Si en la primera PlayStation crearon y se dedicaron en cuerpo y alma a la serie Crash Bandicoot, y en PlayStation 2 hicieron lo respectivo con Jak and Daxter, en esta generación, en PlayStation 3, han creado las tres entregas de Uncharted, juegos con los que han cosechado sus mayores éxitos y se han ganado el respeto y la admiración de toda la industria, la prensa y los jugadores. Una saga nueva por cada consola de sobremesa de Sony, por lo que parecía que tendríamos que esperar a la sucesora de PS3 para disfrutar de algo nuevo de este prestigioso estudio, Naughty Dog.
En diciembre de 2011 nos sorprendieron con el anuncio de The Last of Us, que presentaron con un escueto pero impactante tráiler, una premisa que apuntaba muy alto y de la que tuvimos que esperar unos cuantos meses para poder ver por primera vez en acción. Este momento se produjo en el pasado E3 con una demo alucinante, que dejó a todos boquiabiertos, y que incluso generó dudas entre los más escépticos, demasiado bonito, espectacular e impactante como para ser real. Después de la conferencia de Sony, a puerta cerrada pudimos volver a ver la demo, pero estaba vez jugada de otra manera, y en efecto la cosa parecía que funcionaba, aunque no nos dejaron probarlo.
Se han hecho de rogar, pero por fin Naughty Dog nos ha dejado probar su nuevo juego, en un viaje que realizamos la semana pasada a Los Angeles, en el que además pudimos charlar con alguno de sus responsables. Teníamos muchas ganas de jugarlo, y comprobar si lo que vimos en el E3 era "real", y si a la hora de la verdad la jugabilidad funciona tan bien como parecía. Las expectativas eran muy altas, y existía cierto temor a que nos decepcionara, pero no solo cumple con lo prometido, sino que además nos ha sorprendido en prácticamente todos y cada uno de sus aspectos, y nos ha dejado totalmente atrapados tras haber jugado apenas una hora.
Es difícil en este tipo de presentaciones sumergirse de lleno en un juego; un gran trasiego de gente, cámaras de televisión, focos, ruido y ayudantes en el evento que te intentan aconsejar o guiar en cuanto ven que te quedas atascado apenas unos segundos. Con The Last of Us nos ha ocurrido algo casi único, fue ponernos los cascos, comenzar la partida, y a los pocos minutos nos olvidamos de que estábamos en un evento de prensa, nos sumergimos de lleno en su apasionante propuesta acompañando a Joel y Ellie en una terrorífica odisea, recorriendo las fascinantes a la par que aterradoras localizaciones que ha creado Naughty Dog para la ocasión.
Si a nosotros que hemos asistido a varias presentaciones y hemos podido entrevistar a sus responsables durante los últimos meses nos ha sorprendido, no queremos ni imaginar a los que anden un poco menos informados y se esperen que The Last of Us sea una especie de Uncharted con zombis en un mundo postapocalíptico. Nada más lejos de la realidad. Se trata de un juego adulto, desafiante y difícil, en el que temes a cada enemigo, te obliga a usar la astucia y el sigilo, y te atrapa con su magnífica ambientación y la tensión que se respira a cada paso.
Si en el E3 la demo que vimos enfrentaba a los protagonistas contra otros seres humanos, luchando por sobrevivir en un mundo devastado, con la única ley del más fuerte, en este primer contacto jugable nos hemos visto las caras con los infectados, el motivo de que la humanidad se vea al borde de la extinción. Un hongo que se apodera de las personas y que en unos pocos días transforma a su huésped en una especie de zombi demente e irracional, que termina por convertirse en una planta inerte.
De manera muy inteligente, esto lo ha utilizado Naughty Dog para que haya diferentes tipos de enemigos, dependiendo del avance de la infección. Por ejemplo en las primeras horas pasan por un estado que han calificado como runners, y no dudan en abalanzarse corriendo hacia nosotros en cuanto nos ven. En uno de los estados más avanzados de la infección, el hongo les ha cubierto la cara y ni siquiera pueden ver, por lo que solo se guían por el ruido, aunque en el cuerpo a cuerpo son más duros y prácticamente invencibles.
La demo comenzaba en el exterior una gran ciudad destruida, Boston, que fue bombardeada en un intento inútil de detener la infección. Con un paisaje gris cubierto por una espesa lluvia, nos tiramos un buen rato simplemente observando los exteriores con la boca abierta, gracias a un trabajo tanto técnico como artístico exquisito, que como nos dijo el director del juego Bruce Straley, no es que hayan aprovechado el 100% de PlayStation 3, es que la han llevado más allá de sus límites. Los detallados escenarios, la iluminación, la soberbias animaciones de los personajes y enemigos, todo raya un nivel impresionante, pero si algo sorprende es su jugabilidad.
