A finales de este mes llega la quinta entrega de la clásica saga Virtua Tennis, que lleva un número cuatro tras de sí como si la edición de 2009 no se considerara una más de la serie, y que realmente si contáramos Virtua Tennis: World Tour -aparecido en 2005 en exclusiva para PSP- nos encontraríamos antes la sexta parte. Este Virtua Tennis 4 lo desarrolla Sega AM3, los creadores de los tres primeros -aunque firmaron el uno y el dos como Hitmaker-, ya que la entrega de PSP y Virtua Tennis 2009 fueron creados por lo británicos Sumo Digital.
Pese a los doce años transcurridos desde la entrega original hasta este nuevo juego, la base jugable ha permanecido más o menos inalterable, con alguna concesión a la simulación respecto al primero, que era en extremo un título arcade, pero sintiéndose jugablemente -sobre todo desde el dos- todas las entregas muy similares.
Donde algunos ven estancamiento, otros creemos que los dos primeros eran tan perfectos y divertidos que alterar sustancialmente la fórmula hubiera hecho perder las señas de identidad de la saga, por lo que entendemos el cuidado de Sega a la hora de introducir novedades jugables, para que estas no estropeen el espíritu Virtua Tennis.
Y es que desde el asombro que produjo el original al ser jugado por primera vez en uno de los ya casi extintos por entonces salones recreativos de nuestro país, tanto por su espectáculo técnico como sobre todo jugable (la recreación de Carlos Moyá a algunos nos pareció foto realista...), a la luego perfecta conversión a la última consola de Sega, Dreamcast, que nos tuvo tardes y tardes pegados al mando (¿a quién no se le llegó a marcar el botón A en el dedo pulgar?), es imposible que tanta horas de diversión no dejaran en el jugador un recuerdo imborrable. Por eso, aunque ya sin tanta pasión, es inevitable como jugadores veteranos que somos que no miremos de reojo y con cierto interés la llegada o anuncio de un nuevo Virtua Tennis.
Esta cuarta entrega trae como principales novedades, además de la vuelta de los desarrolladores originales, la compatibilidad con los nuevos periféricos de control por movimientos de Xbox 360 y PlayStation 3: Kinect y Move. Y aunque es un buen reclamo publicitario sin duda ya que ambos están de moda –sobre todo el primero-, y una característica diferencial sobre su más directo competidor –Top Spin 4 sí traía soporte para Move, pero no para Kinect-, a la hora de la verdad y una vez que lo hemos probado la compatibilidad con estos periféricos se queda en algo anecdótico y bastante olvidable, que no el juego, que nos ha gustado mucho. Pero vayamos por partes.
Al comenzar, además de disfrutar de su colorida intro, algo que también impregna los menús del juego y que se agradece en esta generación dominada por tonos grises, disponemos de los siguientes modos: Campeonato Mundial, Arcade, Exhibición, Entrenamiento, Juego en grupo, Juego en movimiento –es aquí donde se juega con Kinect- y el apartado para jugar por internet, al que de momento en esta beta no hemos tenido acceso. Como buenos chicos nos dirigimos al Entrenamiento, para hacernos con los controles y aprender los movimientos básicos, a los que cualquier habitual de la saga estará habituado, pero que vendrá bien a los nuevos. Efecto liftado, golpe cortado, globo y supergolpe, una de las novedades.
Según vayamos peloteando iremos rellenando una barra, y cuando la tengamos completa podremos realizar este supergolpe, muy espectacular al acercarse la vista y mostrárnoslo a cámara lenta, prácticamente imparable para nuestro adversario si lo dirigimos bien –algo que cualquier buen jugador sabrá hacer- aunque no mágico, y no siempre es un punto seguro. Suena a una concesión demasiado arcade y fantástica, pero está bien implementado y aporta algo de estrategia al tener que decidir cuándo usarlo, aunque creemos se debería medir mejor la velocidad a la que se carga la barra para poder utilizar este golpe, a veces demasiado rápida. Después de ver la llamativa animación la cámara se vuelve a situar en su posición normal, incluso con un segundo de retraso para que nos dé tiempo de sobra a tomar el control de la situación, y no nos parece que en ningún momento entorpezca la jugabilidad, aunque seguro habrá a los que no les guste, como cualquier novedad de importancia en una saga con tanta solera. Por lo demás el control sigue siendo igual de intuitivo y fluido, con esos giros tan rápidos y la habitual poca inercia de los jugadores, aunque nos gusta que se haya mitigado la propensión de estos a lanzarse por el aire a por la pelota, algo que sin irse muy lejos en la tercera entrega era demencial.
