Kirby se hizo esperar mucho en GameCube para ofrecernos, al final, un juego mediocre de carreras, Kirby Air Ride, y dejarnos con las ganas de un Kirby Adventure para esa consola. En Wii también hemos tenido que esperar, aunque hemos disfrutado ya de un magnífico Kirby's Epic Yarn y ahora, antes de que termine el año, recibiremos Kirby's Adventure, el juego para la doméstica de Nintendo que busca un enfoque más tradicional y que, de hecho, parece ser el heredero del cancelado juego de GameCube.
No sería de extrañar, pues el juego se esperaba para los últimos años de GameCube, y si repasamos las imágenes de dicho proyecto nos encontramos con que las similitudes son evidentes. Una de las cosas que más llamará la atención es que, por fin, tenemos un Kirby que vuelve a los orígenes, tras el citado juego para Wii o el también próximo Kirby Mass Attack para Nintendo DS.
Por supuesto, se trata de coger esa fórmula clásica y llevarla un paso más allá. Así pues, nos encontraremos con un plataformas en el que Kirby saltará y podrá volar, pero en el que comerse a los enemigos para absorber sus poderes será un elemento esencial. Con una peculiaridad: ahora ya no se limitará a escupir fuego, o a llevar una espada y plantarse un gorro de clara inspiración zéldica, no… ahora algunos enemigos darán a Kirby poderes totalmente alucinantes.
Por ejemplo, nadie se extrañará cuando pase un rato con el juego y en vez de llevar una espadita, como en el ejemplo que os dábamos antes, Kirby en realidad se saque de la manga unos espadones que ocupan casi toda la pantalla, una cimitarra enorme (la Ultra Sword) con la que repartir caña a todo bicho viviente. O que no eche bolas de fuego, sino que directamente invoque a dragones que crucen toda la pantalla.
Habrá que ver en la práctica cómo afecta esto realmente a la jugabilidad, pero sí está claro que a nivel estético y visual su impacto en el juego es notable, e incluso podemos decir que en esta ocasión Kirby es una bola rosa que sabe sacar todo el carácter.
Eso no significa que Nintendo esté cambiando el estilo o la intencionalidad de Kirby: sigue siendo un protagonista de un mundo bonachón y la historia tiene mucho que ver con tartas, tonos pastel y una misteriosa nave que llega a Dreamland, el mundo de estos personajes.
Con gráficos poligonales, el juego se basa en una jugabilidad bidimensional de desarrollo lateral muy clásica que se beneficia de una calidad en la animación muy destacable, haciendo que Kirby resulte mucho más orgánico, algo importante porque en esta ocasión incluso tiene la posibilidad devorar bloques o enemigos de dimensiones increíbles. Pese a la aparente sencillez que, a buen seguro, cubrirá todo el juego, un simple vistazo al trabajo técnico muestra cómo el movimiento de Kirby es dinámico, su cuerpo fluye y se deforma al saltar y desplazarse por los escenarios.
En la misma medida, la cantidad de poderes de Kirby promete ser la mayor vista hasta ahora, y eso es mucho decir. Poderes de todo tipo, como lanzar cañonazos, convertirse en un tornado o ir por el escenario saltando con una bota de nieve llena de clavos prometen ser solo una de las pocas posibilidades que ofrecerá el juego en sus múltiples fases.
Además de esas habilidades habrá que tener en cuenta también que el jugador tendrá que saber cuándo usas las "megahabilidades" para sacar la ventaja necesaria o abrir nuevos caminos. Será necesario para, por ejemplo, romper paredes y poder seguir avanzando, o para despejar todo un camino de enemigos cuando estemos en la clásica fase en la que el scroll (el avance de la imagen de la pantalla) no se detenga para evitar quedar atrapados y perder una vida.
Kirby's Adventure promete, por tanto, ofrecer a los amantes de los plataformas una magnífica razón para volver a disfrutar con este personaje. Todas sus señas de identidad se han respetado y estamos pendientes de poder probar a fondo sus novedades para comprobar cómo es el conjunto final que, eso sí, desde ahora ya auguramos como prometedor. Frente a las últimas novedades y giros en la saga de Kirby, era el momento de que el héroe volviera a sus cimientos para, desde ahí, construir una nueva aventura.