Durante toda la aventura controlaremos a Joel e iremos acompañados de la joven Ellie, pero en este momento del juego teníamos una segunda compañía, la de Tess, toda una superviviente que tendrá una complicada relación de amor y odio con Joel, uno de los personajes secundarios más importantes del argumento. Tras explorar unas cuantas calles, para seguir con nuestro camino teníamos que internarnos en un edificio medio derruido, incluso inclinado, y a oscuras, por lo que teníamos que utilizar a fondo la linterna. Antes de comentar su sistema de combate y sigilo, queremos dejar claro que no hay ningún componente de plataformas, de hecho no hay botón de salto, solo un botón de acción contextual, con el Joel que realizará el movimiento oportuno para superar ciertos obstáculos, como saltar y agarrarse a un saliente o trepar un objeto de altura media, según corresponda.
Nuestro primer encuentro con un infectado ya se nos ha quedado grabado en la memoria, es impactante. Con un estado de la infección bastante avanzada, este enemigo realizaba unos movimientos muy erráticos e imprevisibles, por lo que optamos por avanzar agachados entre el mobiliario, sin que nos viera. Sus movimientos a la par que los escalofriantes gritos que emite consiguen meterte el miedo en el cuerpo, como pocas veces ha conseguido un juego en toda esta generación. Nos llamó y mucho la atención el cuidado apartado sonoro, y el director Bruce Straley nos confirmó que es uno de los pilares en los que se sustenta el juego, un protagonista más, y que se ha cuidado muchísimo, algo de lo que podemos dar fe. El simple hecho de ir explorando el interior del edificio en silencio y escuchar un golpe o ruido en una habitación cercana ya es suficiente para inquietarte y ponerte nervioso, todo un logro.
Para atraer la atención de los enemigos a sitios concretos, podremos lanzar objetos como botellas o ladrillos, y acudirán al escuchar el impacto, objetos que también podemos usar para golpear. La gestión del inventario será en sí misma una de las protagonistas de la jugabilidad, solo podremos llevar un objeto arrojadizo, un arma cuerpo a cuerpo, un par de pistolas y un arma pesada. Hay que pensarse muy bien qué objetos llevamos y dejamos, y utilizar sabiamente los pocos recursos disponibles a nuestro alcance. Al inventario se accede de manera rápida y fiable con la cruceta digital del mando, menos el arma cuerpo a cuerpo, que se utiliza simplemente pulsando el botón de ataque, y en caso de que no tengamos una usaremos los puños. El sistema de apuntado y disparo es el habitual en cualquier otro juego de acción en tercera persona.
Si sorprendemos a un enemigo por la espalda, podemos ejecutarle o asfixiarle, lo que causa menos ruido, pero dependerá también del estado de la infección. Si está muy avanzada, no podemos asfixiarles, y no queda más remedio que ejecutarles, algo que hacemos con un cuchillo, y que causa no poco alboroto. En este primer encuentro con un infectado decidimos evitar la confrontación directa, algo que parece será una constante durante la aventura, el hecho de elegir cómo afrontamos cada situación, si con acción o con sigilo intentando pasar desapercibidos, o lo que parece será más habitual, una mezcla de ambas actitudes.
Una acción que no se había mostrado hasta ahora es que pulsando R2 Joel agudiza el oído y entramos como en una especie de vista en blanco y negro, en la que vemos los enemigos de los alrededores, incluso a través de las paredes, justificado por el ruido que emiten. Una ayuda que la primera vez que la vimos no nos gustó demasiado, parecía que pondría las cosas muy fáciles, pero para nada es así como pudimos comprobar. Tras dejar de lado al primer infectado, llegamos a una localización bastante grande en la que "solo" había cuatro de estas criaturas, a los que había que matar para que Ellie y Tess pudieran bajar y seguir avanzando. Y tan solo cuatro infectados fueron capaces de hacer que sudaremos la gota gorda.
