Dynasty Warriors sigue siendo incombustible. Aunque en Europa nunca ha pasado de ser un juego de nicho, como los llaman ahora, con unos cuantos seguidores y otros que de vez en cuando los prueban por ese sabor a "yo contra el barrio" del que están impregnadas sus gigantescas batallas, en Japón continúa siendo una saga popular. Aunque en la nueva generación no goza de tanta salud como en la época de PlayStation 2, cuando vendía millonadas, las consolas portátiles le han dado algo más de recorrido, y ahora llega a PlayStation 3 y Xbox 360 la adaptación de Strikeforce, la última versión para PSP que aprovechaba las capacidades wireless de la consola para incluir juego para cuatro jugadores "ad-hoc". Esta versión HD del juego renueva completamente los gráficos poniéndolos a la altura de la situación, pero además añade un elemento muy interesante: el multijugador online.
El juego no se limita a adaptar el de PSP a la nueva generación. Aparte de renovar el apartado gráfico por completo, haciendo que parezca un juego hecho desde cero para las consolas (aunque con gráficos normalillos) y no una conversión de un juego portátil, incluye nuevos contenidos como misiones, ítems, armas y personajes; sin embargo, mantiene la estructura de misiones del título de PSP. Strikeforce en PSP cambia los grandes escenarios y grandes batallas de los primeros Dynasty Warriors por misiones más pequeñas, de escala más reducida, incluyendo pequeñas escaramuzas fronterizas a modo de aventuras secundarias, y dividiendo las grandes batallas en varias fases, como si fuesen diferentes momentos y estados de la confrontación. Esta fórmula tan adecuada para el juego portátil de partidas rápidas no funciona del todo mal en las versiones "grandes", y se combina con un sistema de evolución y mejoras del personaje que se beneficia de ese sistema de aventuras, con experiencia y recompensas tras cada una de ellas.
Pese al cambio de esquema y su mayor orientación multijugador, Strikeforce sigue siendo un Dynasty Warriors y su mecánica sigue siendo muy parecida a los anteriores. Elegimos a un personaje de entre un respetable y creciente elenco de guerreros, muchos de ellos alineados en uno de los tres bandos enfrentados en China en el período de los Tres Reinos, época histórica en la que se basan todos los juegos de la saga.
Más adelante desbloquearemos a otros personajes de los mismos reinos o no alineados en ninguno de ellos, pero independientemente del bando todos funcionan igual. Contamos con un boton de ataque simple y con otro de ataque de carga, que podremos usar para finalizar los combos con un gran golpe o para "cargar" un gran ataque cuando no estemos haciendo nada. Contamos con un salto, que puede combinarse con un movimiento de desplazamiento rápido (si es en el suelo corremos, si es en el aire planeamos), y finalmente con el ataque mágico o "Musou", que utiliza una barra que se va llenando, y una vez llena nos permite ejecutar este ataque.
Al contrario que en juegos anteriores, ahora el Musou no solo es un ataque especial sino también una especie de "modo". Nuestro personaje se transformará primero, manteniéndose en un estado en el que sus golpes hacen más daño y recibe menos daño de los enemigos. Dentro de este estado puede permanecer durante bastante tiempo, siempre y cuando mantenga su barra de energía Musou lo suficientemente llena, lo que se logra no dejando de golpear a los enemigos. Finalmente, podrá concluir con un ataque especial Musou, tremendamente dañino, con el que podrá acabar con varios enemigos al mismo tiempo.
La cantidad de enemigos en pantalla acosando a nuestro personaje o esperando educadamente el turno para hacerlo sigue siendo muy elevada, como es costumbre en la saga, por lo que independientemente de lo grande o complicado que sea el nivel, siempre nos encontraremos con enemigos a nuestro paso de los que dar buena cuenta para aumentar nuestro contador de KOs y obtener más experiencia al finalizar la misión.
Strikeforce está pensado para ser jugado con varios amigos, y en esta ocasión incluye juego a través de la red. Pero también incluye la opción de jugarlo con otros personajes controlados por la inteligencia artificial del juego, a los que podremos dar órdenes de ataque. Esto es bueno para superar ciertos niveles y habituarnos a lo que es jugar en equipo, aunque la experiencia de jugar con bots tiene muy poco que ver con los jugadores "reales", como es de esperar. Lo bueno es que el juego para un solo jugador está completamente integrado en la experiencia multijugador, así que podremos jugar a nuestro ritmo, se puede unir un amigo, se puede ir, y nosotros seguiremos progresando sin que se produzca ningún problema.
Como ya comentábamos antes, el trabajo gráfico del juego es meritorio al no haberse limitado a adaptar los gráficos de PSP a la alta definición, sin más. Los modelados de los personajes y su animación son completamente nuevos, o de lo contrario cantarían una barbaridad, aunque no puede decirse lo mismo de los escenarios, que siguen siendo realmente simples. El motor gráfico funciona bien la mayoría de las veces aunque sigue contando con el mismo defecto que toda la saga, el de las apariciones repentinas de enemigos cuando hay muchos en pantalla. Podría haberse hecho más, pero también bastante menos. Finalmente, el apartado sonoro cuenta con un doblaje al inglés bastante genérico, y la misma "fusión" entre melodías de corte oriental y rock a la que nos tiene acostumbrados la saga.
Como curiosidad, cada una de las versiones del juego cuenta con contenido exclusivo inspirado en otros títulos de Tecmo Koei. En el caso de la versión PlayStation 3, habrá armas y personajes de Ninja Gaiden Sigma 2, mientras que en la versión de Xbox 360 contaremos con lo mismo, pero del juego Warriors Orochi 2. Dynasty Warriors Strikeforce no reinventa exactamente la saga pero la modifica lo suficientemente como para el que no la haya tocado en unos años pase unos nuevos buenos ratos con su curiosa mezcla de exploración, rol y, sobre todo, acción sin pausa. Su nueva estructura de misiones es menos tediosa para los que no sean fanáticos del juego, y el modo online puede proporcionar horas y horas de diversión cooperativa, más si tenemos en cuenta el sistema de experiencia y los numerosos contenidos desbloqueables. Por lo demás, sigue siendo un Dynasty Warriors, una saga donde no existen términos medios: o te engancha o te cansa, y Strikeforce no es diferente.