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Género/s: Action-RPG / Roguelike
Fecha de lanzamiento:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Blizzard
Producción: Activision Blizzard
Distribución: Activision Blizzard
Precio: 39,99 €
Jugadores: 1
Formato: DVD
Textos: Español
Voces: Español
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones Diablo III: Reaper of Souls

Nos enfrentamos al ejército de Malthael en la beta de la esperada expansión de Diablo III para probar todas las novedades que traerá consigo.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PC.

Hasta ahora, siempre que hemos tenido la oportunidad de probar Diablo III: Reaper of Souls ha sido en ferias y eventos, lo que se traduce en sesiones de juego rápidas en las que no hemos tenido el tiempo suficiente para profundizar en sus novedades todo lo que nos habría gustado, aunque siempre conseguía dejarnos bastante satisfechos y con ganas de más. Por suerte, Blizzard ahora nos ha permitido acceder a una beta muy temprana de esta esperada expansión, donde hemos podido jugar por fin a nuestro gusto y comprobar con detenimiento las características que traerá consigo la llegada del Ángel de la Muerte.

En nuestras últimas impresiones ya os hablamos del modo aventura, el pilar central en torno al cual girará la rejugabilidad del título, por lo que en esta ocasión nos centraremos en lo que hemos podido ver del Acto V, así como en sus novedades.

Os recordamos que la beta a la que hemos tenido acceso se encuentra en una fase de desarrollo muy temprana, por lo que muchas de las cosas que os comentaremos están todavía sujetas a cambios de cara a su lanzamiento final.

Lo primero que nos ha llamado la atención es que nos han dejado jugar la práctica totalidad de este quinto capítulo, a excepción de la batalla final, lo que nos ha permitido comprobar lo variado que resultará su desarrollo. A diferencia de los cuatro actos del juego principal, aquí recorreremos una gran cantidad de lugares distintos, por lo que no nos limitaremos a una única zona. Como no queremos arruinaros ninguna sorpresa, solo diremos que comenzaremos en Westmarch, una gran ciudad que está siendo asediada por las fuerzas de Malthael, quien está recolectando las almas de sus habitantes para un oscuro y desconocido fin.

La ambientación de esta zona es sencillamente magistral y supone un cambio importante respecto al colorido que mostraban los escenarios de la tercera entrega. Ahora se siente mucho más Diablo que antes, con unos colores más apagados y grises que le sientan de maravilla a la hora de recrear la desesperada situación a la que se está enfrentando la humanidad, con montañas de cadáveres amontonándose y convirtiéndose en segadores a las órdenes del Ángel de la Muerte.

También hay que mencionar que se trata de un acto mucho más largo que cualquiera de los anteriores y tardaremos entre seis y siete horas en completarlo (salvo cambios de última hora). Por otro lado, hemos notado también que se ha hecho un esfuerzo por hacer más interesante la historia, con una narrativa más cuidada y un guion que consigue enganchar bastante más que el de cualquier entrega de la saga (lo cual tampoco es decir demasiado). De hecho, la inclusión de los ángeles como villanos resulta muy interesante y le da un aire distinto a lo que estamos habituados a ver en la serie.

De todos modos, el conflicto entre el Cielo, la Tierra y el Infierno pasará a un segundo plano rápidamente en el momento en el que nos pongamos a matar monstruos, aunque eso no quita que agradezcamos el esfuerzo que se ha hecho por mejorar la narrativa, uno de los aspectos más flojos de la serie, lo que siempre ha sido una pena, ya que Santuario es un mundo muy rico y lleno de posibilidades.

Continuando con sus novedades jugables, algo que nos ha gustado mucho es comprobar que ahora no solo las mazmorras se generarán aleatoriamente, sino que también ocurrirá lo mismo con los exteriores. De esta forma se recupera la esencia de Diablo II y se consigue que cada partida sea distinta y esté llena de sorpresas, algo que se echaba mucho de menos. Además, se ha incluido una gran cantidad de eventos secundarios muy interesantes, por lo que tendremos que rejugar el acto múltiples veces si queremos verlos todos.

Pero donde sin lugar a dudas encontraremos una de las mejoras más importantes de esta expansión será en su nuevo sistema de botín junto con la eliminación de la casa de subastas en todas sus vertientes. Ahora los objetos que nos caigan tendrán una mayor probabilidad de ser útiles para nuestra clase de personaje, los enemigos no sueltan demasiada "basura" y las estadísticas que tienen suelen tener sentido. Así pues, si por ejemplo sois un cazador de demonios, casi todo lo que os salga dará destreza. Además, ahora son consecuentes con su rareza, por lo que será muy extraño ver objetos azules que sean mejores que los amarillos, o un amarillo que sea mejor que un legendario.

