A estas alturas hablar de Creative Assembly y de su serie Total War es hablar de uno de uno de los equipos de desarrollo más importantes en el mundo del PC, y de una de las series de juegos de estrategia más impactantes y profundas del género. Fue en el año 2001 cuando iniciaron su camino a la gloria con Shogun Total War, un juego de estrategia ambientado en el Japón feudal en el que nos encontrábamos con un mapa estratégico en el que debíamos mover a nuestros ejércitos, por turnos, mientras edificábamos nuestro imperio; a la vez que nos enfrentábamos a grandes ejércitos rivales en batallas multitudinarias donde la colocación y distribución de nuestros batallones –las unidades no se controlan de manera individual- resultaba fundamental a la hora de conquistar la victoria.
Tras éste llegó Medieval Total War, que mantenía las bases jugables establecidas por el original, pero que nos trasladaba a un nuevo escenario bélico en el que las batallas cobraban una mayor profundidad y espectacularidad. Sin embargo no sería hasta la llegada de Rome Total War cuando la serie se convertiría en un auténtico éxito de ventas y de crítica. En este último capítulo el jugador se enfrentaría a las disputas políticas dentro del propio seno de Roma, mientras hacía frente a las invasiones bárbaras –en una de las expansiones-, o expandía la gloria de la república o el imperio por todo el mundo.
Con Medieval II Total War sus creadores pretenden dar un nuevo paso adelante, manteniendo las señas de identidad de la serie, al mejorar no sólo el apartado técnico del juego, sino también al seguir profundizando en aspectos como la diplomacia y la política, lo que unido a las espectaculares batallas que se nos presentarán lo convierten en uno de los títulos más interesantes del año.
¿Cristianismo o Islam?
Creative Assembly nos trasladará en este nuevo capítulo de la serie al período histórico comprendido entre los años 1087 y el 1453 después de Cristo. Para los no versados en historia, este período comprende acontecimientos tan importantes y violentos como la Guerra de los cien años, la época de las Cruzadas, la Inquisición y persecución de herejías; la caída de Constantinopla, con las consiguientes guerras entre monarcas, príncipes y emperadores; y una guerra entre religiones de fondo (Islam contra el Cristianismo) que nosotros podremos afrontar o no. Y es que como en anteriores capítulos, en Medieval II nosotros podremos modificar los acontecimientos históricos con nuestros actos o decisiones. De este modo, si queremos, podemos no apoyar las guerras que el Papa desde Roma exija, bajo el riesgo de ser excomulgados; o internarnos en una cruzada evangelizadora por tierras del Islam y de este modo ganarnos el favor de Roma.Como en capítulos anteriores el trabajo de documentación por parte de los desarrolladores resulta magnífico, con una gran variedad de ejércitos formados por soldados de todo tipo, una muy buena representación de las ciudades y de los entornos en los que combatiremos, así como un comportamiento realista en el campo de batalla por parte de los combatientes con elementos como la moral de las tropas jugando un papel primordial en el frente. En este sentido, destaca, como decimos, la gran variedad de ejércitos con la que nos encontraremos: desde las huestes de Bizancio, sucesores del Imperio Romano Oriental, a los ingleses, egipcios, o al sacro imperio romano, llegando finalmente a las tropas del Papa, que sin ser extremadamente poderosas, sí contarán con el gran poder político y moral –se puede influir en otros países jugando con la religión- de su líder.
De ahí que hablemos de un trabajo de documentación magnífico: cada uno de las facciones tendrá sus virtudes y defectos, así como zonas de influencia y enemigos declarados. De este modo, por ejemplo, no resulta muy difícil de imaginar lo poco amigables que deben ser las conversaciones entre las naciones católicas con Egipto, que defenderá ferozmente el Islam en África con su imponente ejército compuesto por la caballería pesada de los mamelucos, armada con lanzas y arcos y apoyada por una buena infantería; o lo difícil que lo deben pasar las tropas de Bizancio (ortodoxos griegos) al quedarse atrasadas militarmente en comparación con el resto de facciones al querer respetar sus antiguos orígenes (caballería pesada, lanceros, arqueros, etc.), mientras hacen frente a las constantes acometidas de los ejércitos musulmanes.
Sin embargo, las diferencias entre los distintos bando no sólo estarán en el tipo de unidades que controlarán. Como decimos, Bizancio será constantemente asediada por las tropas musulmanas desde el principio ya que uno de sus territorios más importantes será el de Turquía. La facción del Sacro imperio romano se localizará principalmente en Alemania y se encontrará con el problema de que sus emperadores son elegidos en vez de heredar el trono, lo que hace que su ejército sea muy poco leal a una causa concreta. Los ingleses, también, destacarán por un ejército compuesto por arqueros de largo alcance; pero tendrán problemas con las finanzas al principio de la partida.
