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Género/s: MMORPG
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: BioWare
Producción: Electronic Arts
Distribución: Electronic Arts
Precio: 54,95 €
Jugadores: 1
Formato: DVD
Textos: Inglés
Voces: Inglés
Online: Masivo online
ANÁLISIS

Impresiones Finales Star Wars: The Old Republic

Nos unimos a la República en la beta de este espectacular título dispuesto a hacerse con el liderato del género.
Versión PC.

Muchos han sido los que han intentando arrebatarle el trono de los juegos de rol multijugador masivo online (MMORPG) a World of Warcraft, pero tras casi siete años de liderato, ninguno lo ha conseguido, y pocos son los que han podido aguantar el tirón como para no volverse gratuitos sin cuotas. Sin embargo, BioWare lo ha dado todo para igualar la balanza y estas Navidades asistiremos a uno de los lanzamientos online más importantes de los últimos años.

Star Wars: The Old Republic ha generado múltiples expectativas a su alrededor durante mucho tiempo, además de contar con la ventaja de estar ambientado en uno de los universos cinematográficos más famosos y atractivos que existen. Tras haber podido disfrutar de la beta jugando en el bando de la República, podemos ir adelantándoos que no decepcionará y que supera las expectativas vertidas sobre él ampliamente.

Si hay algo en lo que siempre ha cojeado el género, ha sido en su narrativa. Ha habido buenos intentos, como Final Fantasy XI, Final Fantasy XIV o el mismísimo World of Warcraft, que ha hecho avances gigantescos en este aspecto con los años. Aun así, quedan muy lejos de lo que hemos podidos disfrutar en otros títulos enfocados principalmente al juego en solitario. Y si hay algo en lo que destaca BioWare, es en esto mismo, como ha demostrado más que sobradamente con las entregas de Mass Effect o Dragon Age, por citar los ejemplos más actuales.

Para que os hagáis una idea general, la sensación que deja el jugar a Star Wars: The Old Republic, es la de estar ante un híbrido entre un World of Warcraft hipervitaminado y Mass Effect. De hecho, las referencias al MMORPG de Blizzard no son fortuitas y estarán más que presentes en este artículo, ya que el apartado jugable sigue paso por paso las directrices del actual líder del mercado.

Como en todo buen exponente del género que se precie, lo primero que tendremos que hacer es crear nuestro personaje. Existen ocho clases en total, que luego se dividen en otras dos cada una. Cuatro de ellas pertenecen a la República (Jedi Knight, Jedi Consular, Smuggler y Trooper) y las otras cuatro al Imperio (Sith Warrior, Bounty Hunter, Imperial Agent y Sith Inquisitor), que conforman las dos grandes facciones enfrentadas del juego a las que podremos unirnos a la hora de hacer nuestro personaje.

La elección de clase es algo que no sólo determinará nuestras habilidades y estilo de juego, sino que marcará profundamente la historia y el argumento que vivamos. De un modo muy similar a lo visto en los orígenes de Dragon Age: Origins, comenzaremos viviendo una historia personal y distinta a la del resto de clases. Pero esto no se queda sólo en el comienzo, ya que la trama se irá desarrollando en todo nuestro periplo hasta el nivel máximo.

Por lo que hemos podido ver hasta el momento, el argumento de cada una de ellas resulta muy interesante y tienen el sello de calidad característico de BioWare, aunque sí que hemos podido apreciar ciertos altibajos, con tramas mucho más trabajadas que otras, como por ejemplo, la del Jedi Knight, muy superior a la del Trooper, que es algo más tópica y previsible.

Su desarrollo no se limita a ir viendo vídeos y escenas sin más. En todas las conversaciones tendremos la ya habitual rueda de diálogo de los juegos de BioWare, donde aparecerán las opciones que podremos tomar. Algunas de ellas, nos darán puntos del lado oscuro o del lado luminoso, lo cual se nos indicará previamente con un símbolo cuando tengamos resaltada la opción. Además, nuestro personaje no se quedará mudo escuchando un monólogo, sino que hablará, actuará y gesticulará según lo que escojamos, algo que nos ayudará a empatizar mejor con él.

Si estamos en grupo, todos los miembros podrán participar en ellas, lo cual nos dará puntos sociales. Cuando haya que dar respuestas, todo el mundo debe escoger una y recibirá una puntuación del 1 al 100. El que saque la más alta será el que intervenga y dé la suya. En el caso de que nuestra respuesta pueda darnos puntos de alineamiento, siempre recibiremos los puntos de lo que hayamos escogido, indistintamente de si sacamos la puntuación más alta o no.

