Quizá el subtítulo parezca algo así como una propaganda en una revista de estas que cogemos gratis en el cine, ya se sabe; vas, la coges, y listo. Es así, tan sencillo. Casi tanto como lo es tener una franquicia que vende y explotarla hasta la saciedad. Final Fantasy X-2 pretende -y es- la continuación del idolatrado por muchos, no tanto por otros, Final Fantasy X, primer exponente de una de las grandes sagas de la historia del RPG en PS2. Quien entienda algo de matemáticas sabrá a qué viene esa X (degenerados, absténganse). Sí, Final Fantasy es una de las sagas más prolíferas que ha habido nunca, de hecho las imágenes de su ya duodécima entrega acaban de salir a la luz hace pocas semanas, aunque contando con el título que hoy nos ocupa sería más bien la treceava, pero bueno. Que el nombre vende, vamos. Y si Square nunca fue tonta, ahora con Enix lo es aún menos. Y gana más.
Pero dejando todo esto a un lado, pues igual a algunos de buen seguro les importa bien poco, FF X-2 no es mal juego, al fin y al cabo. Los que disfrutasteis de FF X va haciendo ya un tiempo, sabréis de buena tinta el aire melancólico-dramático, romántico añadamos también, que rezumaba dicho título, muy al estilo de FF VIII, al que a mí particularmente me recordaba en determinados aspectos. Es por eso que más de uno se va a quedar estupefacto al contemplar la escena de introducción, en la que observamos un macro-estadio similar -si no el mismo- que el que presenciamos en la misma de la anterior entrega, solo que ahora no hacemos acto de presencia a un partido de Blitzball, sino a un concierto musical.
¡Toma ya! En el escenario vemos a Yuna, protagonista femenina del anterior capítulo, interpretando un tema muy pop-style, y la escena se aprovecha para presentarnos a un nuevo personaje: Paine, que junto a Yuna y Rikku, que observa con sus prismáticos la actuación de su amiga, van a formar el trío de protagonistas de éste FF X-2; las YRP, como en el propio juego se nos hace saber que se llaman las tres chicas.
Pero hay algo que le distingue aún más que este ambiente jovial y algo "súper pop" que le rodea, y que se refiere ya a la mecánica misma del juego: hablamos de un suave alejamiento del estilo RPG del que siempre han gozado los FF. En anteriores entregas, ibas avanzando mientras te enfrentabas a cientos de variopintas criaturas. Ahora igual, pero también saltas. No os asustéis, Final Fantasy X-2 no se ha convertido en una aventura y mucho menos en un plataformas, simplemente ahora ya no es "solo" RPG, sino RPG+10% aventura. Ese porcentaje se lo acreditan, entre otros detalles, los ya mentados saltos, los cuales se realizan pulsando el botón círculo en el momento correspondiente de realizar la acción, de una forma muy sencilla y eficaz. Es algo en lo que nos adentraremos con más detalle más adelante.
Primero hay que comentar que este nuevo juego tiene otra particularidad en su desarrollo, y es que el mismo se va a producir ahora por capítulos, o misiones, como queramos llamarle. En la primera tienes que llegar a la cima de una gran arquitectura, para alcanzar tu objetivo antes que "los malos". Estos van a ser, al igual que tu bando, un trío, formado por Sano, Uno y su jefa, Leblanc (las chicas al poder, una vez más). Te toparás y enfrentarás directamente constantemente con ellos, se prevé. Los combates ahora han ganado en dinamismo, no solo porque ya de por sí son más rápidos y moviditos, sino porque además el hecho de ser la versión americana la que hemos tenido el privilegio de probar, está en perfectos 60 Hz. Sin bandas negras, con toda fluidez. Una gozada. Poner la copia PAL de FF X tras jugar unos minutos a la versión americana de FF X-2 puede provocar daños a la vista, aviso.
De los combates hay mucho que decir. No solo son más rápidos en su desarrollo y en lo que a tiempos de carga se refiere, sino que además han mejorado en todos los sentidos. Para empezar, ahora no solo la cámara toma diferentes enfoques constantemente, como ya ocurría en entregas anteriores, con tomas espectaculares del estilo de FF X, sino que ahora los personajes se van moviendo por todo el escenario de forma que parece que los controlas tú directamente, tal cual de un Action-RPG se tratase, casi. De hecho, casi se podría decir que se suceden en tiempo real, pues nada más pulsar el botón de ataque el susodicho personaje realizará, al instante, la acción elegida; además, ahora los enemigos no tienen que esperar su turno, con todas las consecuencias que ello conlleva.
