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Género/s: JRPG / Tipo GTA
Fecha de lanzamiento:
PS4, XSX, XBOne, PC:
PS5:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Sega
Producción: Sega
Distribución: Koch Media
Precio: 59,99 €
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Inglés/Japonés
Online: -
ANÁLISIS

Impresiones finales Yakuza: Like a Dragon

Probamos el espectacular, divertidísimo y alocado salto a los JRPG de una de las mejores sagas actuales de Sega.
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Actualizado: 15:57 12/10/2020
Versiones PS4, Xbox Series X/S, PS5, PC, Xbox One. También disponible en Xbox Series X/S, Xbox One, Ordenador y PlayStation 5.

Los cambios de género de una saga siempre son arriesgados y si encima se trata de una serie muy querida y con un legado como el de Yakuza, más todavía. Pero, paradójicamente y tras haber disfrutado de casi diez horas con él, si algo nos ha quedado claro es que Yakuza: Like a Dragon es justo el revulsivo que la licencia necesitaba tras dos décadas abusando de una fórmula que, por mucho que nos siga divirtiendo y enamorando, apenas ha sufrido cambios a lo largo de sus numerosas entregas.

Gameplay comentado

Un nuevo punto de partida

Por lo tanto, nos encontramos con una aventura que abandona la acción en tiempo real al más puro estilo beat 'em up por la que siempre se ha caracterizado la saga en favor de unos combates por turnos herederos directos de los JRPG más clásicos que se os puedan venir a la cabeza, lo que también trae consigo multitud de mecánicas de dicho género, como clases, subidas de nivel, un sistema de progresión con cierta profundidad, mazmorras, cofres del tesoro, etcétera.

Ichiban Kasuga es el gran protagonista de esta nueva historia. Como podréis suponer por el cambio de género del juego, es todo un fan de los JRPG y le pirran los clásicos como 'Dragon Quest'.

A pesar de este cambio tan drástico que probablemente os haya hecho arquear la ceja a más de uno y de dos, esto sigue siendo un Yakuza de pura cepa y su estructura y desarrollo siguen manteniendo las mismas bases de siempre, proponiéndonos explorar una ciudad japonesa actual mientras nos sumergimos en una compleja y elaborada trama repleta de personajes carismáticos, nos deleitamos con la gastronomía local visitando sus restaurantes, participamos en todo tipo de divertidos y extravagantes minijuegos, nos echamos unas partidas en las recreativas a los clásicos de Sega y ayudamos a la población en desternillantes e inesperadas misiones secundarias que son una auténtica locura.

Como veis, el ADN de la serie sigue muy presente aquí y con todo esto Ryu Ga Gotoku Studio ha encontrado la excusa perfecta para ofrecernos un nuevo punto de partida que facilitará el acceso a la saga a cualquiera que estuviese interesado en ella y no se hubiese atrevido a introducirse todavía ante la perspectiva de tener que jugarse siete juegos de decenas de horas cada uno para ponerse al día.

Es decir, a nivel argumental se ha apostado por ofrecernos una historia completamente nueva, con personajes inéditos y creados para la ocasión e incluso se ha cambiado la ciudad por la que nos moveremos, abandonando las inolvidables calles de Kamurocho para llevarnos hasta Yokohama.

Evidentemente, si habéis jugado entregas anteriores pillaréis muchos guiños y referencias, pero la obra es totalmente disfrutable independientemente de nuestro nivel de conocimientos y experiencia con sus predecesores.

Isezaki Ijincho, el barrio ficticio de Yokohama en el que se desarrolla el juego, tiene el mapa más grande que hemos visto nunca en la saga.

Por desgracia, de la historia como tal no os podemos hablar demasiado todavía, ya que para estas impresiones solo nos han dejado jugar el capítulo 5 del juego, soltándonos en medio de una trama ya empezada y en la que no hemos querido profundizar para evitarnos destripes innecesarios a tan solo un mes de su estreno.

Locura JRPG

Centrándonos en su faceta JRPG, tenemos que admitir que nos ha sorprendido lo tremendamente bien que funciona todo, como si la saga siempre hubiese estado destinada a dar este salto. Como podréis suponer, estamos hablando de un juego ambientado en una ciudad japonesa actual y de corte realista, por lo que no esperéis guerreros, magos, hechizos, monstruos ni ninguno de los elementos fantásticos que tan habituales suelen ser en este tipo de títulos.