Generalmente nuestras opciones están muy claras gracias al hecho de que se nos indica si son buenas o malas, quitándole algo de gracia a muchas situaciones en las que de otro modo tendríamos que tomar decisiones bastante difíciles y que habría permitido al jugador desarrollar su propia moralidad de un modo más convincente. Otro detalle que no nos ha terminado de gustar y que esperamos que un futuro se acabe implementando, es que por muy contrarios que seamos a lo que sería correcto según nuestro personaje, no se podrán dar situaciones como que, por ejemplo, siendo un Jedi, acabemos cayendo al lado oscuro y convirtiéndonos en un Sith. El guión está preestablecido y sólo podremos ir modificando el que las cosas acaben mejor o peor.

Como era de esperar, además de la historia principal, encontraremos multitud de misiones secundarias, las cuales ya son comunes para todas las clases. La calidad de estas varía bastante de una a otra y generalmente suelen tener algún momento en el que tomar decisiones que afecten a nuestro alineamiento, ya que en la gran mayoría se suelen mostrar las dos caras de la moneda para que hagamos lo que creamos conveniente, bien sea desde el principio, en mitad o al final de la misión.

Respecto a las misiones en sí, nos han parecido demasiado genéricas y simples. No van mucho más allá de acabar con un determinado número de enemigos, recolectar ciertos objetos, o llegar a un sitio. También encontraremos objetivos extras que cumplir en ellas, pero no suelen salirse de esta rutina. Esto da al juego una sensación de anticuado, ya que, por ejemplo, Blizzard ha conseguido maravillas en este sentido con su última expansión para World of Warcraft, con misiones de todo tipo, mecánicas variadas, originales y entretenidas como ellas solas. De todos modos, gracias a su narrativa y a su jugabilidad (de la que ahora hablaremos), este aspecto queda muy bien adornado y suplido, consiguiendo engancharnos para continuar y ver lo que ocurrirá a continuación.

Sobre su jugabilidad, nos ha sorprendido encontrarnos con un juego de este estilo que no incluye la función de ataque automático, por lo que para cada golpe que queramos realizar tendremos que pulsar un botón o una habilidad. Depende de la clase que seamos tendremos distintos tipos de habilidades y de mecánicas. Por ejemplo, los Troopers disponen de una barra con un contador de células de energía. Cada habilidad gasta un determinado número de células, y estas se van recargando poco a poco, por lo que tendremos que administrarlas bien. En cambio, si fuéramos un Jedi Knight, tendríamos que recargar una barra a base de golpes básicos para poder usar esa energía para realizar otro tipo de habilidades. Hay que decir que el ritmo de los combates es rápido y muy dinámico.

Una vez lleguemos a Coruscant, la ciudad principal de la República, y seamos nivel 10, podremos ascender a una de nuestras dos clases avanzadas, con la cual podremos terminar de definir nuestro rol en los grupos. Una vez la obtengamos, tendremos el tradicional árbol de habilidades en el que invertir los puntos que ganaremos por cada nivel.

Un añadido muy interesante es la existencia de los Compañeros. Estos se tratan de unos personajes que se unirán a nuestro "grupo" y que podremos invocarlos para que nos ayuden y nos complementen, aunque sólo podremos tener a uno activo a la vez. Todos ellos tendrán su propia personalidad y su propia historia, por lo que podremos conocerlos más a fondo si mejoramos nuestra relación con ellos por medio de nuestras respuestas en las conversaciones o dándoles regalo. También podremos equiparles con piezas de equipo, por lo que nos convendrá actualizárselos regularmente. Además, en caso de que tengamos el inventario lleno, podremos mandarles a que vayan a vender nuestros objetos basura, tarea que tardarán un minuto en realizar, tiempo en el cual no podremos disponer de sus servicios.

Pero la utilidad de nuestros compañeros nos acaba aquí, ya que tendrán un papel bastante importante en el sistema de crafting del juego. Los tipos de profesiones que podremos aprender lo podemos dividir en tres: las de artesanía, las de recolección y las de búsqueda. Las primeras nos permitirán crear objetos a partir de materiales, la segunda nos permitirá recolectar esos materiales, aunque tendremos que mandar a nuestros compañeros a que se ocupen de ello. Por último, las de búsqueda se corresponden con profesiones como diplomático o cazatesoros. Podremos enviar a nuestros compañeros a realizar misiones y búsquedas por la galaxia para conseguir experiencia y recompensas, pero durante el tiempo que tarden en completarlas no podremos invocarles.

Por otro lado, el sistema de comercio no nos ha terminado de convencer. En este caso se vuelve a recurrir a la clásica casa de subastas, pero nos ha resultado engorrosa y con un sistema de búsqueda ineficaz a todas luces, ya que no nos permite introducir el nombre del objeto, sino que deberemos poner los parámetros de lo que buscamos, por lo que sólo nos queda esperar que esto sea algo que se mejore de cara al lanzamiento.