Esto acaba traduciéndose en una mayor sensación de avance y satisfacción, ya que el jugador vuelve verse recompensado por sus esfuerzos y no siente que está perdiendo su tiempo en una actividad inútil, lo que también consigue que vuelva esa "emoción" que solía inundarnos en Diablo II cuando veíamos a un enemigo soltar un objeto extremadamente raro.

Otra novedad muy interesante y que también está relacionada con los objetos es la inclusión de la Mística, una nueva artesana que nos permitirá cambiar el aspecto de nuestro equipo por si no nos gusta lo que llevamos puesto, aunque lo realmente importante de este personaje es que nos permitirá modificar las estadísticas de nuestros objetos mediante encantamientos. Su uso es muy sencillo: bastará con escoger una de las propiedades de un objeto y pagar una cantidad de oro determinada, así como ciertos materiales. Una vez hecho esto, esa estadística la perderá y ganará una nueva, la cual será aleatoria de entre una serie de posibilidades que podremos ver previamente. Eso sí, como en la versión final sea igual de caro que en la beta, preparaos para amasar grandes cantidades de oro antes de poder hacer uso de esta función.

En cuanto a las clases, se han retocado y ajustado las habilidades de cada una de las ya existentes para equilibrarlas un poco más y así dar salida a una mayor variedad de builds. De momento no podemos deciros si esto se ha conseguido o no, ya que Blizzard no para de hacer cambios, por lo que tendremos que esperar a su lanzamiento para esto. Eso sí, con el aumento de nivel máximo de 60 a 70 ahora tendremos nuevas habilidades y runas (algunas de ellas muy útiles, otras no tanto), aumentando así nuestras posibilidades para configurarnos el personaje a nuestro gusto.

Además, a las cinco clases de Diablo III ahora hay que sumarle el Cruzado, un nuevo tipo de personaje que por lo que hemos podido probar gustará a mucha gente, ya que combina perfectamente el combate cuerpo a cuerpo con ciertas habilidades sagradas perfectas para las medias distancias. El poder que gane recibiendo y repartiendo golpes lo acumula en su escudo, permitiéndole así desatar poderosos ataques, por lo que saber gestionar bien sus recursos será vital para dominarlo, ya que este se gasta rápidamente y nos dejará muy vendidos si nos dedicamos a usar técnicas a lo loco.

Otros cambios los encontraremos en su nuevo sistema de dificultades, ya que ahora hay cinco distintos y los desbloquearemos subiendo de nivel, eliminándose por el camino los clásicos Normal, Pesadilla, Infierno y Averno para dar paso a Normal, Difícil, Experto, Maestro y Tormento. Mientras más difícil sea, más oro, experiencia y recompensas conseguiremos. Además, solo podremos obtener ciertos diseños y recetas para nuestros artesanos en los niveles de dificultad más altos.

Por otro lado, para animar a la comunidad se ha incluido un nuevo sistema de clanes que nos permitirá crear el nuestro propio o buscar uno al que unirnos sin demasiada dificultad. La búsqueda está organizada por idiomas y podemos filtrarla para que nos sea más sencillo encontrar uno en el que nos sintamos cómodos, de forma que siempre podamos estar en contacto con un grupo de gente con la que matar monstruos, ya que si algo hace divertido a este juego es el hecho de poderlo jugar con amigos.

Gráficamente también ha recibido un buen lavado de cara. Además del oscurecimiento general que ha sufrido el título (algo también notable en los cuatro actos originales), ahora las texturas lucen mucho mejor, la iluminación está más conseguida y los efectos visuales son mucho más vistosos. Además, a nivel artístico es intachable, consiguiendo una ambientación realmente sobrecogedora. Tampoco podemos olvidarnos del diseño de los nuevos enemigos, los cuales están realmente conseguidos.

A nivel sonoro, podemos decir que Blizzard ha vuelto a superarse una vez más para regalarnos una banda sonora soberbia, con temas que si bien son de corte ambiental, nos resultaría imposible imaginarnos el juego sin ellos. Además, la música ahora tiene un poco más de protagonismo que antes, algo que se deja notar especialmente en ciertas zonas, donde gana mucha fuerza y lo inunda todo con coros y una genial orquestación. El doblaje solo hemos podido escuchar el inglés, el cual es sencillamente sobresaliente, tanto por las interpretaciones como por la elección de las voces.

En Blizzard lo tienen claro: Reaper of Souls tiene que convencer a todos los fans de la saga de forma unánime para recuperar la confianza que muchos han perdido en la saga, y de momento, por todo lo que hemos visto, no encontramos motivos para que no lo consiga. Es adictivo como él solo, invita a rejugarlo una y otra vez, y está repleto de novedades y cambios que perfeccionan y pulen la fórmula hasta niveles insospechados. Y todo esto hablando solo de una beta, la cual ya nos ha proporcionado muchas más horas de diversión que bastantes juegos completos, por lo que no podemos estar más impacientes por poner fin a las maquinaciones de Malthael en su versión final.

Redactor