Otra cosa que nos ha gustado es que ahora dependiendo de la posición en la que golpees o lo forzado que llegues a la pelota muchas veces esta se nos irá fuera de las líneas del campo, algo que en otros Virtua Tennis era casi imposible, así como en más de una ocasión golpear la red, ya sea para quedarse la pelota en nuestro propio campo y perder el punto o caer en el del rival, generándose unos segundos de mucha tensión. También hemos notado que por fin se nota algo el hecho de jugar en una pista de hierba, tierra batida o dura, ya que el bote de la bola y por tanto el ritmo del partido no son los mismos, aunque no queremos lanzar las campanas al vuelo hasta no haber jugado más horas ya con la versión final en nuestras manos.
Ya en el modo Arcade tendremos que elegir a unos de los 19 tenistas disponibles: Federer, Djokovic, Murray, Nadal, Roddick, Del Potro, Monfils, González, Haas, Kohlschreiber, Seppi, Courier, Wozniacki, Sharapova, Kuznetsova, V.Willians, Robson, Chakvetadze, Ivanovic, más dos secretos aún bloqueados en esta versión. Los diferentes partidos o niveles de este modo se dividen en las diferentes superficies de las pistas, ya que jugaremos cada partido en una distinta, dando la sensación de que los propios creadores quieren demostrar con esto que por fin se ha diferenciado el bote de la pelota en cada una de ellas, algo de lo que nos alegramos. De hecho, por si algún despistado lo desconoce, antes de empezar un partido una pequeña ventana en la parte superior de la pantalla nos dice cómo va a botar la pelota en esa superficie.
Pero antes de meternos en el modo estrella del título, nos pasamos a curiosear por Juego en grupo, que es la recopilación de todos los minijuegos que se pueden jugar con hasta cuatro personas. Estos ya se han convertido en una de las señas de identidad de la saga, y en cada entrega siempre nos han conseguido sorprender con su originalidad y diversión, algo que vuelven a conseguir en esta ocasión. Tenemos nueve para elegir, siendo algunos de los más originales Consigue los huevos, que recordándonos al clásico de la propia Sega, Flicky, tenemos que ir por la pista recogiendo unos polluelos para después llevarlos con sus madres a los laterales de la pista, todo esto mientras esquivamos las bolas que nos lanzan. En Golpe maestro, a base de saques tenemos que meter goles en la portería de fútbol que se encuentra en el lado del campo contrario, que cuenta con un portero e incluso sumándose según avanzamos jugadores a una barrera. En Vendaval tenemos que disputar un partido mientras unos ventiladores crean unas corrientes de viento de diferente intensidad y dirección. En otro llamado Pista explosiva tenemos que pelotear con una bomba que tiene una cuenta atrás, y en el suelo van saliendo unas marcas en las que si acertamos desciende el crono un número de segundos, por lo que tenemos que intentar que esta explote en el campo contrario. En Póquer real hay que conseguir manos de póquer, con unas cartas que tenemos en frente a las que golpeamos, en definitiva, todos muy divertidos y originales.
Todos estos se encuentran –y en diferentes niveles de dificultad, hasta seis- en el modo estrella del juego, Campeonato Mundial. Nos ha sorprendido gratamente el nuevo giro y enfoque que se le ha dado a este apartado, que siempre ha sido uno de los puntos fuertes en la serie Virtua Tennis. Aquí nos encontramos en un mapa del mundo en el que nos tenemos que mover como si de un tablero se tratase, por casillas o posiciones, y para poder movernos tenemos que usar tickets, que llevan un número que marca la cantidad de casillas que nos desplazaremos a la hora de usarlos. También hay otros especiales que tendremos que comprar, de recuperación de energía, u otros en los que sale un número aleatorio de movimientos. Esto le da un punto estratégico, ya que si queremos realizar un evento próximo tendremos que fijarnos en nuestros movimientos previos no vaya a ser que luego no podamos caer en esa casilla por culpa de nuestros tickets, e incluso en ocasiones hay bifurcaciones en nuestro caminar por el mundo y tendremos que elegir porque eventos queremos pasar, dejando otros de lado.
En los minijuegos, partidos de exhibición y campeonatos vamos ganando experiencia para mejorar a nuestro personaje, conseguimos dinero con el que comprar tickets o equipamiento y también nos premian con estrellas. Estas son necesarias para ir subiendo en el ranking mundial, y necesitamos en ocasiones cierto número para poder acceder a algunos torneos. No solo se consiguen jugando partidos, sino que también se nos proporcionan realizando entrevistas, relacionándote con los fans, asistiendo a entrenamientos públicos o actos de beneficencia. El cansancio es uno de los factores a tener muy en cuenta, para ellos deberemos descansar en algunas de las casillas de hoteles, recuperándose parte de nuestra condición física. Si se nos ocurre entrar en algún torneo estando cansados, como nos pasó a nosotros, puede que aguantemos bien el primer partido, pero la fatiga se acumula a lo largo del torneo, y llegamos al último partido con un tobillo maltrecho que apenas nos permitía correr y movernos por la pista, por lo que perdimos la final. Un detalle genial, entre otros muchos, y que demuestra lo trabajo y cuidado que está este modo, que en esta beta estaba limitado a un número de días, por lo que no vemos el momento para seguir progresando en él.
