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Género/s: MMORPG
Fecha de lanzamiento:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Blizzard
Producción: Blizzard
Distribución: Battle.net
Precio: 12,99 € al mes
Jugadores: Multijugador
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Español
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones World of Warcraft: Classic, regreso a los inolvidables orígenes

Regresamos al pasado para revivir nuestras fantásticas aventuras en la nostálgica Azeroth de hace 15 años.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PC.

Hace 15 años que Blizzard puso patas arriba a la industria del videojuego con el lanzamiento de World of Warcraft, uno de los títulos más exitosos de todos los tiempos y el principal causante de que el género viviese su gran época dorada. Desde entonces, el juego ha evolucionado y recibido multitud de contenidos a través de numerosos parches y expansiones, transformando la experiencia en algo completamente diferente a lo que fue en sus comienzos.

Gameplay comentado

Precisamente por ello, no son pocos los jugadores que añoran la época inicial de este MMORPG, donde las raids eran de 40 jugadores, las mazmorras podían llegar a durar horas, la guerra entre la Horda y la Alianza estaba a la orden del día gracias a su sistema de honor y los campos de batalla como Alterac podían alargarse incluso durante días, entre otras muchas cosas que se han ido perdiendo con cada actualización.

La beta comenzará el 15 de mayo. Se enviarán invitaciones a los jugadores con suscripción activa poco a poco, así que si no os toca de primeras, tened paciencia.

Sabiendo esto, Blizzard lanzará World of Warcraft: Classic el próximo 27 de agosto, una fiel recreación del juego previo a la llegada de su primera expansión que hará las delicias de los fans más veteranos.

Tambores de guerra

Como decimos, esta "nueva" versión supondrá un regreso al pasado en todos los sentidos, tanto a nivel jugable como de contenidos y gráficos. Lo único realmente moderno que tiene es su infraestructura online, ya que esta hará gala de la mejorada tecnología que la compañía ha desarrollado a lo largo de los años, por lo que podéis esperar mucho menos lag y servidores más estables, algo que siempre es de agradecer.

Los servidores volverán a estar divididos por tipos, según la experiencia que busquemos: PvP normal, PvE normal, PvP de rol y PvE de rol.

Así pues, volveremos a tener el nivel 60 como nuestro máximo y únicamente podremos explorar los continentes de Kalimdor y Reinos del Este en su estado previo al Cataclismo causado por Deathwing, de forma que el aspecto y estado de las zonas que recorreremos será muy distinto al actual, algo que también se aplica a las misiones que nos ofrecerán en ellas.

De igual modo, las combinaciones de raza y clase serán las mismas que había originalmente, por lo que olvidaos de controlar cosas como Pandaren, Elfos de Sangre o Draenei. Evidentemente, tampoco será posible jugar como Caballero de la Muerte, Monje o Cazador de Demonios, y siguiendo esta línea, los chamanes vuelven a ser exclusivos de la Horda, mientras que los paladines pertenecerán únicamente a la Alianza.

Seis fases

Un detalle importante es que el equilibrio de clases y objetos se basará en lo visto en el parche 1.12, aunque los contenidos llegarán de forma escalonada en seis fases distintas que seguirán el orden en el que se lanzaron originalmente.

Habrá una edición para coleccionistas a la venta el 8 de octubre, que incluirá, entre otras cosas, una espectacular figura de Ragnaros.

La primera de ellas introducirá, tal y como era de esperar, las raids de Molten Core y Onyxia, así como la mazmorra de Maraudon. En lo relacionado con el PvP, podremos darnos de tortas contra otros jugadores, aunque sin ningún tipo de sistema que regule y registre nuestras hazañas, por lo que no recibiremos recompensas de ningún tipo por buscar bronca.

Por su parte, la segunda fase añadirá Dire Maul (una mazmorra dividida en tres alas distintas), y los jefes de mundo Lord Kazzak y Azuregos. Lo realmente interesante aquí es que se introducirá por fin el clásico sistema de Honor, con sus diferentes rangos, recompensas y, por supuesto, muertes deshonorables.

La tercera fase traerá consigo la desafiante raid de Blackwing Lair, donde tendremos que hacer frente a Nefarian y recordaremos viejas pesadillas que nos provocaron jefes como Razorgore. Además, se añadirán los mazos de las cartas Darkmoon y llegarán los dos primeros campos de batalla: Alterac Valley (con todos los ajustes y arreglos que recibió en el parche 1.12) y Warsong Gulch.

La suscripción de 'World of Warcraft: Classic' se incluye en la de 'World of Warcraft', por lo que no tendremos que pagar más para acceder a sus servidores.

Lo siguiente en llegar tras todo esto será la raid Zul'Gurub, la primera para 20 jugadores, lo que nos lleva a preguntarnos si Blizzard homenajeará de alguna manera el famoso bug de la plaga de la Sangre Corrupta de Hakkar para ayudarnos a recordar el caos que se desató en el juego hace años cuando esta mazmorra abrió sus puertas por primera vez. Otros contenidos que se añadirán con esta fase serán los Dragones Verdes y el campo de batalla de Arathi Basin.

Las cosas se pondrán realmente interesantes a partir de la quinta fase, ya que en ella será cuando se abran las puertas de Ahn'Qiraj, algo que tendremos que hacer nuevamente entre todos los jugadores para intentar hacernos con el preciado título de Scarab Lord y conseguir su montura exclusiva, dos recompensas reservadas únicamente a aquel que consiga culminar el evento. Una vez abiertas, podremos aventurarnos en las raids de Ruins of Ahn'Qiraj (20 jugadores) y Temple of Ahn'Qiraj (40 jugadores), encontrando en esta última a C'Thun, uno de los jefes más duros de todo World of Warcraft.