Aquí comprobamos que aunque sepamos la localización de los enemigos, esto no facilita demasiado las cosas. Los infectados no son soldados con rutinas o rutas predefinidas, a los que es sencillo sorprender por la espalda. Se mueven de manera impredecible, y cuando ves a uno de espaldas, tan pronto se puede mantener 5 segundos en esa posición como de repente girarse y verte, nunca sabes cómo van a reaccionar, y te la juegas cada vez que intentas ejecutarles por sorpresa. Esto ocurre en todas las situaciones, no tienes ni idea de hacia dónde ni cómo se van a mover, y junto a los sobrecogedores sonidos que emiten y sus convulsas animaciones, consiguen que juegues acongojado. Cada encuentro con uno o varios infectados es terriblemente tenso, algo de lo que muy pocos juegos pueden presumir. Ya os advertimos que si sois de lo que os ponéis nerviosos con ciertos juegos de terror, las vais a pasar canutas con este.
Además en una misma situación es muy posible que haya varios tipos de infectados, de los que te ven y corren hacia ti, o de los que están completamente ciegos pero son invencibles en el cuerpo a cuerpo, por lo que os podéis hacer una idea aproximada de lo desafiante que resulta la jugabilidad de The Last of Us, mucho más de lo que cualquiera se esperaba, incluidos nosotros. Nos quedamos alucinados al comprobar que los infectados más duros, si te agarran, te matan directamente de un mordisco en el cuello, teniendo que volver a empezar desde el último punto de control –no muy lejano eso sí-. Algo muy arriesgado e inusual, sobre todo en un juego de esta envergadura producido por una compañía como Sony. Va a hacer las delicias de los jugadores más hardcore, aunque veremos cómo reciben otro tipo de usuarios este gran desafío, casi en las antípodas de un Uncharted en lo que se refiere a accesibilidad y dificultad.
Si te lías a golpes cuerpo a cuerpo, puede que derrotes uno o dos infectados con un poco de suerte, pero lo más normal es que acabes rodeado por varios de ellos y mueras, eso si no se te ocurre liarte a puñetazos con un infectado de estado avanzado, que te matará directamente de un bocado. Si decides ponerte a pegar tiros, también lo tendrás crudo, casi siempre llevas como mucho unas tres balas en la recamara de la pistola, y un par de cartuchos de escopeta, la munición escasea muchísimo. Y si decides limpiar el escenario con sigilo, ya os hemos dicho que no es sencillo, ese infectado que ves despistado y que crees vas a poder agarrar por la espalda, en el momento más inoportuno se puede girar y fastidiarte todo el plan. O quizás acabes con él, pero el ruido que habrás causado llamará la atención de otros enemigos.
Por tanto como pudimos comprobar, la manera de resolver las situaciones es paciencia, sangre fría y nervios de acero, utilizando un poco todas las mecánicas disponibles, según lo requiera cada situación, ya sea ejecuciones con sigilo, tiros o golpes cuerpo a cuerpo, casi siempre tendrás que haber utilizado todos estos recursos para salir airoso de un grupo numeroso de infectados. En nuestro primer enfrentamiento contra varios infectados estuvimos solos ante el peligro, y las dos chicas se mantuvieron apartadas de la acción. Pero luego vivimos otras momentos en las que estas se mantenían a nuestro lado y nos echaban una mano, ya fuera disparando o golpeado. La inteligencia artificial de estos personajes funciona bastante bien, aunque habrá que ver hasta qué punto se pule este apartado, ya que vivimos un par de situaciones que no nos gustaron demasiado, como una vez que Tess se puso a disparar a un infectado que pasaba muy cerca cuando realmente queríamos permanecer escondidos sin hacer ruido.
No habrá plataformas, pero sí puzles interactuando con el entorno, moviendo objetos para crear nuevos caminos y así poder seguir avanzando. Encontramos documentos en los escenarios que nos dan pistas o información, de hecho habrá una serie de coleccionables relacionados con esto -cómics, manuales de entrenamiento, notas-, y aunque es un juego claramente lineal, hay cierto toque de exploración. Las localizaciones son en ocasiones amplias y tienen varios caminos, y aunque la manera de seguir la aventura al final solo sea una, sí que podremos curiosear por los entornos y encontrar cosas. De hecho ya nos han dicho que no podremos modificar el curso de la historia, habrá un único final, y no tomaremos decisiones argumentales. Además de documentos y armas, explorando encontramos multitud de ingredientes, relacionados con el sistema de crafting.
