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Género/s: Deportes / Monoplazas
Fecha de lanzamiento:
PS3, X360, PC:
iPhone:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Codemasters
Producción: Codemasters
Distribución: Namco Bandai
Precio: 50,95 €
Jugadores: 1-4
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: hasta 12 jugadores
ANÁLISIS

Impresiones F1 Race Stars

¿Y si Fernando Alonso y Lewis Hamilton se subieran a un kart tan loco como el de Mario?
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versiones PS3, Xbox 360, PC, iPhone. También disponible en Xbox 360, Ordenador y iPhone.

Que la Fórmula 1 es una gran marca no va a ser algo que nos sorprenda, pero que una compañía se decida a hacer un juego al estilo Mario Kart con los pilotos y las escuderías no es algo precisamente habitual. Tras varios años con los derechos sobre la competición de motor más seguida en el mundo, Codemasters ha decidido que, además de su simulador anual, se puede hacer algo más. Ese algo más es F1 Race Stars.

Codemasters es una compañía que puede presumir de tener un amplísimo catálogo de juegos de velocidad, quizás solo comparable a las compañías totalmente especializadas en el género. Así, esta empresa tiene la serie DiRT (heredera de los Colin McRae Rally), Fuel, Race Driver (ahora GRID), Toca Touring Car y también juegos quizá menos conocidos, como ATV Simulator. No hace demasiado ya le dio un giro arcade a su simulación de rallies con DiRT Showdown sin renunciar a la saga principal de simulación. Está claro que este es el destino que puede seguir la F1 si este juego que ahora nos ocupa logra continuidad, y lo cierto es que lo que hemos probado nos permite intuir que así será.

Para empezar, hay que tener claro que este es un juego desenfadado en el que correremos con versiones enanas y cabezonas (conocidas como chibi o superdeformed) de los pilotos más famosos de este año. No faltarán, claro, ni Fernando Alonso, ni Lewis Hamilton ni Sebastian Vettel. Y aunque correrán en monoplazas, estos tendrán una aspecto muy en la línea de los karts de los primeros títulos de carreras con Mario: pequeños, presididos por el cabezón del personaje, y muy desproporcionados. La idea es conseguir un diseño propio de dibujos animados, desenfadado y divertido que, con todo, mantiene la decoración de coches, cascos y monos de los pilotos para permitirnos reconocerlos en todo momento. El kart de Fernando Alonso es rojo Ferrari, claro, y su casco es azul. Hamilton corre en una bala plateada con casco amarillo.

Los circuitos de carreras de la competición, que no dejan de ser entornos bastante sosos y poco dados a la imaginación, se abren aquí a entornos de ensueño que nos recuerdan en muchas ocasiones al diseño artístico de las producciones animadas por ordenador de estudios como DreamWorks: coloridos, desenfadados pero bien compuestos para ofrecer un universo que da gusto recorrer a toda velocidad.

Como en el mundial, cada circuito representa un país diferente y aquí los artistas se han lucido a la hora de caricaturizar las regiones del mundo representadas: pueblitos bávaros perdidos por las montañas, una urbe asiática con fuerte evocación a Godzilla…

Por supuesto, el juego tiene un gran fantasma: el mismo que todos los juegos que han seguido la estela de éxito de Mario Kart. Dicho de otra manera, ¿es solo un juego que se sitúa a su rebufo o sabrá aportar algo de interés? Está claro que este título tiene algo importante, que no es sino la marca que representa. Es cierto que ha habido muchos más juegos de mascotas en coches (o motos o lo que sea), pero la F1 es una marca con una potencia inusitada entre los aficionados al motor, así que puede lograr que juegos soberbios y divertidísimos no han conseguido antes: que la gente se olvide de sus prejuicios prepúberes y se ponga a los mandos de un videojuego de karts para correr, echarse unas risas y disfrutar.

Lo cierto es que en un primer contacto nos podemos llevar la sensación de que F1 Race Stars es solo un juego más en el género con el tirón de la marca, pero esconde más. Esto se ha conseguido de una manera muy sencilla: coge los elementos típicos de este tipo de juegos (velocidad, multijugador y poderes) y les da una vuelta de tuerca. Cuando recibimos mucho daño, por ejemplo, nos toca pasar por boxes y hacer un pit-stop para poder recuperar la velocidad máxima, que habremos perdido. Esto, que parece una tontería, añade todo un factor estratégico a las carreras al tiempo que evoca la F1 de verdad desde su visión desenfadada y cómica del asunto.

En la misma línea, los poderes que se consiguen en el juego y que podemos usar contra nuestros enemigos están bastante bien inspirados en situaciones de la Fórmula 1, como la pista mojada, y se combinan otros de fantasía pura, como el teletransporte que nos lleva varias posiciones más adelante. La verdad es que la sensación es que resultan bastante equilibrados, sin que ninguno de ellos pueda darle la vuelta a la tortilla de una manera totalmente brutal al resultado de la carrera, una "locura" aleatoria que los aficionados a Mario Kart conocen como "caparazón azul". Habrá que jugar más partidas para corroborar la sensación de equilibrio global, aunque las sensaciones son que se ha logrado un buen resultado que combina bien esa tensión de que los rivales tengan un poder evitando la sensación de saber que estás perdido sin remedio.

Además, hay algo que uno al principio no nota, pero sí se hace evidente cuando el juego se pone ya un poquito exigente: nada de derrapar como un loco. Salvando las distancias, esto es un juego de monoplazas de Fórmula 1 y, como saben los aficionados, en la F1 se trata de ir todo el tiempo que puedas en línea recta, ya que es cuando los coches corren de verdad. Así que aquí hay que aplicar esa misma filosofía y frenar bien, trazar la curva y salir por el vértice correcto para ganar velocidad en la recta. A lo mejor parece superficial, pero lo cierto es que tiene un impacto evidente en la jugabilidad.

Como sucede en otros juegos de karts, cada vehículo tiene diferentes características. En este caso, las escuderías tienen diferentes poderes y habilidades, por lo que aunque pueda estar tu escudería favorita hay que tener en cuenta los poderes concretos de cada coche. Esto implica que habrá vehículos que puedan dejar hasta tres minas (el estándar es solo una), y solo un equipo puede lanzar misiles hacia atrás para defenderse. Esto hace que no se trate de coger un Red Bull (lo sentimos, seguidores de Ferrari y McLaren) y arrasar en el campeonato, sino de encontrar el equilibrio de cada escudería y conseguir sacarle provecho.

A todo esto hay que añadir que el título ofrece un multijugador que promete ser de lo más robusto y que esperamos que se ratifique en la versión final del juego. En la vertiente en línea permite hasta doce jugadores y si preferimos jugarlo en casa con amigos la pantalla se divide en cuatro partes. Y todo esto, si se cumplen las promesas del equipo, manteniendo una firme tasa de 60 imágenes por segundo.

El juego se lanzará el próximo mes en Xbox 360, PlayStation 3 y PC. En su momento se rumoreó que el título llegaría también a Wii U (y, sin duda, en un momento que habría sido excelente: con la consola reciente y sin la competición de un Mario Kart) pero parece que Codemasters finalmente no tiene planes para lanzar este título en la nueva consola de Nintendo. Quizá todavía estén a tiempo de cambiar de opinión.