Este otoño vuelve la saga Medal of Honor, al igual que en su anterior entrega basada en conflictos actuales, habiendo dejado ya de lado la manida Segunda Guerra Mundial. El juego de 2010 desarrollado por Danger Close además de no cumplir con las expectativas, estuvo envuelto por la polémica de su multijugador, que enfrentaría a los soldados norteamericanos con los talibanes, lo que lógicamente al tratarse de un conflicto tan reciente no gustó a muchos, y finalmente no se incluyó esta posibilidad en la versión final.
Ahora para esta segunda parte en la campaña para un jugador volveremos a tomar el control de los Tier 1 en misiones contra el terrorismo por todo el mundo, y en el multijugador se ha optado por una original decisión.
Controlaremos a las fuerzas especiales, a los mayores soldados de elite, de diez países diferentes, en un total de doce bandos: los GRUPPA ALFA rusos, los OGA, SEAL y SFOD-D norteamericanos, GROM polacos, SAS británicos, JTF-2 canadienses, FSK/HJK noruegos, SOG suecos, SASR australianos, KSK alemanes y UDT coreanos.
Hay seis clases de personaje diferente, pero además las fuerzas especiales de cada país cuentan con algunas habilidades únicas. Los JTF-2 canadienses llevan una ametralladora pesada, y son buenos personajes de apoyo, los OGA norteamericanos tienen una visión especial que les permite ver a través de las paredes, además de ataque aéreo, etcétera. Por tanto además de elegir la clase, habrá que elegir la fuerza especial que más nos guste, hasta dar con el personaje que más se adapte a nuestra forma de jugar.
Pudimos probar el multijugador en un modo de juego en el que había que controlar varias zonas del mapa frente al equipo contrario, y soportaba hasta 20 jugadores simultáneos, una buena cifra. Los mapas serán acordes a este número, y la partida que disputamos transcurría en las calles de una ciudad de Afganistán, llena de recovecos, callejones y ventanas en las que colocarse esperando al enemigo. Hay que aclarar que aunque sean doce fuerzas especiales diferentes, no necesariamente jugaremos en equipos formados por los del mismo país, y en un equipo podrá haber un canadiense, un ruso, un australiano o un alemán sin ningún problema.
El ritmo de juego y el tamaño de los mapas está a medio camino entre Battlefield 3 y un Call of Duty, quizás algo que hayan buscado aposta para poder diferenciarse, el estar en mitad de estos dos pesos pesados de los multijugadores. El movimiento y las animaciones no son tan lentas y realistas como las de un Battlefield, pero tampoco tan rápidas y frenéticas como las de un Call of Duty; los mapas de tamaño más bien reducido recuerdan a los de la saga de Activision, y para matar a un enemigo hay que acertarle demasiadas veces –esto deberían ajustarlo un poco mejor-, lejos de los pocos disparos que necesitas para acabar con alguien en Call of Duty.
En un primer vistazo recuerda poderosamente a Battlefield 3, no obstante usa el mismo motor gráfico, el Frostbite 2. Pero una vez te pones a jugar descubres que aunque visualmente sea parecido, en la práctica, al menos en el mapa que jugamos, la destrucción de los escenarios es anecdótica, nada que ver con el título de DICE. Y jugablemente también es muy diferente, y aunque como hemos mencionado está a medio camino entre Battlefield y COD, podríamos decir que quizás está un poco más cerca de este último.
Hay una gran cantidad de armas, de tipos de explosivos y habilidades especiales. De estas últimas hay muchos tipos, como drones voladores, ataques aéreos, vehículos a pie de tierra que podemos manejar, y quizás es complicado a estas alturas ser original en este aspecto sin dejar de ser realista. Hay por ejemplo una habilidad que sí nos ha parecido original que es crear un vínculo con otro jugador, como si fuerais "hermanos de sangre". Esto permite verlo en todo momento en el mapa, incluso a través de las paredes, que las muertes que se consigan conjuntas sumen más puntos, y que si tu compañero está en una zona segura, al matarte reaparecerás a tu lado.
Respecto a los respawn tenemos que decir que hay mucho que mejorar, ya que nos jugaron más de una mala pasada, reapareciendo al lado de varios enemigos que nos mataron al instante. Un detalle que no dudamos se pulirá de cara a la versión final. Por lo demás nos gustó bastante el ritmo de juego, las clases, las diferentes fuerzas especiales, y la gran cantidad de habilidades disponibles dan mucho juego. El diseño del mapa en el que jugamos era muy bueno, con el tamaño exacto para que no fuera una ratonera pero tampoco estabas demasiado tiempo sin cruzarte con un enemigo.
Jugamos a la versión de PC, que luce espectacular aunque como hemos dicho sin tanta destrucción como en Battlefield 3, y esperamos que no vuelva a pasar como con este, que todas las impresiones iniciales fueron con la espectacular versión para ordenadores, y una vez que le echamos el guante a la versión de consolas nos decepcionó un poco. Por el tamaño de los mapas y el número de jugadores, creemos que Medal of Honor: Warfighter se adaptará mejor a consolas, además han tenido un año para ajustar mejor todavía el Frostbite 2 a PlayStation 3 y Xbox 360, por lo que tenemos ganas de probarlo en consola para ver qué tal luce.
No creemos que este Medal of Honor en su modo multijugador vaya a ser mejor que Battlefield 3 ni que Call of Duty, simplemente distinto, lo que está muy bien. No es tan frenético como el título de Activision, ni tan realista como el de DICE, y si sabe encontrar un buen punto intermedio, y aportar sus propias ideas y toques originales, podremos estar ante una gran alternativa. Nos ha dejado un buen sabor de boca en este primer contacto multijugador, y esperamos nuevas impresiones o incluso la salida de una beta dentro de unos meses para ver cómo evoluciona, de cara a su lanzamiento el 23 de octubre.