Durante el desarrollo de los mismos hemos de destacar el Tiempo Activo y Tiempo Pausado; el Tiempo Pausado se activa cuando estás realizando alguna acción -cambiar de vestimenta- o te están atacando, de modo que no podrás realizar ninguna acción (aunque sí puedes ir eligiéndola en el menú), y el Tiempo Activo vendrá a ser cuando tienes posibilidad de movimientos. Esto se te indicará en la parte superior derecha de la pantalla en todo momento. Las batallas, por otra parte, a priori nos resultan más fáciles que antes, pues al menos en un principio, los enemigos caen derrotados prácticamente de un solo golpe, y el primer jefe serio del juego (al que te enfrentarás al llegar a la cima del Monte Gagazet en la primera misión, tras tener que llegar a lo más alto en una frenética carrera contra el trío antagonista mencionado anteriormente) caerá de tan solo unos golpes y sin tener que hacer uso de una mísera poción.
Como has leído antes, porque sí, has leído bien, puedes cambiar de vestimenta a lo largo del combate. De esta forma, Yuna, Rikku y Paine pueden, en mitad del enfrentamiento, cambiar de ropa según la forma en la que quieras disponerte a luchar. Así, puedes elegir un traje para atacar con la espada, otro para atacar con las pistolas y otros para realizar otro tipo de ataques que iréis descubriendo más adelante. Los menús ahora aparentan ser más sencillos, aunque las posibilidades son las de siempre: ataque, ítems, y demás. El cambio de vestuario se llevará a cabo pulsando, en el momento que desees, el botón lateral L1 y seleccionando el traje correspondiente, representados cada uno por un pequeño icono. A continuación, cuando toque el turno al personaje correspondiente, una pequeña escena al estilo de las invocaciones dará paso al cambio de modelito. Y no, para el que lo esté pensando, no se ve, en ningún momento, nada de nada de los encantos de las féminas.
Los gráficos andan a un nivel parejo a los de su precuela, lo cual no es sino un elogio por mi parte a dicho apartado del título que nos ocupa. La principal diferencia, que no por ser la única deja de ser determinante, es la ya comentada inclusión de los 60 Hz., que se notan, y mucho, en todo momento. Todo va más rápido, más fluido. Incluso da a parecer que los gráficos son mejores cuando no lo son. O quizá sí, pero no lo suficiente como para que lo parezca en tan desmedida forma. Habrá que rezar para que el deseo de que Square-Enix haga una conversión PAL decente se haga realidad. En cuanto a lo demás, ya sabéis; animaciones prodigiosas, ataques espectaculares -como siempre-, texturas maravillosas, y bueno, eso, todo lo bueno que tenía FF X. Las escenas FMV vuelven a ser prodigiosas (y sin bandas negras), y las escenas de diálogo durante el desarrollo del juego, las cuales usan el mismo motor que el juego, serán similares a las de la décima entrega. Es lo que tiene el poseer un motor gráfico tan potente, que a veces ni distingues si es una escena de entremedio o un vídeo FMV, cuando en las entregas de PSX había una diferencia abismal.
En cuanto a la música, se podría decir que en este apartado Square-Enix ha tomado un nuevo rumbo en este título, aún siendo el mismo Nobuo Uematsu su autor, como en anteriores ocasiones. Ahora la música es más "chic", sin alejarse demasiado del tan característico estilo musical del que siempre han hecho gala todos y cada uno de los FF y que tantos admiradores tienen, pese a que muchos argumenten –y no sin cierta razón- que el estilo musical de la saga es un plagio descarado a la música clásica europea. El tema de batalla, uno de los que siempre me suelen gustar especialmente, me resulta bastante peor que el de FF X, y al terminar el encuentro se ha prescindido esta vez, sorprendentemente –o no tanto-, de la típica melodía de victoria que siempre acostumbrábamos a oír los seguidores de la saga al ganar un combate. De todos modos, se trata de una BSO de gran altura, como no puede ser de otra forma, aunque puede que ciertos matices no contenten a más de uno.
Y bueno, esto es, a grandes rasgos, lo que os vais a encontrar con el polémico y a la vez tan esperado Final Fantasy X-2. A la espera de catar la versión europea y juzgar con más profundidad y autoridad, claro está. Pero en lo que ha sido el primer contacto con el esperado título de Square-Enix, las conclusiones están claras: FF X- 2 se trata de una extensión, o continuación, de FF X, con los mismos personajes -centrándose en los femeninos, eso sí-, el mismo mundo, y una trama y desarrollo distintos, en los que prima algo más la acción, y un ambiente muy femenino en todos los sentidos. Esto último es algo que muchos tendrían que tener especialmente en cuenta, pues a buen seguro los habrá quién no soporte tanto feminismo dispersado. En definitiva, FF X-2 es un Final Fantasy, pero de otro rollo. ¿Debes darle una oportunidad? Si no te importa lo leído anteriormente, la respuesta es un rotundo sí. Si no, quizá deberías disminuir gradualmente tu grado de machismo y darle una oportunidad, se trata de un gran juego. Y ya sabéis, el 24 de febrero en las tiendas. ¿60 Hz.? Sí, por favor.