Hemos dejado casi para el final nuestras impresiones del juego controlándolo con Move y Kinect, sobre todo teníamos curiosidad por este último, ya que el periférico de Sony no deja de ser una especie de mando de Wii con más sensibilidad, algo que por cierto al menos en este Virtua Tennis 4 no se aprovecha demasiado. Y con Kinect tres cuartos de lo mismo, solo podemos jugar con él en un modo específico, Juego en movimiento, partidos solos o en multijugador, y ya está, ni torneos, campeonatos, minijuegos ni nada. Al jugar con este la cámara se sitúa pegada a la espalda del tenista, que se mueve solo por la pista, y cuando recibimos la pelota y nos disponemos a golpearla vemos la acción en primera persona. Se nota la velocidad con la que realizamos el movimiento, imprimiéndole fuerza a la pelota, y si trazamos una trayectoria ascendente con el brazo la pelota sale hacía arriba, y más o menos en alguna ocasión la dirigimos aproximadamente a donde queremos, pero la verdad es que no le vemos ninguna gracia.
Parece que su inclusión es más para poder presumir de ello con fines publicitarios que por algún motivo jugable, ya que a los diez minutos de estar jugando con Kinect estaremos cansados y aburridos, y puede que sí, que a algún niño le pueda divertir menear los brazos en el aire un rato, pero para un jugador normal no pasará de mera curiosidad. Que esté arrinconado dentro del propio juego en un modo soso y sin alicientes ya habla mucho también de lo que opinan de este control sus propios creadores. No dudamos de las capacidades de Kinect, ni de su potencial a largo plazo, pero lo que sí cada vez nos va quedando más claro es que este tiene sentido si el juego se hace desde cero pensando en él, si todas las decisiones de diseño se toman con él en mente, y no como un añadido más a un título para poder colocar más copias de este en el mercado.
Ya por último mencionar el apartado técnico, que luce mejor que nunca. El parecido de los tenistas está más conseguido en unos que en otros, por ejemplo Federer es clavado, Nadal no tanto, pero cuentan con detalles bastante logrados como el sudor en su rostro, o algunas animaciones personalizadas de cada tenista, aunque todas en general están muy bien. Las repeticiones, así como el supergolpe a cámara lenta, son muy espectaculares, y es en una de las ocasiones en las que más lucen los gráficos. Las pistas y estadios también nos gustan mucho, desde el bote de la pelota cómo se queda marcado en las distintas superficies, hasta la ambientación de los estadios, con muchas personas tanto en las gradas como en los alrededores de la pista, desde jueces y árbitros hasta los recogepelotas que se mueven tras la consecución de cada punto. Todo se mueve muy fluido, sin ninguna variación en la tasa de imágenes por segundo, y el aspecto en general del juego es muy colorido, tanto en los menús como en las propias pistas, mostrándose siempre muy vistoso.
Pasión por el tenis
No deja de ser curioso que en apenas poco más de un mes vayamos a recibir la cuarta entrega de cada una de las series de tenis vigentes hoy en día, y que cada una, a su manera, sea tan buena. A falta de profundizar más en Virtua Tennis 4, sobre todo en su prometedor modo Campeonato Mundial -que por lo poco que hemos jugado nos ha gustado-, el título pinta realmente bien. Una apuesta más arcade y desenfadada que su rival de 2K Sports -que es un simulador puro y duro- y que seguro muchos preferirán, tanto los amantes de las primeras entregas de la saga para Dreamcast, como los nuevos que quieran disfrutar de un juego de tenis divertido y sin demasiadas complicaciones.
Tan solo queremos dejar claro que su compatibilidad con Move y Kinect nos parece algo más anecdótico que útil, sobre todo este último, ya que independientemente de que esté mejor o peor implementado es infinitamente más divertido jugar con el mando, por lo que no creemos que nadie le vaya a dedicar demasiado tiempo a este aspecto. Previsto para el 29 de abril en Xbox 360, PlayStation 3, Wii y más adelante ya en verano para PC, estas pocas horas de contacto con Virtua Tennis 4 nos han dejado bastante satisfechos, por lo que veremos hasta dónde es capaz de llegar la versión final.