Se tiene la concepción de que el golf es un deporte complejo y un tanto incomprensible por una serie de reglas que no son de dominio público; al fin y al cabo, lo más habitual es jugar al fútbol en el parque con los amigos o al baloncesto en el patio del recreo, pero rara vez te van a poner el golf en las clases de educación física. Sin embargo, a pesar de toda esa terminología que identifica palos, zonas del campo y métodos de golpear la bola, las bases de este deporte son tan identificables como el resto de actividades mencionadas.
Es esa base, y no el resto de capas de profundidad que tiene el deporte, la que utiliza Camelot para construir las mecánicas de Mario Golf: Super Rush, el título que llegará en exclusiva a Nintendo Switch el próximo 25 de junio y que tiene la misma idea que otros títulos con los que el público general está más que familiarizado: Mario Kart 8 Deluxe, Mario Tennis Aces y el tan querido Mario Strikers Charged Football. Es decir, adaptar al videojuego un deporte en su forma más básica añadiendo capas de fantasía y humor de manera que cualquier amigo o familiar que llegue a casa pueda entender, disfrutar y pasárselo bien nada más agarrar el mando.
Un control que cualquiera puede entender
Esto es así en Mario Golf: Super Rush por varias decisiones de diseño orientadas a la accesibilidad que comienzan por el control. Para llevar la bola hasta el green tan solo hay que pulsar un botón para que una flecha se mueva a través de una barrita que indica la intensidad con la que se le dará a la bola, y el reto está en parar la fecha en el momento justo. Incluso si llega a casa alguien que no ha tocado jamás un mando de consola, se puede jugar en el multijugador para cuatro personas al estilo Wii Sports usando el Joy-Con como si fuera el mando de Wii: tan solo hay que pulsar un par de botones para dar los golpes curvos o con bolea, y para utilizar sistemas no imprescindibles para jugar como identificar los desniveles del terreno.
Más allá del control, están los sistemas que, como en Mario Kart, afectan de manera positiva o negativa a todos por igual, sean jugadores más expertos o más novatos.
Igual que un caparazón azul va a afectar igual a quien lleva mil horas jugadas a la saga como a quien ha cogido el mando por primera vez, en Mario Golf: Super Rush hay tornados en los escenarios, criaturas que bloquean el green, plantas piraña que se pueden comer la bola, zonas volcánicas con suelos que se van desmoronando... Mecánicas que sirven para equilibrar las cosas y hacer que una partida multijugador siempre sea divertida y emocionante.
Un golf muy dinámico
Además, hay dos modos de juego que asemejan la experiencia, en cuanto a las sensaciones y emociones que da al jugar, a las de Mario Kart. Por un lado, Golf rápido es una experiencia muy dinámica porque no se golpea la bola por turnos, sino que los jugadores golpean a la vez y después corren hacia ella, creando momentos de carrera y competición más directa que en el golf tradicional, donde se puede empujar a los rivales o bloquearlos para que, por ejemplo, se pinchen con una planta piraña.
Por otro lado, al igual que Mario, Peach, Wario, Estela, Boo y los otros 11 personajes tienen diferencias en la resistencia, la fuerza, la velocidad, el control y el giro de la bola, cada uno de ellos tiene un golpe especial al estilo de Mario Tennis Aces en el modo Golf rápido, como que la bola explote cuando toca el suelo (aturdiendo a quienes haya cerca) o que salga disparada en línea recta. También se podrán activar obstáculos por el escenario y recoger monedas y corazones, estos últimos imprescindibles para recargar la barra de resistencia que permite hacer los acelerones especiales; por ejemplo, Bowsy se monta encima de un Bill Bala y Waluigi gira rápidamente derribando a los rivales que haya en su camino.
El paralelismo con Mario Kart no acaba ahí. Otro modo, las Batallas de golf, se basa en el mismo concepto que el anterior: no se juega por turnos, sino todos a la vez de manera caótica, pero en este caso en estadios, escenarios cerrados en los que el objetivo es ser los primeros en colar la bola en tres hoyos de los nueve que hay abiertos en todo momento. Es, en cierto modo, como el equivalente a las Batallas de globos o las Carreras de soles de Mario Golf, que ofrecen partidas muy rápidas y muy tensas.
Practicando en solitario
El modo Aventura para un jugador es también una manera estupenda para aprender los pormenores de Mario Golf antes de lanzarse al campo con los amigos. Aquí se controla al Mii para ayudar a los habitantes que conocemos de sobra del Reino Champiñón haciendo misiones y participando en minijuegos de golf. A través de esas pruebas y con una narrativa que guía al jugador se aprenden conceptos, formas de golpear y se alcanza cierta experiencia de la que después se podrá presumir en el multijugador.
Al fin y al cabo, esa faceta multiplayer, tanto local como online, es el núcleo de Mario Golf: Super Rush y el resto de juegos deportivos del fontanero: experiencias accesibles, con capas de profundidad que no son necesarias conocer para disfrutar, y que se basa en la competitividad equilibrada entre jugadores y en el humor: las risas y los enfados que surgen de ese caparazón azul que se lleva por delante a los que van primeros, o en este caso, de ese Waluigi danzando que te ha empujado al tornado.
Dentro de unos días en nuestra review os explicaremos todo lo que ofrece más en detalle y qué nos ha parecido.