Dependiendo de nuestras respuestas y realizando determinadas actividades podremos subir el nivel de los diferentes rasgos de nuestra personalidad, algo que nos servirá, entre otras cosas, para desbloquear nuevas clases y potenciar ciertas técnicas.

Sin embargo, lo que sus desarrolladores han hecho es convertir lo cotidiano, lo normal y lo aburrido en exageradas y espectaculares técnicas de combate y hechizos devastadores con todo tipo de alocados efectos durante las batallas. O lo que es lo mismo, aquí no vais a lanzar una bola de fuego, pero sí que vais a incinerar a vuestros rivales con la ayuda de un mechero y un buen eructo tras beber alcohol.

Resulta increíble la imaginación que han tenido a la hora de diseñar sus habilidades y lo desternillantes y locas que pueden llegar a resultar, pegando "bolsazos", lanzando tarjetas de crédito como si fuesen shurikens que dejan al adversario desangrándose, curando a nuestros aliados con una canción que habla sobre lo bonito que es vivir o invocando una bandada de palomas al tirarle unas migajas de pan a quien ose interponerse en nuestro camino, por mencionar tan solo unos poquísimos de los múltiples ejemplos que nos encontraremos.

Si rociamos a nuestros enemigos con vino espumoso congelado podremos emborracharlos y hacer que pillen un constipado, además de provocarles ciertas cantidades de daño.

Y ojo, ya que los enemigos no se quedan atrás, pues podrán acusarnos de tonterías sin fundamento alguno para silenciarnos, piratearán nuestros móviles para exponer nuestras fotos íntimas y dejarnos aturdidos o se pondrán chulos y nos soltarán una retahíla de amenazas para intimidarnos, entre otras lindezas que merece la pena que descubráis por vosotros mismos. De hecho, la galería de rivales que nos asaltarán durante nuestros paseos por Yokohama no tiene desperdicio alguno y van desde los típicos pandilleros y yakuzas hasta señores en pañales, pacientes de hospital que se han escaqueado antes de que les dieran el alta y que apenas pueden mantenerse en pie sobre sus muletas, policías de la moda u otakus con muy malas pulgas. Nunca sabes con qué nueva extravagancia te van a sorprender y sacar una carcajada, y es ahí precisamente, al mostrarnos el mundo real como si de un JRPG clásico se tratase, donde encontramos una de sus mayores virtudes.

Muchos de nuestros ataques tienen un pequeño QTE que si lo realizamos correctamente nos permitirá aumentar nuestro daño. De igual modo, los rivales pueden ser débiles a determinados tipos de golpes y elementos.

Un buen ejemplo de esto lo tenemos en su sistema de clases. Jugablemente funcionan de un modo muy similar a lo visto en títulos como Final Fantasy V o Dragon Quest III, pudiendo seleccionar el trabajo que queremos que desempeñen cada uno de nuestros héroes para que así obtengan habilidades y técnicas exclusivas de ese oficio a medida que ganen experiencia batallando con ellos. Sin embargo, aquí no vais a ser magos blancos, ni brujos, ni guerreros, y mucho menos arqueros, ya que todas las profesiones se corresponden con las de nuestra realidad, como chef, capataz de una obra, autónomo, camarero, músico callejero, mendigo e incluso hostess.

Evidentemente, para cambiar de una profesión a otra tendremos que acudir a la oficina de empleo.

Esto nos deja con un sistema de progresión que, si bien en lo mecánico no es demasiado original, funciona de maravilla y engancha como pocos, invitándonos a probar multitud de clases a la vez que nos da mucha flexibilidad para decidir el desarrollo de nuestro grupo. Algo parecido podríamos decir de las batallas como tal, con una sucesión de turnos muy tradicional en la que deberemos escoger nuestros comandos con una interfaz que recuerda muchísimo a la de Persona 5. Obviamente, no faltarán los ataques básicos, las técnicas especiales, las habilidades de apoyo y curación, las poses defensivas para reducir el daño recibido ni los estados alterados. Por poder podremos incluso recurrir a unas espectaculares y desternillantes invocaciones si se encuentran disponibles y pagamos los yenes que requieran, pudiendo así solicitar la ayuda de varias langostas que dañan y envenenan, de una gallina llamada Tortilla que nos cura con sus huevos o de un yakuza disfrazado de bebé que debilita a todos nuestros contrincantes con su llanto, por citar tan solo unos pocos ejemplos.

