Aunque no convenció a todo el mundo por igual, a nosotros el primer The Evil Within nos gustó mucho, y nos pareció una aventura de terror y acción muy divertida, larga, variada y desafiante, y con una excelente ambientación.
Bethesda le va a dar una segunda oportunidad esta saga creada por Shinji Mikami -el conocido padre de Resident Evil, entre otros grandes juegos-, con una secuela que esta vez no estará dirigida por el creativo japonés, aunque sí ejercerá las tareas de productor. En esta ocasión el director será John Johanas, en el encargado de los DLC del primer juego, y ha dicho Mikami que podemos estar tranquilos, que la saga está en buenas manos.
Hace unas horas en la gamescom 2017 hemos podido probarlo por primera vez, y a pesar de haber jugado apenas un par de capítulos, nos ha quedado claro que para los que nos gustó el primero esta secuela va a ser casi imprescindible, porque no se han vuelto locos y siguen apostando por una fórmula jugable muy parecida, aunque habiendo escuchado algunas de las peticiones de los jugadores.
El primer The Evil Within combinaba secciones muy lineales e intensas -y por qué no decirlo, pasilleras-, con otros momentos más abiertos y de libre exploración, que eran muy interesantes pero que sabían a poco. Esta secuela va a volver a hacer algo parecido, pero los momentos para movernos con libertad por un gran escenario van a ser más abundantes y ambiciosos, y es aquí donde va a dar lo mejor de sí la fórmula survival horror.
Por contaros un poco de la historia sin desvelaros demasiado, The Evil Within 2 se desarrolla tres años después del primero, con un Sebastian Castellanos totalmente alcoholizado y que ha perdido el norte, pero que recibe la noticia de que su hija no está muerta, y que puede rescatarla, si se vuelve a internar una vez más en el terrorífico universo de STEM (suena a "invent" desde lejos, pobre hombre).
Así que sin nada que perder, otra vez tendremos que acompañar a Sebastian en este mundo de pesadilla, que contará con nuevos villanos y una mayor variedad de enemigos, y un diseño que dará más libertad al jugador para jugar como quiera, en un desarrollo menos encorsetado.
El primer capítulo que jugamos (el segundo de la aventura) era un tren de la bruja como tanto se ha puesto de moda ahora en el género, con juegos como Outlast a la cabeza, y teníamos que huir a toda prisa de una horrible criatura, con un diseño excelente, como es marca de la casa. Sustos, desconcierto, y todos esos horrores que ya conocimos en la primera entrega, y que quizás por saturación llegaban a perder su impacto.
Al llegar al tercer capítulo de la historia la cosa se puso mucho más interesante. Estamos en un pueblo norteamericano que podemos explorar con total libertad, teniendo que orientarnos con un dispositivo que nos indica la dirección de varias fuentes de sonido. No había un orden preestablecido para activar los diferentes eventos de este mundo abierto, y era importante explorar con mucha atención ya que los recursos son muy escasos desde el principio del juego.
El pueblo está lleno de enemigos en sus calles y edificios, y hay que intentar que no nos vean o ejecutarlos por la espalda con sigilo, ya que no tenemos balas suficientes para acabar con todos. Es muy importante explorar los escenarios de manera concienzuda para encontrar recursos, ya sean materiales para fabricar munición o botiquines, o encontrar nuevas armas o mejoras para estas.
Hay un refugio en el que podemos guardar partida y una mesa de trabajo desde la que podemos mejorar las armas. Crear objetos con su sistema de crafting lo podemos hacer en cualquier momento, y en esa apuesta por ofrecer más libertad al jugador, los árboles de habilidades del protagonista serán más complejos, divididos en ‘salud’, ‘sigilo’, ‘combate’, ‘recuperación’ y ‘atletismo’, que nos permitirán ir adquiriendo las mejoras que más nos convengan para nuestro estilo de juego.
Como descubrimos en esta demo, aunque es importante explorar para conseguir recursos, muchas veces haciendo esto te metías en distintas encerronas, y a las mecánicas de acción y sigilo del juego, con distintos tipos de armas, trampas y otros objetos, les sienta genial que te puedas mover por un entorno bastante amplio y con libertad. ¿Os acordáis en el primero del capítulo 3, en el que te movías por una especie de granja o aldea bastante amplia? Pues algo parecido, pero en un escenario mucho más grande.
Esta libertad no se ve reñida con los sustos o grandes momentos de tensión en los que te ves rodeado, y tenemos mucha curiosidad por saber si el juego va a ser en su mayor parte así, aunque luego tenga otros momentos más lineales. Salvando las distancias, explorar este pueblo norteamericano plagado de monstruos y con una especie de radio en la mano para guiarnos, nos recordó inevitablemente a nuestro añorado Silent Hill, aunque jugablemente sea muy distinto. Como ha demostrado recientemente Resident Evil 7 -en su primera mitad-, al género le sienta genial tener una estructura más abierta.
Uno de los detalles que nos llamó la atención es que pese a tratarse casi del inicio de la aventura, y que jugamos en el segundo nivel de dificultad disponible (hay tres: ‘casual’, ‘survival’ y ‘pesadilla’), nos pareció muy desafiante, nos quedamos sin balas a las primeras de cambio y nos mataron varias veces, y la verdad, esto nos encanta, y nos parece un alivio, por el hecho de que no hayan rebajado la intensidad de la experiencia por llegar a un público más amplio.
En lo que se refiere a los controles, a las posibilidades jugables e incluso al apartado gráfico, es un juego muy continuista. Sigue teniendo un gunplay que no es del todo fino, y de hecho es curioso que al principio del juego además de elegir la dificultad te pregunten si quieres activar un autoapuntado. Hubiéramos preferido que pulieran este aspecto, más que ofrecer una solución tramposa.
Visualmente se ve muy parecido, y lo que hace tres años no nos pareció que estuviera mal, era el inicio de la generación, ahora creemos que se queda un poco corto, se le ven todavía más las vergüenzas técnicas, y es un juego bastante discreto en este aspecto. Pero ojo, estamos hablando de lo técnico, porque en lo artístico sigue siendo muy bueno, con una gran inventiva para imaginar todo tipo de horrores, y consigue paliar las carencias técnicas gracias a una cuidada dirección artística.
En una noticia que alegrará a muchos, en esta ocasión no habrá bandas negras en la parte superior e inferior de la pantalla, algo que fue muy polémico en el primer juego. Y como es buena costumbre en los juegos de Bethesda, llegará perfectamente doblado al castellano en nuestro país, algo que se agradece en una aventura como esta, en la que la narrativa es tan importante.
Vuelve la acción y el terror japonés
Este primer y breve contacto con The Evil Within 2 nos ha servido para comprobar que se va a tratar de una secuela continuista, que va a volver a gustar a los que ya quedaron contentos con el primer juego, y que tiene la capacidad, por su estructura más abierta, de convencer a aquellos que no les dejó tan satisfechos que apostara por la linealidad en gran parte de la aventura.
En términos jugables y visuales es muy parecido, y veremos si son capaces de contar una historia interesante y quizás menos confusa, y si no se acaba notando que no está Shinji Mikami al mando de la dirección, uno de los mejores diseñadores japoneses a la hora de crear este tipo de aventuras. The Evil Within 2 se pondrá a la venta el 13 de octubre en PC, Xbox One y PS4.
Hemos probado el juego en su versión de PC en el stand de Bethesda en la gamescom 2017.