Mayores proporciones
Medieval II Total War seguirá el esquema jugable de los capítulos anteriores quedando dividido por tanto en dos partes bien diferenciadas: por un lado la gestión y control de batallones por turnos, y por el otro batallas entre grandes ejércitos en tiempo real. Así, para empezar, en el mapa del mundo nos encontraremos con los distintos territorios conquistados por cada nación, incluyendo los nuestros, así como los ejércitos que en ellos se encontrarán; y los recursos que nos proporcionarán. En cada territorio podremos convertir los asentamientos en grandes urbes, encontrándonos con la novedad de que en esta ocasión serán seis los distintos niveles que podrán alcanzar: desde humildes pueblos a imponentes fortalezas de piedra pasando por grandes ciudades, aldeas o fuertes de madera.Lógicamente dependiendo de las construcciones que edifiquemos en cada una de nuestras ciudades podremos obtener distintos tipos de unidades, así como ganar más o menos dinero (si construimos puertos podemos obtener una buena cantidad de dinero con el comercio, por ejemplo). En cada ciudad también deberemos situar a nuestros mejores hombres no sólo para protegerlas de los invasores, sino también para mejorar aspectos como la ley, la productividad o la moral de nuestros ciudadanos. Y por supuesto, no se pueden olvidar aspectos como la diplomacia, de la que hablábamos antes. Si vamos a estar en contra de Roma, por ejemplo, tendremos que cuidarnos mucho de la Inquisición, así como también será muy necesario afianzar alianzas con naciones rivales para así eliminar a un enemigo común. La cuestión es conseguir el poder a toda costa, ya sea con diplomacia o con la fuerza bruta.
Cuando tengamos un ejército bien pertrechado podremos moverlo por el mapa del mundo (si disponemos de calzadas avanzarán más en menos tiempo) para enfrentarlo a los enemigos, ya sea en sus fortalezas o en campo abierto. Una vez hayamos entrado en contacto con el enemigo, que podremos sobornar para que se retire, se una a nosotros; o mandar asesinos para encargarnos de sus líderes, tendremos que distribuir a nuestras unidades por el campo de batalla, teniendo siempre en cuenta las virtudes y defectos de cada tropa, para así hacer frente al enemigo en batallas en tiempo real tremendamente espectaculares. Lógicamente, la caballería será muy eficaz contra los arqueros mientras que no podrán hacer nada contra los lanceros, por ejemplo. Jugando con este tipo de estrategias tendremos que derrocar a todos nuestros enemigos repartidos por el mundo, incluyendo el continente Americano, donde podremos combatir a los Aztecas.
Las batallas destacarán, como ya es habitual en la serie, no ya sólo por su imponente acabado gráfico, sino también por los distintos elementos que influirán en la contienda: nuestras tropas si ven que no tienen posibilidades huirán despavoridas, así como también lucharán con más contundencia si ven que sus líderes se encuentran junto a ellas. Sin embargo, lo primero que llamará la atención serán las grandes proporciones de las contiendas. Ejércitos compuestos por hasta 10.000 personajes se enfrentarán a muerte con todo tipo de armas extraídas directamente de la realidad, así como también cada una de las unidades con las que nos encontraremos estarán diseñadas con todo lujo de detalles, incluyendo los estandartes y accesorios heráldicos que llevaron equipados en la realidad. Las ciudades podrán ser arrasadas por la artillería pesada de los ejércitos, y los escenarios destacarán por sus dimensiones y por lo detallados que estarán, encontrándonos con una gran variedad de entornos.
Todos estos detalles convierten a esta nueva creación de Creative Assembly en uno de los títulos más prometedores del año. La campaña principal, que ya de por sí nos ofrecerá decenas de horas de diversión, irá acompañada de un nuevo multijugador más rápido y fluido que en capítulos anteriores, así como una serie de escenarios en los que reviviremos algunas de las batallas históricas más importantes de la época. El trabajo realizado en el apartado gráfico resulta increíble, pero lo es más también el afán por seguir mejorando aspectos como la diplomacia, que cada vez más queda en un segundo plano en este tipo de juegos. Medieval II Total War puede convertirse perfectamente en el mejor capítulo de la serie, y en uno de los mejores juegos del año. Llegará a las tiendas en 2006 de la mano de Sega.