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Plataformas
Género/s: Plataformas
Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Nintendo
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 59,99 €
Jugadores: 1-2
Formato: Tarjeta
Textos: Español
Voces: No
Online: No
ANÁLISIS

Impresiones finales Super Mario Odyssey

Disfrutamos en profundidad de la aventura más ambiciosa, variada y divertida del popular personaje de Nintendo.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión Switch.

En el pasado E3 ya os hablamos con un entusiasmo inusitado de lo que nos había parecido nuestro primer contacto con Super Mario Odyssey, y ahora que ya hemos podido jugarlo más en profundidad, solo podemos confirmar aquellas sensaciones tan positivas: es un juego cuya frescura y desparpajo nos ha vuelto a desbordar.

Mario y Cappy tendrán que formar equipo para salvar a Peach y Tiara.

Todas las entregas principales de la saga Super Mario siempre son juegos muy esperados, pero este en concreto nos hace especial ilusión porque recupera lo visto en Super Mario Sunshine, la aventura de GameCube que experimentó más que nunca con los entornos abiertos, la exploración, los puzles y por supuesto el plataformeo, en un cóctel jugable que nos gustó mucho, aunque fue capaz de dividir en discusiones hasta a los más apasionados aficionados de la saga.

Han tenido que pasar 15 años para volver a disfrutar de un Super Mario en mundo abierto, pero al igual que el reciente The Legend of Zelda: Breath of the Wild que ha abrazado la fórmula sandbox con mucho acierto, Super Mario Odyssey hace lo propio y le sienta genial esa libertad para explorar entornos abiertos y experimentar con todo lo que nos rodea.

Los distintos reinos que visitamos no son gigantescos, pero sí muy densos, y están repletos de plataformas, minijuegos, desafíos, puzles, personajes, coleccionables, jefes finales, zonas ocultas y todo tipo de secretos, que hacen que te puedas tirar horas y horas explorándolos para sacarles todo el jugo.

En este nuevo contacto pudimos explorar en profundidad dos de ellos, Reino de los fogones y Reino ribereño, y así disfrutar del derroche de creatividad y buenas ideas que ofrece este juego, que no te deja de sorprender un solo momento. A los habituales movimientos de Mario en sus entregas en 3D, muy numerosos y variados a estas alturas, se le suman todo un nuevo surtido de acciones gracias a Cappy, un misterioso personaje que se ha convertido en la icónica gorra roja de Mario, y que nos permite tantos movimientos que llegamos a sentirnos desbordados en los primeros minutos.

Plataformas, exploración, puzles, jefes finales, cambios constantes en la jugabilidad... es un juego que ofrece una variedad de situaciones abrumadora.

No solo todo tipo de nuevos saltos como apoyarnos en la gorra en el aire después de un lanzamiento o atacar con ella a los enemigos de distintas formas, sino también como ya sabéis por las transformaciones, ya que al lanzarla a ciertos enemigos, personajes u objetos de los escenarios podemos tomar su control, cambiando la jugabilidad radicalmente en cuestión de segundos, con nuevas acciones y movimientos.

Cada nueva transformación nos permite realizar nuevas acciones y movimientos.

Esto lo utiliza la aventura para crear una variedad de situaciones enorme, que cuando tengamos el producto final en nuestras manos habría que ponerse a contar, porque puede que se trate de alguna especie de récord en el mundo de los videojuegos.

La exploración y experimentación es mucho más importante que en otros Super Mario, pero eso no quiere decir que los saltos se dejen de lado, y hay fantásticas secciones de plataformas por todas partes. Hay multitud de niveles cerrados a los que accedemos por tuberías, centrados totalmente en los saltos, por si alguno echaba de menos la intensidad "plataformera" de los mejores momentos de Super Mario Galaxy o el más reciente Super Mario 3D World.

Como se espera en los mejores juegos de Nintendo, el control es una auténtica maravilla, simplemente exquisito, a muchísimos cuerpos de distancia de cualquier plataformas 3D que hayáis podido probar en los últimos tiempos. Y si habéis visto que ciertas acciones se pueden realizar con el control por movimiento de los mandos de Switch, como lanzar la gorra, no os asustéis, ya que se puede prescindir de ellos totalmente si así lo queréis.

Como ocurría en Splatoon con el apuntado con giroscopios, nos han dicho que le demos una oportunidad a los controles por movimiento de Super Mario Odyssey, ya que la recompensa merecerá la pena, y son acciones que se sienten muy naturales cuando las llegas a dominar. Pero nosotros estamos un tanto chapados a la antigua y lo primero que hicimos fue pedir un mando Pro (que por cierto, también puede ejecutar los ataques con control por movimiento), pero en la versión final le daremos una oportunidad a jugar con los Joy-Con por separado, que es como le gusta mostrar el juego a Nintendo.