Mediante los ingredientes y objetos que recogemos, en un menú podemos crear armas u otros recursos, como botiquines. Tijeras, cinta adhesiva, alcohol, explosivo, baterías, azúcar, son algunos de los ingredientes, y para crear ciertos objetos necesitamos un número determinado. Por ejemplo cada vez que ejecutamos por la espalda gastamos un cuchillo, que tenemos que crear mediante el sistema de crafting, usando tijeras y cinta adhesiva. También creamos los botiquines con los que nos curamos, o un arma cuerpo a cuerpo como una madera con clavos. Estos objetos o herramientas tendremos que ir descubriéndolos mediante recetas que encontramos, y una vez desbloqueados ya podremos crearlos cuando queramos siempre que tengamos los ingredientes suficientes. Llegando al final de la demo descubrimos la receta de los cócteles molotov, muy útiles, y según avancemos en la aventura habrá cada vez más objetos para crear. Esto provoca que queramos explorar los entornos, y abrir los cajones y armarios para recoger todo tipo de ingredientes.
El control es excelente, fiable y preciso, el sistema de inventario y creación de objetos intuitivo y sencillo, y desborda esa pasión por el detalle y de cuidar hasta el último aspecto que siempre tienen los juegos de Naughty Dog, y que hacen que parezca que este estudio juega en otra liga. Por ejemplo nos encanta que no hay mapa ni flecha de guía, no hay nada que nos indique por dónde seguir a continuación. A veces estaremos un rato explorando un escenario hasta dar con la salida, al igual que las personas que nos acompañan, Ellie y Tess. Si pasa demasiado tiempo sin que demos con la solución, puede que sean ellas las que nos digan y muestren por dónde seguir, algo realizado de manera muy orgánica y creíble, un juego que trata al jugador con mucho respeto, con una interfaz de pantalla la mayor parte del tiempo totalmente limpia.
La cámara que sigue la acción es excelente, y no siempre se mantiene en la misma posición y altura, se adapta a las situaciones, incluso se inclina ligeramente, dando una perspectiva mayor del escenario, para que podamos ver mejor lo que se esconde tras las esquinas. Y las animaciones aunque ya lo hemos dicho, son increíbles, tanto en las cinemáticas realizadas con el propio motor del juego, como durante la acción, con esos detalles contextuales como apoyar la mano en la pared y que varían totalmente dependiendo de si estamos andando, corriendo, de pie o agachados. Las acciones de combate, por ejemplo cuando golpeamos a un infectado con un ladrillo hasta reventarle la cabeza, son impactantes, así como la furia descontrolada y aterradora con la que nos atacan estos si caemos entre sus garras.
Por la trayectoria de este estudio en los últimos años, era obvio que The Last of Us apuntaba muy alto, pero nos ha sorprendido su enfoque tan desafiante, pensado para un público sediento de grandes desafíos. En una demo de aproximadamente una hora nos mataron más veces que a lo largo de las 8 o 9 horas de lo que dura un Uncharted, con situaciones puntuales que tuvimos que repetir hasta cinco o seis veces. Nos hizo mucha gracia ver cómo jugaban compañeros de la prensa internacional, que se pusieron a los mandos como si se tratara de un juego de acción en tercera persona más, y les mataban una y otra vez sin contemplaciones, desesperándose. Si pequeños grupos de infectados son capaces de ponernos en semejantes apuros, no queremos ni imaginar cuando además de introduzcan en la ecuación despiadados enemigos humanos.
Naughty Dog se reinventa
Como jugones no le podemos tener más ganas, nos encanta su particular propuesta, y tras un 2012 con grandes juegos de acción y sigilo, parece que Naughty Dog va a coger el testigo añadiéndole toques de su propia cosecha. Una terrorífica atmósfera difícilmente imaginable hasta que no lo pruebas por primera vez, un apartado técnico que exprime hasta límites insospechados el hardware de PlayStation 3, y el excelente acabado en todos sus apartados que siempre tienen sus obras, con una jugabilidad, diseño artístico y sonido impecables. También pretenden sorprendernos por el lado de la narrativa, algo por lo que sentimos mucha curiosidad, un camino en el que queda mucho por avanzar en el mundo de los videojuegos y que el estudio californiano no teme recorrer.
Es llamativo como tanto Naughty Dog como la propia Sony no se han plegado a las exigencias comerciales, y sin duda estamos ante el trabajo más arriesgado del estudio hasta el momento, un juego radicalmente maduro y desafiante, que veremos cómo encaja el gran público, algo que nos genera bastantes dudas. Su calidad es incuestionable, su planteamiento funciona a la perfección, y tras haberlo probado y sobre todo vivido, se nos va a hacer muy dura la espera hasta el 7 de mayo. Uno de los más serios candidatos no solo a juego del año, sino a ser de los mejores de toda esta larga y fructífera generación.