Sin duda una de las series de juegos de rol orientales más conocidas es Final Fantasy, la cual, a lo largo de las 14 entregas lanzadas (más los varios spin-offs publicados) ha ido creciendo junto a una generación de jugadores y ha ido evolucionando título a título. Cada jugador tiene su entrega favorita, aunque sin duda una de las más queridas fue Final Fantasy X, el primer título que se lanzó para PS2 y que superó los ocho millones de juegos vendidos, convirtiéndose en un gran éxito, algo que propició que se lanzase una segunda parte (algo inédito en la saga hasta aquel momento), Final Fantasy X-2, que vendió más de cinco millones, convirtiéndose en otro éxito.
Doce años después (Final Fantasy X salió en 2001) Square Enix ha decidido traernos los juegos adaptándolos a la alta definición para que todos aquellos que no los disfrutaron en su día o los que quieran repetir la experiencia puedan hacerlo viéndolos mejor que nunca.
Esta revisión ha llevado bastante tiempo, algo que se aprecia en el resultado final, que sin duda está a la altura de lo esperado. Con motivo del E3 de este año pudimos acceder a una demo de la nueva versión de Final Fantasy X y que nos permitió apreciar mejor las diferencias que nos encontraremos con esta adaptación para PS3.
Aspecto renovado
Sin entrar en muchos detalles de la historia contaremos que su protagonista es Tidus, una estrella de Blitzball, un deporte futurista de mucho éxito, que un buen día ve cómo un extraño ser llamado Sihn arrasa su ciudad y es transportado a un mundo desconocido. Al llegar y encontrarse con otros personajes, descubre que ha viajado 1000 años al futuro y a partir de ahí su misión será descubrir que hay detrás de Sinh y volver a su propio tiempo. Final Fantasy X-2 es una continuación directa de Final Fantasy X, aunque para aquellos que no lo jugasen, vamos a omitir detalles de la historia.
La demo que probamos nos ponía al principio del juego, en la ciudad de Zanarkand, donde Tidus es una estrella del deporte. Desde el primer momento se puede apreciar una gran mejora en la calidad gráfica, y es que aunque el original tenía muy buenos gráficos cuando salió, lo cierto es que la resolución de la consola tenía sus limitaciones, lo que hacía que se viese todo muy borroso, algo más evidente todavía si lo jugábamos en una tele HD. Ahora ese problema ha desaparecido, y donde antes teníamos dientes de sierra y tembleques por la baja resolución, ahora nos encontramos con texturas nítidas que hacen que todo se vea estupendamente y un color mucho más vivo.
Sin duda gana muchísimos enteros, y si esto es evidente en los escenarios (donde el juego original perdía más debido a la borrosidad y falta de nitidez), también se nota mucho en los personajes cuyos modelos lucían muy bien en el original pero que ahora, al ir acompañados de texturas mucho más cuidadas, se ven mejor que nunca. Es cierto que al verse todo mucho más nítido se aprecian algunas cosas no tan trabajadas, como los personajes que pululan por la ciudad, y cuya carga poligonal es sensiblemente menor a la de los personajes principales, algo que con la alta definición destaca mucho más. Algo parecido pasa con sus animaciones, que son algo ortopédicas, y que aunque en el original no se apreciaban tanto, aquí salta más a la vista, aunque es lógico debido al tiempo que tiene el juego.
Una excusa para disfrutarlos mejor que nunca
Lo cierto es que a nivel gráfico Final Fantasy X (nos centramos en este ya que es el que pudimos jugar, pero lo mismo es aplicable para el X-2) ha envejecido muy bien. Los modelos de los personajes eran muy buenos en su día, con una gran carga poligonal, y precisamente su mayor lastre, la calidad de las texturas (en gran parte debido a la arquitectura de la PS2) se soluciona en esta adaptación. También hay que tener en cuenta que el diseño de personajes y el estilo artístico también ayudan a dar el salto, ya que nos parecen diseños muy actuales que bien podrían aparecer en nuevos juegos, y que de hecho a los que hayan jugado a las entregas de Final Fantasy de esta generación seguro que les gusta.
Sin duda tanto Final Fantasy X como Final Fantasy X-2 fueron grandes títulos que gustaron mucho a los aficionados de la saga (ahí están sus ventas), y aunque salió en la consola más vendida de la generación, todavía hay gente que no pudo disfrutarlo. Para aquellos que no lo jugaron en su día pero también para los que lo jugaron pero quieren redescubrir el título con un aspecto visual mejor que nunca, llega esta remasterización que realmente vale la pena, pues mejora mucho el apartado gráfico del juego y lo convierte en un título que no tiene mucho que envidiar técnicamente a otros títulos del género lanzados esta generación.