo también tendremos que mantener el equilibrio, y en el momento justo antes de alcanzar el suelo, tendremos que dar un nuevo salto para caer bien. Simple pero efectivo, nos picaremos mucho para realizar los saltos más largos posibles.
Freeride de esquí alpino es descender por un circuito compitiendo por llegar el primero además de poder hacer piruetas en los saltos y grindar sobre los raíles. Podríamos decir que excepto en la salida, en la que nos tenemos que dar repetidas veces impulso, por lo demás es igual que la prueba de snowboard, con la diferencia de estar de frente a la pantalla y no de lado. Acrobacias, rebufo y demás son exactamente igual, eso sí, una prueba más veloz que la protagoniza por la tabla.
Curling, esa especie de petanca sobre hielo cuyo éxito en ciertos lugares como Canadá u otros países del norte de Europa muchos no entienden, pero que a otros en cambio nos cae simpático. Estirando un brazo elegimos la dirección, lanzándolo hacia adelante y dejándolo en el aire elegimos la potencia, y si inclinamos el cuerpo podemos darle efecto. Una vez lanzada la piedra de granito, también tendremos que tomar el papel de los que van con el cepillo, inclinando ligeramente las rodillas y rascando el suelo repetidamente, facilitando el avance de la piedra. Una oportunidad casi única de poder disfrutar de este peculiar deporte en un videojuego, y que se ha realizado con corrección.
Por último tenemos las motos de nieve. Carreras con estas espectaculares máquinas con las que además podemos hacer acrobacias en distintos saltos. Para empezar y salir a toda pastilla tenemos que levantar los brazos en el momento justo, para alcanzar la máxima velocidad. Luego la moto acelera sola, y solo podemos frenarla levantando un brazo, para mover su dirección, tenemos que poner las manos sobre un manillar imaginario y pilotar, funcionando bastante bien. Para hacer giros en las curvas, tendremos que estirar la pierna izquierda hacia un lado para girar a la derecha, y estirar la pierna derecha para girar hacia la izquierda. En los saltos las acrobacias se realizan igual que en el snowboard o el esquí, y contamos con habilidades ya vistas en otras disciplinas como empujar estirando los brazos o usar la adrenalina, para coger más velocidad.
Unos deportes nos parecen más divertidos que otros, que se manejan peor o mejor, pero hay que reconocer que son lo suficientemente complejos y tienen muchas acciones para realizar, por lo que no se trata de una jugabilidad superficial, y casi está más cerca de un simulador que de un arcade. Si todo esto que os hemos explicado os parece demasiado complejo, podemos escoger el modo familiar, que reducen los controles al mínimo en todas las pruebas, automatizando acciones, y siendo mucho más sencillo. Una opción de control que imaginamos se ha incluido pensando en los más pequeños de la casa.
Luego el modo principal, aparte de entrenamientos y tutoriales, es el modo Carrera, en el que viviremos el camino hacia la gloria de un equipo de jóvenes promesas. Al iniciar el juego, en una prueba de esquí en la que jugamos, el personaje acaba volando por los aires teniendo una grave lesión. Una vez recuperado, y en un nuevo equipo, tendremos que empezar desde cero, compitiendo en distintos campeonatos. El juego cuenta con cinemáticas donde se nos va narrando una pequeña historia, y que le aporta algo de personalidad y humanidad al título. En un árbol vemos las distintas pruebas, que bien pueden ser campeonatos o desafíos, y que debemos ir superando para avanzar en el modo Carrera, pudiendo elegir distintas ramas por las que hacerlo.
Los campeonatos son varias pruebas, mínimo cuatro, de los once deportes disponibles. Varios equipos compiten consiguiendo puntos en cada una de las disciplinas, y gana obviamente el que más puntos consiga al finalizar el campeonato, lo nos permitirá seguir avanzando. También tenemos los desafíos, pequeños retos arcade que sirven a modo de entrenamiento. Recoger monedas en la pista, derrotar a un rival especialmente duro o superar un circuito en un tiempo determinado. Tanto en este tipo de pruebas como en los campeonatos, obtenemos puntos de experiencia. Los podemos utilizar en cualquier momento y sirven para mejorar nuestras habilidades en cada uno de los deportes, por ejemplo más adrenalina, que esta cargue más rápido, mejor maniobrabilidad, tener un segundo intento cuando hemos perdido, y en general, hacernos mejores en cada uno de los deportes.
Hay muchísimos campeonatos y desafíos, lo que junto a su sistema de progresión obteniendo y usando puntos de experiencia, conforman un modo Carrera muy largo y completo. Posiblemente el juego de deportes para Kinect más completo que hemos visto hasta la fecha. Tenemos también un modo multijugador, para hasta cuatro jugadores, que podrán enfrentarse en competiciones online u offline, para ganar títulos o simplemente divertirse con diversos minijuegos.
Los gráficos no están nada mal, mejor que en muchos títulos de segunda fila para Kinect. Los deportistas, sobre todo en lo que se refiere al modelado facial, no están realizados con excesivo detalle, pero los escenarios, las pistas y estadios donde se disputan las pruebas sí son muy convincentes. Bellos paisajes de montaña, pabellones llenos de personas, y unas logradas presentaciones antes de cada prueba, con una simpática mascota, una especie de Bigfoot, que no para de hacer trastadas todo el rato. La sensación de velocidad, tan importante en pruebas como el bobsleigh, está muy lograda. En general un apartado técnico que cumple de sobra para un título de estas características.
Winter Stars nos ha sorprendido por lo completo que resulta, y acercarse a Kinect no desde la habitual óptica de un título desenfado y para toda la familia, sino de un modo realista, propio de un simulador. Muy completo, tanto en número de deportes –once- y la complejidad de estos, como en cantidad de campeonatos y pruebas, con un trabajado modo Carrera, que incluso tiene una historia. Si se pule un poco la sensibilidad de la detección en algunas pruebas, para los que disfrutan de Kinect, y sean amantes de los deportes de invierno, será un imprescindible. Con versiones también para PlayStation 3 usando Move, y Wii compatible con la Balance Board, llegará a finales de año.