A finales de mayo Bethesda anunció su nuevo juego, Battlecry, acción multijugador con batallas de hasta 32 jugadores apostando por el modelo de negocio free-to-play, en el que todas las compañías de manera más o menos decidida están probando suerte, por si suena la flauta. El primer proyecto de un nuevo equipo, BattleCry Studios, fundado en 2012 con el objetivo de "crear experiencias online divertidas y de calidad para un mundo conectado". Un estudio liderado por Rich Vogel, un veterano de la industria que ha trabajo en juegos como Ultima Online y Star Wars Galaxies.
Battlecry nos lleva a un mundo original creado por el artista Viktor Antonov (Half-Life 2, Dishonored), donde se ha prohibido la pólvora tras una catastrófica guerra mundial en los albores del siglo XX. La guerra tradicional es ahora una reliquia del pasado y todos los conflictos se zanjan cara a cara con equipos de élite cuyos guerreros se seleccionan en WarZones oficiales. Criados y entrenados para la batalla, pugnan entre sí por la gloria de sus naciones.
Sangrientos combates con espadas, arcos, ballestas y escudos que se diferencian de la gran mayoría de juegos de acción multijugador, centrados habitualmente en los disparos. Aquí nos tenemos que enfrentar la mayor parte del tiempo cuerpo a cuerpo, aunque algunos personajes tengan armas a distancia, y tendremos que ir obteniendo nuevas habilidades de combate para mejorar a nuestro guerrero, de momento a elegir entre cinco clases diferentes.
Archer, un arquero para luchar a larga distancia muy necesario para mantener a raya al enemigo y que no se acerque con facilidad, Brawler, un tipo con un brazo mecánico que lucha a puñetazos, muy fuerte en el cuerpo a cuerpo, Gadgeteer, un soldado que usa un rifle de potencia cinética y que sirve de soporte al resto de miembros del equipo, Enforcer, un poderoso soldado con una enorme espada y Duelist, un espadachín letal, muy rápido a corta distancia. Independientemente de a qué facción pertenezcan, los Royal Marines o los Cossacks, sus habilidades y armas son los mismos, y lo único que cambia es el aspecto de los personajes.
Contamos con un ataque básico, un botón para protegernos o usar el escudo si lo tenemos, podemos saltar, y cada personaje cuenta con tres habilidades, que una vez utilizas se recargan con el paso del tiempo. También tenemos una barra de adrenalina que se llena realizando golpes, y que cuando está completa nos permite entrar en un estado especial durante el cual somos mucho más fuertes. Y para movernos por los escenarios de manera rápida y ágil, hay unos anclajes a los que nos podemos enganchar apuntando y utilizando el botón de ataque, desplegando un gancho que nos traslada casi instantáneamente a esa posición.
Pudimos jugar un par de partidas con 16 jugadores –en la versión final serán batallas hasta para 32 jugadores-, y Battlecry nos sorprendió positivamente. Es muy divertido y frenético, accesible y fácil de aprender a jugar, y ya en la primera partida, sin tener demasiado claros los conceptos básicos, empezamos a hacer buenas puntuaciones y a pasárnoslo bien. Ganaba el equipo que conseguía 75 bajas enemigas, y las distintas clases están muy bien diferenciadas, con sus pros y sus contras que se contrarrestan perfectamente.
Por ejemplo hay un personaje que cuenta con una habilidad que le permite hacerse invisible, pero hay otro con la capacidad de detectar a todos los enemigos de los alrededores, incluso detrás de las paredes, y desvelando la posición de los que son invisibles. Hay una clase que cuenta con un enorme escudo, por lo que se defiende muy bien de los espadazos, pero en cambio es muy vulnerable a los ataques de los arqueros por la espalda, y si le das suficientes golpes al escudo, este se rompe.
Se nota que todos sus ingredientes están bien pensados y equilibrados, y aunque el modo de juego que probamos no se alejaba demasiado del de tantos otros juegos de acción multijugador, el hecho de combatir cuerpo a cuerpo con espadas en lugar de armas de fuego, hacen que se sienta como algo fresco y muy distinto a otras propuestas dentro del género. Además, su diseño artístico tiene mucha personalidad –recuerda y mucho a Dishonored-, con mucho colorido y una violencia disparatada, con cabezas y brazos volando por los aires con una facilidad pasmosa.
Podremos ir mejorando con los árboles de habilidades, habrá personalización de cascos, trajes, armas, etcétera, y queda por descubrir dónde estará la "trampa", cuál será la manera, como en todo free-to-play, de que sus creadores ganen dinero. De contar con un modelo de negocio justo y que no desequilibre las partidas, podemos estar ante un juego bastante interesante, ya que lo que hemos jugado nos ha parecido muy divertido, con personalidad y totalmente distinto a otros juegos de acción multijugador.
Un free-to-play diferente
Con salvajes combates con espadas y arcos hasta para 32 jugadores, Battlecry es un juego de acción con mucha personalidad, frenético, salvaje y accesible, que invita a jugar en equipo, teniendo que evitar en la medida de lo posible enfrentamientos en inferioridad numérica. Con rápidos desplazamientos por sus grandes escenarios que consiguen que no pasemos más de unos pocos segundos sin estar metidos de lleno en la acción, y con cinco clases de personajes muy bien diferenciadas, el nuevo juego de Bethesda merece al menos una oportunidad por parte de los amantes de la acción. Se lanzará en 2015 de manera gratuita, pero en los próximos meses habrá disponible una beta.