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Género/s: JRPG / Rol
Fecha de lanzamiento:
PS5, PS4, XSX, XBOne, PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Tri-Ace
Producción: Square Enix
Distribución: Plaion
Precio: 69,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Inglés
Voces: Inglés/Japonés
Online: -
ANÁLISIS

Impresiones Star Ocean: The Divine Force - Un JRPG que mira al pasado reciente

Siete años después de la última entrega principal, tri-Ace vuelve con un juego de rol con combates en tiempo real que tiene su seña de identidad en el movimiento.
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Actualizado: 16:21 20/9/2022
Versiones PS5, Xbox One, PC, PS4, Xbox Series X/S. También disponible en PlayStation 4, Xbox Series X/S, Xbox One y Ordenador.

El año pasado, en plena celebración del 25 aniversario de la saga Star Ocean (cuya primera entrega no llegó a España hasta la adaptación para PSP en 2007), Square Enix y tri-Ace anunciaron Star Ocean: The Divine Force, el sexto juego principal de la serie de JRPG. El título que llegará el 27 de octubre para PC, PS5, Xbox Series X/S, PS4 y Xbox One es un juego de rol japonés que se percibe sacado de otra época, en concreto, de la era de PlayStation 3 y Xbox 360, un momento en el que el género no pasó por su mejor momento, pero que dejó un puñado de títulos para el recuerdo de los aficionados de las producciones japonesas de tamaño medio.

Tras jugar durante algo más de una hora a una versión final para PlayStation 5, sí, tuvimos todo el rato la sensación de que The Divine Force se siente ajeno a la época actual del JRPG: por su estilo artístico y capacidades técnicas, por el ritmo de los diálogos, por el tipo de personajes que presenta, por su básico diseño de niveles… Pero también es cierto que no se conforma con quedarse en el pasado al introducir una mecánica que afecta tanto al desplazamiento y a la exploración como al combate, agitando un poco lo que, en esencia, es un juego muy tradicional: la capacidad de volar. Esto, que puede parecer algo nimio en el gran esquema de un juego de rol, es lo que nos tuvo pegados a la pantalla hasta que nos dio por preguntar cuándo se acababa la demo; no lo hacía, era el juego completo.

Un mundo de fantasía y ciencia ficción

Nuestra partida comenzaba más o menos en el mismo punto en el que arranca la demo que ya podéis descargar en PlayStation Store y Tienda Microsoft (los jugadores de ordenador se quedan sin prueba), con la excepción de que nosotros no pudimos ver el comienzo inmediato de la aventura. Aun así, la premisa, muy atractiva sobre el papel, quedaba clara. Nos ponemos en la piel de un transportista espacial que acaba varado en un planeta donde las costumbres medievales y la magia están a la orden del día.

Así, se mezclan la ciencia ficción y la fantasía, lo que tiene potencial para tratar temas interesantes y provocar situaciones pintorescas para el protagonista. Algo de esto, de una manera muy superficial, ya se dejaba entrever en nuestra partida, donde encarnando a Raymond Lawrence y acompañados de la princesa Laeticia Aucerius y su caballero Albaird Bergholm, teníamos dos objetivos: primero, recuperar la importante carga que Raymond transportaba, y segundo, encontrar al semiomante Midas Felgreed.

Los soporíferos primeros minutos de 'Star Ocean' dan paso a un juego mucho más divertido tras encontrar el dispositivo D.U.M.A.

Los primeros momentos, en los que exploramos unas ruinas ancestrales y sus aledaños en busca del paquete extraviado, no fueron muy halagüeños. Avanzamos de manera muy lineal por el entorno, nos enfrentamos a las criaturas que lo pueblan con un sistema de combate en tiempo real que nos pareció muy lento y básico, y en contadas ocasiones nos salimos del camino establecido para recoger algún ítem. Pero la cosa cambió cuando llegamos al objetivo y nos hicimos con el dispositivo D.U.M.A., una suerte de robot que nos permite volar.

Esto, por supuesto, tiene una influencia directa en el desplazamiento, haciéndolo más divertido. Star Ocean: The Divine Force no es un mundo abierto, pero las distintas zonas de las que está compuesto son amplias, las más grandes de la saga. Así, tras un enfrentamiento contra un jefe final, continuamos nuestro viaje, esta vez sobrevolando el entorno y planeando (el aparato tiene un medidor de energía que se podrá ampliar, pero al agotarse podemos planear un momento), recogiendo cristales morados repartidos por las alturas que permiten mejorar las capacidades de D.U.M.A., y aterrizando con fuerza sobre los enemigos para iniciar las batallas.