Por otra parte, hemos podido probar The Esseles, la primera instancia de la República del juego (rebautizadas para la ocasión como flashpoints). Estas son zonas diseñadas para ir en grupos completos en las que sólo estaremos nosotros y el resto de nuestro equipo y en las que deberemos ir avanzando y eliminando jefes para conseguir piezas de equipo de alta calidad. Eso sí, al igual que el resto del contenido del título, todo ello siguiendo una línea argumental en la que podremos incidir con nuestras decisiones, de las cuales dependerán cosas como que nos encontremos con un determinado jefe o no. Evitaremos contar nada de lo que ocurre a lo largo de su recorrido, aunque ya os podemos adelantar que esta primera flashpoint resulta muy fácil, pudiendo ser completada perfectamente con cualquier tipo de configuración de grupo e incluso entre dos personas usando a sus compañeros.

Como contrapartida, aquellos que prefieran enfrentarse a otros jugadores, podrán adentrarse en las zonas de guerra, que vienen a ser el equivalente a los campos de batalla de World of Warcraft y que estarán disponible a partir del nivel 10. De las tres que hemos podido probar sólo se nos permite hablar de dos de ellas. La primera está ambientada en Alderaan. En el mapa existen tres cañones gigantes. El objetivo es hacerse con el control de cada uno de ellos para que disparen a la base del rival y bajen sus puntos de vida a cero. El mapa no es demasiado grande, por lo que estaremos en refriega con bastante frecuencia. También hay que saber cuándo defender y qué bases atacar para llegar a buen puerto.

La otra zona de guerra se llama Huttball. En ella nos encontraremos en una especie de estadio, con pasarelas a distinto nivel, fosos de ácido y llamaradas intermitentes. En el centro hay una pelota. El objetivo es hacerse con ella e ir pasándola entre los miembros del equipo para llegar con ella al campo contrario y marcar un tanto. Algo que destaca es el hecho de que haya un comentarista comentando todas las jugadas que se produzcan, algo que le da vidilla al enfrentamiento.

Ambas zonas de guerra nos han parecido muy divertidas y dinámicas, con combates en todos lados. Además, para motivar a los jugadores a jugar en equipo y luchar por los objetivos en vez de centrarse en matar gente, se ha incluido un sistema en el cual al finalizar la batalla se puede votar al jugador más valioso de tu equipo para que reciba un extra de puntos. Otra peculiaridad, es que jugaremos con gente de todos los niveles, aunque recibiremos un aumento de estadísticas para igualarnos al del nivel más alto, aunque con nuestro mismo equipo y habilidades, por lo que la diferencia de niveles se acaba notando.

Gráficamente, Star Wars: The Old Republic no es de lo más puntero que podremos encontrarnos en PC, de forma que casi cualquiera de gama media pueda moverlo tranquilamente Aun así, su apartado artístico resulta impresionante, con unos escenarios y una recreación de cada planeta sencillamente magistral, que nos conseguirán transportar a este universo con mucha facilidad. Respecto a los personajes, su estilo está a caballo entre un diseño realista y cartoon, algo que puede gustar más o menos dependiendo de cada uno, aunque hay que decir que se mueven con mucha naturalidad y son muy expresivos.

Lo que ya no nos ha gustado tanto y que afecta a la jugabilidad, es el hecho de que no haya colisiones entre personajes, de forma que podremos atravesar al resto de jugadores como si fueran fantasmas, algo que quita mucha vidilla especialmente al apartado jugador contra jugador. Por otra parte, la interfaz es muy clara e intuitiva, ofreciéndonos toda la información que necesitamos de un sólo vistazo y sin ocupar mucho espacio.

En lo referente a su apartado sonoro, encontramos todo tipo de composiciones provenientes de la película, como el mítico tema principal o el épico Duel of Fates, junto a otras composiciones de nuevo cuño que no desmerecen en absoluto de las clásicas y que se adaptan perfectamente a las distintas situaciones que viviremos. Así mismo, el doblaje (en inglés) es de una calidad altísima, con voces famosas que seguro que os suenan de otros juegos de la compañía.

Sin embargo, uno de sus mayores fallos y que empañará su lanzamiento en nuestro país, es el hecho de que nos vaya a llegar completamente en inglés. El nivel de este es bastante alto y los textos suelen ir muy rápido, por lo que todo aquel que no lo domine se perderá toda la historia y su narrativa, y con ello, uno de sus mayores atractivos. Eso sí, no se descarta la posibilidad de que se implemente una traducción en un futuro, aunque hasta entonces esto supondrá una barrera para muchos de los que quieran adentrarse en este universo galáctico.

En definitiva, Star Wars: The Old Republic nos ha transmitido unas inmejorables impresiones. Esta beta ya muestra un producto que apunta maneras y que está prácticamente acabado, al que sólo le queda pulir unos pocos detalles de cara a su lanzamiento el 20 de diciembre. Sin duda se trata de uno de los más firmes candidatos a juego del año y posiblemente del primer título que plante cara y haga temblar de verdad al intocable gigante de Blizzard.

Redactor