Ha pasado casi un año desde que DiRT Rally llegase a PlayStation 4, y ahora la versión de la consola de Sony se actualiza con un nuevo aliciente para volver a ella –si es que la habéis dejado. Hablamos, por supuesto, de su compatibilidad con PlayStation VR, el casco de realidad virtual de la compañía japonesa, que le da (literalmente) una nueva dimensión al juego de Codemasters.
Ya os contamos todos los detalles sobre este título en su análisis en el que se llevó un merecido 8.8 –que os recomendamos volver a leer si no tenéis todavía el juego–, por lo que hoy nos centraremos en comentar las novedades relacionadas con la realidad virtual.
Ponte el casco
DiRT Rally es básicamente el mismo juego que ya estaba disponible, por lo que se ofrece con dos opciones de compra: un descargable de pago, o el juego completo con el modo ya integrado. Si tenemos el juego y queremos añadir compatibilidad con la realidad virtual, tendremos que adquirir un contenido descargable independiente a un precio de 12,99 €; si no lo tenemos, podemos adquirirlo con una nueva edición física por 39,99 €.
Lo consigamos de un modo u otro, DiRT Rally será el mismo juego en realidad virtual, ofreciéndonos las mismas pistas, tramos y vehículos de la versión normal. También se mantienen los cambios climáticos y, por ejemplo, la lluvia desde la cabina sigue ofreciendo un efecto gráfico muy convincente, además del efecto que tendrá en la conducción. No hay limitaciones en este aspecto, y tendremos a nuestra disposición todas las pruebas de rally, rallycross y de montaña que ya conocemos.
Lo más curioso, probablemente, es el modo copiloto, en el que un segundo jugador puede darnos indicaciones usando el DualShock 4 y mirando a la tele. En este modo se valora la velocidad de respuesta y la sincronización, y nos obliga a pulsar botones, mover sticks o usar el panel táctil siguiendo las señales en pantalla. La verdad es que un añadido curioso y divertido, muy de agradecer.
Manteniendo el tipo
Uno de los mayores problemas de la realidad virtual es que los gráficos sufren bastante. Es normal: hay que renderizar todo en tres dimensiones, a 60 imágenes por segundo completamente estables y con una latencia mínima para poder seguir el movimiento del casco. Con DiRT Rally tenemos buenas noticias, ya que el juego mantiene el tipo. Sí, no se ve exactamente igual que sin gafas, pero se ve muy, muy bien.
Tenemos la sensación de que DiRT Rally no va a la resolución nativa del casco; la imagen no es perfectamente nítida, como en The Playroom VR, por ejemplo, pero sí que es más clara que en el caso de DriveClub VR. Además, las cabinas tienen bastante detalle y todos los indicadores nos ofrecen de manera muy natural la información correspondiente. El efecto tan plano de los retrovisores podría parecer el mayor problema... hasta que miramos para atrás.
Hay un detalle feísimo en el aspecto visual, y es que los coches sólo están hechos a la mitad. Suponemos que, para la versión normal, Codemasters sólo recreó la cabina para ser vista con una cámara normal (de, supongamos, un ángulo de 45 grados), permitiendo así una mayor optimización. Ahora que podemos mover la cabeza libremente dentro del coche, vemos claramente cómo falta la mitad trasera del vehículo, algo que rompe bastante la inmersión.
Estamos seguros de que esto es una limitación técnica, y que renderizar el coche entero habría supuesto problemas para alcanzar los 60 frames u obligado al equipo a sacrificar la calidad gráfica. Siendo completamente honestos, este detalle únicamente nos ha molestado al principio de la carrera, ya que al empezar a correr estamos demasiados centrados en la pista y nos olvidamos de cuántos polígonos tenemos a nuestras espaldas.
Cuando nos lanzamos a la carretera, las sensaciones son muy buenas. Tenemos la sensación de estar dentro del coche, y los golpes y accidentes se "recrean" muy bien, con un filtro que deja la imagen en blanco y negro o fundidos a negros muy bien gestionados, que recrean el impacto de manera convincente. La verdad es que, salvo que miremos para atrás en el coche y veamos el apaño de Codemasters, el resultado es muy bueno. Nosotros lo hemos probado con un volante Logitech G29, y la inmersión ha sido excelente.
Otro gran título para la realidad virtual
No hay muchos grandes ejemplos de lo que la realidad virtual puede dar de sí, pero el género de la conducción puede ser uno de los más prolíficos. DriveClub VR ya nos dejó probar lo que PlayStation VR puede hacer con los juegos de carreras, y ahora DiRT Rally hace lo propio con un juego que ya nos encantó en su versión básica, y que para nuestro gusto, sólo mejora en realidad virtual.
El sacrificio gráfico de DiRT Rally es perceptible, pero mínimo comparado con lo que hemos visto en otros juegos, y su jugabilidad permanece intacta. Quizás 13 euros puede parecer un poco caro por la compatibilidad con PSVR y el modo copiloto, pero si queréis aprovechar el casco de realidad virtual y habéis disfrutado el juego hasta ahora, probablemente merezca la pena. Si por el contrario no lo habéis jugado todavía y os compráis la reedición con todo incorporado, preparaos para disfrutar de uno de los mejores juegos de conducción de los últimos años, con o sin VR.
*Nota del redactor: éstos son los precios y contenidos detallados en la nota de prensa que nos ha proporcionado Koch Media. En la PlayStation Store se indica que la versión completa tiene un precio de 49,99 euros de manera temporal, hasta el 27 de febrero, cuando pasará a costar 69,99 euros. También se indica que esta versión incluye los contenidos descargables ’Fully Loaded’: el ‘Ford Pack’, el ‘MINI Pack’ y el ‘Rallycross Pack’. Nosotros hemos probado la versión digital.
Hemos escrito estas impresiones con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.