Además de todo esto, también tendremos que tener en cuenta el posicionamiento de nuestros enemigos y de nuestros personajes, ya que se irán moviendo automáticamente durante las peleas y muchas técnicas solo afectan a un área determinada, por no hablar de que si intentamos atacar a alguien lejano lo más probable será que al pasar junto a otro adversario este interrumpa nuestra acción antes de que podamos llegar a nuestro objetivo.

A pesar de la presentación tan loca que tiene todo el juego, lo cierto es que en lo jugable no deja de ser un JRPG mucho más puro y clásico de lo que las apariencias podrían darnos a entender, con unas mecánicas muy bien diseñadas y unos enfrentamientos divertidísimos que son todo un vicio. Lo mejor que podemos decir de ellos es que nos hemos quedado con muchísimas ganas de seguir profundizando en sus posibilidades para descubrir hasta dónde serán capaces de llegar, algo que siempre es muy buena señal.

De aventuras en Yokohama

En lo que respecta a la nueva ciudad y a las actividades que podemos realizar en ella, cabe destacar que el cambio de ambiente frente a lo que la serie nos tenía acostumbrados es más que evidente y quizá no guste a todo el mundo por igual. En nuestra opinión, Yokohama no es tan interesante ni atractiva como Kamurocho, pero nos lo hemos pasado genial recorriendo sus calles, donde siempre hay algo que hacer.

Los nuevos minijuegos nos han parecido muy divertidos.

Por un lado, las misiones secundarias siguen muy de cerca el patrón habitual de la saga, proponiéndonos todo tipo de extravagantes y divertidas historias en las que tendremos que hacer prácticamente de todo: escoltar hasta una tienda de ropa a un hombre que se ha quedado desnudo y solo tiene las burbujas y la espuma del baño que se estaba dando para cubrir sus partes íntimas, pillar in fraganti a un ciudadano que se dedica a orinar públicamente en el río de la ciudad o ayudar a un mendigo a encontrar a su querida langosta Nancy. Evidentemente, las hay mejores y peores (algunas nos hacen dar más pateos de lo que sería deseable), pero, en general, nos lo hemos pasado muy bien con ellas y tienen el sello de calidad de la casa.

Sobre los minijuegos, nos encontramos con una mezcla de muchos ya conocidos con otros tantos nuevos. De este modo regresan cosas como el karaoke, el béisbol o el golf a las que tenemos que sumarle algunas pruebas inéditas y tan divertidas como las carreras de karts o intentar aguantar despiertos en el cine viendo una película clásica. Por supuesto, tampoco faltarán a la cita las recreativas de Sega con Outrun, Fantasy Zone y Virtua Fighter 2.

Cambiando un poco de tercio, cabe comentar que a nivel gráfico el título luce genial. No es que haya un gran salto respecto a lo visto En Yakuza 6, Kiwami 2 o Judgment, pero sí que consigue sumergirnos con suma facilidad en su mundo gracias a unos modelados cuidadísimos, unas animaciones geniales y una puesta en escena sobresaliente que da su mejor cara en las cinemáticas y durante los combates cuando ponemos en práctica nuestras técnicas más poderosas. Y ojo con los escenarios, ya que tampoco se quedan atrás y tienen un nivel de detalle altísimo.

Finalmente, el sonido nos deja una banda sonora que ambienta bien la acción y que se atreve con algunas melodías MIDI a modo de guiño a los antiguos JRPG, buenos efectos y un fantástico doblaje tanto en inglés y japonés. Además, todos los textos nos llegan magníficamente traducidos al español, al nivel al que nos tiene habituados Sega últimamente, con palabras y expresiones muy coloquiales que resultan muy naturales y enfatizan las personalidades de los personajes y el tono general del juego.

Una prometedora revolución

Yakuza: Like a Dragon es un juego que ya nos tiene ganados. Estamos deseando que llegue el 10 de noviembre para poder echarle el guante a su versión final y sumergirnos de lleno en una aventura que viene dispuesta a revolucionar de la mejor manera posible una saga cuyos cimientos parecían inamovibles. La apuesta es arriesgada, ya que por muy Yakuza que se sienta, no deja de ser un cambio de género muy drástico con el que quizá no comulguen los fans más puristas de la serie, pero lo que nos ha quedado claro con esta primera toma de contacto es que se trata de un JRPG muy prometedor y único en su especie que, al menos nosotros, no nos pensamos perder.

Hemos realizado estas impresiones gracias a una beta para PC que nos ha facilitado Koch Media.

Redactor