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Género/s: Acción / Hack and Slash
Fecha de lanzamiento:
X360:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Q Entertainment
Distribución: Microsoft
Precio: 64.95 €
Formato: 1 DVD
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: No
ANÁLISIS

Avance Ninety-Nine Nights

Probamos el nuevo juego de Tetsuya Mizuguchi y Phantagram para Xbox 360.
Versión Xbox 360.

Hace unos días fuimos invitados a las oficinas de Microsoft en Madrid para probar una beta japonesa de Ninety Nine Nights, la esperada aventura de Q Entertaiment para Xbox 360. Lanzado en el país nipón el 20 de abril, la aventura viene de la mano del afamado productor Tetsuya Mizuguchi y del director de Phantagram SangYoun. Oscar del Moral, jefe de producto de juegos de Microsoft, nos enseñó por encima sus virtudes mostrándonos diversos niveles, personajes y combos, para después poder probarlo nosotros mismos.

Antes de nada vamos a recordar en qué consiste Ninety-Nine Nights (N3 de ahora en adelante). Básicamente es un juego de acción en el que controlamos a un héroe y vamos destrozando a cuantos enemigos podamos en grandes batallas. Está ambientado en un típico ambiente fantástico, con los héroes habituales del género y un diseño de personajes muy japonés. La historia narra cómo se ha quebrantado el equilibrio del universo debido a la destrucción de "la misteriosa piedra del poder".

Los guerreros estarán destinados a luchar en lugares lejanos con el único objetivo de restablecer el orden en el mundo. A priori no es una historia original ni nada que no hayamos visto antes, pero esperemos a desarrollarla por completo antes de entrar en valoraciones. En cuanto al guión, a pesar de que no pudimos comprobarlo al estar en japonés todo lo que vimos, desde Microsoft prometen que será complejo y tendrá un emocionante desenlace.

Entremos de lleno en el apartado técnico. Decoran el juego unos vistosos escenarios, no excesivamente amplios (la gran decepción fue ver que existen las malvadas paredes invisibles que nos impiden avanzar sin aparente razón) ni llenos de elementos, aunque tampoco vacíos. Sin duda alguna lo más vistoso del apartado gráfico son las batallas en las que participamos. Podemos llegar a observar unos cien enemigos a la vez y otros tantos aliados, todos moviéndose y actuando a alta velocidad sin apreciarse ralentizaciones. Nuestro personaje tiene unos movimientos bastante vistosos y los combos son espectaculares, así como el efecto de los mismos en los enemigos. Se le puede echar en cara que los grupos de personajes iguales (como un regimiento de arqueros o lanceros) que estén controlados por la máquina actúan en determinadas ocasiones de igual forma, con los mismos movimientos y ataques, como si fuera un solo enemigo clonado de otro a su lado. Realmente el nivel de acción es alucinante, podemos meternos en una pelea de lleno y desconocer nuestra posición del caos que hay organizado. De hecho casi nunca sabemos a quién estamos pegando. Otro fallito es que los cuerpos de los enemigos desaparecen al matarlos, impidiendo que se formen montañas gigantescas de cadáveres, lo cual gustaría a unos y no tanto a otros.

Los escenarios de los niveles son bastante diferentes entre sí, ya que nos encontramos desde bosques con sus arbolitos hasta montañas nevadas, pasando por pueblos o áridas tierras. Ciertamente no dejan de ser decorados de la acción, ya que apenas influyen en la jugabilidad, pero es de agradecer una cierta variedad visual.

La música promete ser uno de los aspectos más trabajados del juego, con una banda sonora de calidad, emocionante y que te ayuda a meterte en la acción. Lamentablemente en algunas ocasiones peca de repetitiva (cuando estamos mucho tiempo en un mismo sitio o una batalla se prolonga, o simplemente melodías similares) pero acompaña perfectamente al juego. Merece escucharla con 5.1 si tenemos la posibilidad.