Mucho ojo con ese DPS, ya que los tanques no generan tanto 'agro' en 'Classic como' en la actualidad.

Finalmente, la última fase terminará de completar los contenidos originales del juego con la llegada de la invasión de la Plaga, los objetivos de PvP de Silithus y Eastern Plaguelands, y, por supuesto, Naxxramas, una de las raids más complicadas, difíciles y exigentes jamás diseñadas para este fascinante mundo (si nunca probasteis su versión original para 40 jugadores, os podemos asegurar que hay un mundo gigantesco de diferencia entre ella y la que vimos en Wrath of the Lich King en lo que a dificultad se refiere).

La vieja escuela

Entrando en lo puramente jugable, volvemos al antiguo sistema de combate, mucho más lento y pausado, con rotaciones más estrictas, donde el control de masas es vital para sobrevivir y en el que la gestión de recursos tiene una importancia bastante mayor (como bien recordarán quienes jugaran el rol de sanador en una época en la que el maná era un bien escaso y había que calcular cada cura al milímetro).

Huelga decir que no habrá monturas voladoras. De hecho, desbloquear la montura épica es algo que nos costará bastante esfuerzo, pues no es nada barata.

Además, las clases tienen tantas habilidades importantes que vamos a necesitar configurar casi todo nuestro teclado para tenerlas bien accesibles, por lo que dominar por completo a nuestro personaje es una tarea algo más compleja que ahora en la mayoría de los casos.

Lo mismo ocurre con el resto del diseño del juego, eliminando de un plumazo un montón de mecánicas y sistemas que ahora nos hacen la vida mucho más fácil y agradable, ya sea con los medidores de "agro", avisos de los ataques que hacen los jefes, la posibilidad de modificar el aspecto de nuestro equipo, el buscador de grupos y el teletransporte hasta las mazmorras, etcétera.

Más os vale acostumbraros a realizar duros preparativos antes de las 'raids', ya sea 'farmeando' equipo de resistencia para algunos jefes o pociones.

Sí, volvemos a los tiempos de tener que buscar compañeros de armas "gritando" en los canales generales de chat, y en los que el camino hacia ciertas mazmorras era toda una aventura en sí misma, teniendo que sortear zonas repletas de élites y enemigos poderosos, por no hablar de los jugadores de la facción rival.

De igual modo, podéis olvidaros de todas las ayudas que el título nos da para indicarnos dónde están las misiones, los lugares a los que tenemos que ir para resolverlas y los iconos que nos indican qué criaturas son útiles para nuestra empresa, por lo que si queréis averiguar todo esto os tocará explorar, leer con detenimiento los textos de cada aventura y, muy probablemente, tener una página web de guías como Wowhead a mano para ahorrarnos tiempo y dolores de cabeza.

El equilibrio entre clases será el mismo que hace 15 años y Blizzard no pretende cambiar esto para fortalecer a las más desfavorecidas, como el Druida Feral.

Por supuesto, también regresa el sistema de talentos original, con tres árboles por clase repleto de ramificaciones y posibilidades a la hora de diseñar nuestras builds. Eso sí, escoged bien, ya que aquí no existen las dobles especializaciones ni nada remotamente parecido, y reiniciar nuestros puntos de habilidad es algo que nos resultará dolorosamente caro a nivel 60.

Regreso al pasado

Como veis, la compañía ha puesto muchísimo esmero en recrear lo más fielmente posible esta época tan mágica de su gran MMORPG y, para que el viaje al pasado sea total, se ha apostado por regresar al apartado gráfico que el título lucía en sus inicios, con una distancia de dibujado mucho menor, los antiguos modelados de personajes, texturas más pobres, etcétera.

¿Os acordáis de esas larguísimas cadenas de misiones que teníamos que realizar para acceder a muchas mazmorras y raids? También están de vuelta.

Esta es una decisión completamente intencionada y muy consciente, ya que según nos contaron Brian Birminghan y Patrick Dawson, dos de sus máximos responsables, para captar toda la esencia de esta versión y que los jugadores realmente se sientan como hace 15 años, era necesario replicar también su aspecto visual. Evidentemente, lo mismo ocurrirá con la banda sonora, recuperando todos los míticos temas que ambientaron todas nuestras aventuras por Azeroth hace tanto tiempo.

El poder de la nostalgia

Las dos horas que hemos podido jugar a World of Warcraft: Classic nos ha supuesto un increíble viaje en el tiempo que ha conseguido tocar nuestra vena nostálgica hasta límites insospechados, recordándonos y haciéndonos revivir multitud de inolvidables vivencias que tuvimos batallando en este mágico mundo durante sus primeros meses de vida.

De momento, no hay planes de contenidos más allá de Naxxramas, aunque sus desarrolladores han prometido estar muy atentos a las peticiones de los jugadores.

Con sus pros y sus contras, es un juego completamente distinto al que podemos encontrar hoy en Battle for Azeroth y promete satisfacer de sobra a quienes echen de menos la fórmula original, ofreciéndonos un complemento genial a la versión actual de este gigantesco MMORPG. ¡Nos vemos en Tarren Mill!

Hemos realizado este artículo tras haber jugado una demo en un evento celebrado en Irvine por Blizzard.

Redactor