Poco a poco tendremos más libertad para sobrevolar los distintos entornos, pueblos y ciudades en los que se divide el mundo.

También en Delryk, el pueblo que visitamos para descansar y charlar con nuestros acompañantes (hay conversaciones con opciones que, de algún modo cuya profundidad aún no sabemos medir, modifican las relaciones con esos personajes), hicimos uso del aparato, saltando sobre los tejados y estudiando el pueblo desde las alturas para adquirir más de esos cristales. El desplazamiento y la exploración, por tanto, no se percibe tan libre como en cualquier mundo abierto moderno, pero sí mucho más que en un JRPG tradicional.

Unas batallas que comienzan simples y se atisban complejas

El sistema de combate del JRPG de tri-Ace, por lo que experimentamos en esta primera hora, tarda en arrancar; las primeras batallas no son especialmente divertidas. Si bien es en tiempo real, hay un medidor de energía que frecuentemente nos dejaba unos segundos sin poder hacer nada más que movernos mientras nuestros acompañantes atacan automáticamente. Sin embargo, la introducción de D.U.M.A. hizo los enfrentamientos mucho más dinámicos por varios motivos.

El robot nos permite activar distintos potenciadores y debilidades de los adversarios al impactar sobre ellos.

La posibilidad de asaltar desde los cielos a los grupos de enemigos se percibía tan satisfactorio como cuando en Persona 5 atacamos a un adversario despistado, provocando distintos efectos que debilitan a los monstruos. En el fragor de la batalla también podemos echar mano de D.U.M.A. con bastante asiduidad, alzándonos en el cielo, apuntando hacia donde queremos impactar (que puede estar alejado del enfrentamiento para huir de la batalla) y causando efectos variados a los contrincantes al aterrizar. La utilización del robot será fundamental contra los enormes jefes finales, que tienen varios puntos en los que se debe golpear, lo que es imposible a ras del suelo.

Si bien en estos primeros momentos no vimos demasiada profundidad, nuestra percepción cambió bastante en cuanto abrimos los menús. Los efectos provocados por la utilización de D.U.M.A. se pueden mejorar y modificar. Los combos de cada personaje se pueden personalizar. Y el árbol de habilidades del protagonista y de los acompañantes es inmenso, aunque también es cierto que había muchos talentos de mejoras porcentuales. Todas estas opciones, sobre el papel, atisban un combate altamente personalizable y potencialmente profundo, pero habrá que ver si finalmente es así.

Los personajes, tanto principales como secundarios, carecen de expresividad; el doblaje (disponible en japonés e inglés) tampoco destaca.

Lo que sí que no nos acaba de convencer de ningún modo es el apartado visual de The Divine Force. En lo técnico, al menos en la versión de PlayStation 5, no tenemos ninguna queja: se mueve de manera fluida y los tiempos de carga al pasar de una zona a otra son muy breves. Pero todo lo demás, salvando la distancias, nos recuerda a aquellos JRPG de hace dos generaciones que ya entonces parecían títulos de la era de 128 bits en alta definición. El diseño de personajes no nos convence, y su expresividad en las animaciones faciales y corporales es nula. El mundo, con la excepción de la mencionada aldea, no solo está vacío, sino también falto de detalle. No es un título que entre por los ojos, y tampoco ayudará a que salga del público objetivo al que claramente va dirigido el hecho de que no esté traducido al español.

El JRPG llegará el 27 de octubre a PC, PlayStation y Xbox

Star Ocean: The Divine Force necesita más para convencernos. Es D.U.M.A., y cómo este robot influye en la exploración y en el combate, lo único que resalta, de momento, de un JRPG que parece de hace un par de generaciones. Quizá tri-Ace se guarda bajo la manga una trama interesantísima, un desarrollo de personajes para el recuerdo o un sistema de combate tan profundo como el que se atisba en sus menús. Pero, en nuestra prueba y en la demo que podéis probar en PlayStation y Xbox, no hemos visto nada de esto. Tendremos que esperar al 27 de octubre para comprobar si el juego de Square Enix consigue destacar y convencer más allá de los fans incondicionales de una serie tan querida como de nicho.

Hemos realizado estas impresiones tras jugar a una versión para PlayStation 5 en Square Enix Plays 2022, donde hemos acudido invitados por Plaion.