Como es habitual en la serie la jugabilidad es una auténtica maravilla.

Se nota que es un juego que quiere aprovechar las posibilidades de la consola, y nos sorprendió uno de los puzles que encontramos en el interior de una cueva, en el que para encontrar una luna oculta en el suelo nos teníamos que guiar por la vibración HD del mando, una función de los mandos de Switch que parece usará el juego mejor que ningún otro hasta ahora.

Nuestro objetivo en cada reino será encontrar lunas para alimentar a la Odyssey y así poder viajar a nuevos mundos.

El objetivo en cada reino es encontrar el mayor número de lunas posible, que podemos obtener de muy diversas maneras. A veces simplemente están escondidas en algún lugar de los amplios escenarios, otras hay que obtenerlas superando algún desafío o minijuego, y en muchas ocasiones son puzles relacionados con el entorno, en los que tenemos que realizar alguna acción concreta para obtener una luna. Ya sea por puro instinto, como nos pasó en muchas ocasiones, o por pistas que nos dan los habitantes de los reinos si hablamos con ellos, te vas topando con estas lunas, escondidas donde menos te lo esperas. Algo así como los kolog de Breath of the Wild, pero mucho más elaborado.

Con estas lunas alimentados la nave voladora de Mario con forma de sombrero, la Odyssey, y cuando tengamos la suficiente energía podremos viajar al siguiente reino, que vamos desbloqueando sucesivamente. Al llegar a un nuevo reino podemos necesitar encontrar 15 lunas para avanzar al siguiente, pero puede que ese escenario tenga 40 o más, ya que una gran mayoría de ellas son opcionales. No sabemos todavía la cifra de lunas que tendrá toda la aventura, pero por lo que hemos visto intuimos que será de vértigo.

Además, cada uno de estos reinos tiene su propia moneda, y con ellas podemos desbloquear nuevas trajes y accesorios para Mario, e incluso objetos para decorar la nave. Los trajes de Mario no nos otorgan nuevas acciones o poderes, solo cambian su aspecto de maneras muy simpáticas, pero en ocasiones necesitaremos un traje en concreto para acceder a ciertas zonas de los escenarios, y así poder desbloquear nuevas lunas.

En las tiendas de cada mundo podemos desbloquear nuevos trajes y sombreros para Mario. El traje ya conocido como 'Mario pezones' ha sido una de las sensaciones de los últimos días.

Los minijuegos que encontramos en cada reino tienen marcadores en línea, y podemos picarnos con jugadores de todo el mundo; hay un modo foto como vimos en el último Nintendo Direct, que creemos que va a dar mucho juego en las redes sociales, y también habrá un modo para dos jugadores, del que todavía desconocemos los detalles. Y sospechamos que todavía hay muchas sorpresas por desvelar, que esperamos que no nos destripen antes del lanzamiento, para el que queda poco más de un mes.

Si su capacidad para divertir, su desbordante creatividad y su jugabilidad impecable ya nos había impacto en nuestro primer contacto en el pasado E3, en esta ocasión nos ha sorprendido también lo bien que se ve, ha pegado un subidón gráfico en esta recta final del desarrollo. Una imagen muy limpia y nítida, buenas texturas, entornos en ocasiones sorprendentemente amplios, 60fps estables como rocas, va a ser sin duda uno de los juegos más bonitos del catálogo de Switch. De hecho, nos ha hecho pensar que si Zelda: Breath of the Wild hubiera sido un desarrollo nativo para esta consola, podría haber lucido bastante mejor.

El juego luce genial jugando en un televisor con la consola en el dock.

Y aunque en lo técnico cumple de sobra, es en las animaciones y en la pasión por los pequeños detalles donde más sorprende. El repertorio de movimientos, gestos y reacciones de Mario y los enemigos que nos rodean es apabullante, y estás jugando todo el rato con una sonrisa en dibujada en la cara, es un juego que es pura simpatía, capaz de hacerte olvidar que has tenido un mal día. Esto es gracias también a unas melodías preciosas y a un enorme repertorio de encantadores efectos de sonido, que redondean una aventura que transmite buen rollo y felicidad, como pocos juegos recordamos recientemente.

Un monumento a la diversión

Hace tiempo que no teníamos un flechazo como este con un juego… o bueno no tanto, ya que nos ha entusiasmado de manera muy parecida a como lo hicieron las primeras horas que vivimos con The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Esto os puede servir para haceros una idea del juegazo que se avecina, que ya os decimos que se postula como uno de los más serios aspirantes a juego del año, y lo más importante, una aventura que los amantes de los plataformas y de este personaje vais a disfrutar a niveles incalificables. No os pongáis nerviosos que queda ya muy poco, el 27 de octubre está a la vuelta de la esquina.

Hemos escrito estas impresiones tras probar el juego en un evento organizado por Nintendo España.

Redactor