Centrándonos en el apartado jugable hemos de reseñar varias cosas. El juego arrastra un problema (al menos en la versión que probamos) y es la baja dificultad de la mayoría de los niveles (nos costará encontrar algún problema o morir). Si bien el juego no está planteado como un reto de habilidad (ya que es bastante caótico y la precisión no será una cualidad necesaria) lo cierto es que en los primeros niveles podemos quedarnos parados en medio de una horda de enemigos y apenas sufrimos daños o somos atacados, por poner un ejemplo ilustrativo. Otro ejemplo se produce cuando nos acercamos a una melé y un grupo de enemigos nos observa y viene a atacarnos, pero misteriosamente al estar muy próximos se detienen y aguardan a que nosotros tomemos la iniciativa (es decir, a que les masacremos). Ni estrategias de grupo ni nada por el estilo, al menos en lo que pudimos probar. Es cierto que en niveles avanzados la cosa se complica, más que nada porque nos encontramos con enemigos más fuertes y más inteligentes, pero aun así sigue pareciendo poco dificultoso. Otro dato es que no existe el fuego amigo, es decir, podemos atravesar a nuestros aliados con una espada del quince que no sufrirán el menor rasguño (ni siquiera les afectará a su animación). Esto permite que los combates pierdan más sentido aun de táctica y se simplifiquen a machacar botones y sacar combos. Existe en la interfaz un contador de muertes totales y otro relacionado con los combos consecutivos que hacemos, siendo un reto superarlo si podemos. Además existe una barra de poder que se llena según aniquilemos monstruos y que nos permitirá hacer un combo aun más poderoso. Y otra barra más con un ataque especial que destruye a todos los enemigos de la pantalla. Matar, matar, matar...

A la hora de jugar N3 resulta enormemente sencillo, tanto para bien como para mal. Jugar por primera vez no le costará a absolutamente nadie, los controles son muy intuitivos y no tendremos necesidad de aprendernos ocho botones. Dos para atacar, salto, sprint y protegerse. Poco más. Pero claro, esto es así durante todo el juego, y cuando hemos jugado unos cuantos niveles empezamos a preguntarnos si no estaría bien que hubiera algo más. Aún así, la gran gracia de N3 radica en el uso de los combos. Hay muchos, muchísimos, y de todas las índoles. Largos, cortos, rápidos, lentos... Todos con combinaciones sencillas de botones (consultables en todo momento desde el menú START) y con un distinto uso del tiempo entre pulsación. Para poder ser un verdadero guerrero en Ninety-Nine Nights has de controlar el máximo número de ellos, sino estarás vendido y serás pasto de las bestias en cuanto te descuides.

Por otro lado, si bien comenzamos la aventura con un solo personaje seleccionable, a medida que avancemos en el juego y profundicemos en la historia irán apareciendo más, hasta seis. A lo largo de la aventura se irán entrelazando y encontrando en diversas ocasiones, además de jugar niveles distintos con cada uno de ellos. Cada protagonista posee una serie de atributos, los típicos de los mundos fantásticos, como el ataque, defensa, poder... y sobre todo experiencia. Por cada enemigo que aniquilemos ganaremos unos cuantos puntos que nos ayudarán a subir de nivel y por lo tanto mejorar nuestras características. Lo cierto es que no tomamos parte en el desarrollo del personaje, todo se hace de forma automática: no elegimos habilidades, ni combos, ni en qué repartir la experiencia... Pero aun así es interesante ver la evolución de nuestro guerrero.

En cuanto al uso de objetos, hay que decir que encontramos unas cien armas disponibles para equiparnos que modificarán los atributos de nuestro personaje, naturalmente a mejor. Podemos elegir que portar en cada momento desde el menú START.

Concluyamos diciendo que Ninety-Nine Nights es un juego bastante divertido, muy en la onda de Dinasty Warriors, pero que peca un poco de repetitivo cuando ya has jugado un rato. Técnicamente posee calidad, muestra una gran cantidad de enemigos en pantalla y posee una excelente banda sonora. Habrá que comprobar finalmente si los problemillas enumerados en el artículo llegan a corregirse, pero aún así, si la duración es buena y la historia interesante, podemos estar ante un juego de calidad.

N3 llegará a España con las voces en inglés y subtítulos en castellano, presumiblemente a principios de otoño, de forma exclusiva para Xbox 360.