La gran estrategia, la que nos hace tomar las riendas de una civilización para alzarnos con la victoria tras varias épocas, puede resultar intimidante. Con la excepción de Civilization, es habitual que los otros títulos del género se diferencien del de Firaxis con más complejidad. No es el caso de Ara: History Untold. El juego de estrategia por turnos de Oxide Games (Ashes of the Singularity) que Xbox Game Studios publicará en PC el 24 de septiembre, incluido desde el primer día en Game Pass, hace varias cosas diferentes en sus mecánicas y su estructura, se explica perfectamente desde el principio para que cualquier novato aprenda paulatinamente sus sistemas, y a la vez parece ser muy profundo, por lo que pudimos ver con una primera partida de algo menos de una hora en Gamescom 2024 con una versión aún preliminar de un título que ha mutado mucho durante los dos años de pruebas limitadas con la comunidad.
Un tablero diferente
Los jugadores se encontrarán en su primera partida con un tutorial guiado que puede durar entre dos y tres horas, pero en nuestro caso, por falta de tiempo, fue uno de los responsables del título el que nos guió en nuestros primeros pasos. Lo primero, claro, es generar el mundo con un montón de opciones; influye hasta el eje del sol, que afecta a la vegetación y al tipo de terreno en distintos puntos de un mapa generado procedimentalmente que podemos guardar y compartirlo con otros jugadores.
El siguiente paso fue seleccionar a uno de los 13 líderes a interpretar, grandes personajes de la historia cada cuál con su personalidad, su estilo de juego, sus ventajas y desventajas, aunque cada cuál puede guiar a su civilización como quiera una vez comenzada la partida.
En ese mundo no tardamos en ver la primera diferencia con otros juegos similares. La mayoría de estos títulos están inspirados en los juegos de mesa y sus mundos se dividen en casillas, hexagonales o de cualquier otro tipo. Aquí no es exactamente así: el mapa se divide en zonas con límites orgánicos de distinto tipo: bosque, llanura, sabana, costa, etcétera. Ahí estaban los primeros habitantes de nuestra civilización, y con ellos, la posibilidad de dar nuestra primera orden, elegir la primera construcción de producción, en este caso, una granja, pero quizá si hubiésemos aparecido en la costa habría sido mejor opción algo relacionado con la pesca. La victoria en Ara: History Untold se obtiene por prestigio: numerosas estadísticas hacen crecer esa cifra entre ocho elementos (industria, gobierno, religión, economía, guerra y más). Pero lo fundamental es mantener la calidad de vida de nuestros ciudadanos, y en eso influyen muchos aspectos, aunque la mecánica se puede resumir en utilizar recursos naturales para generar bienes que satisfagan a la población.
Las partidas se estructuran en 12 eras divididas en tres actos: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna. Con el paso de un acto al siguiente, las civilizaciones con menos prestigio abandonan la partida, también en el multijugador en línea para hasta 36 jugadores que, por cómo funcionan los turnos en este título, nos gustaría que añadiera una función de multijugador asíncrono como la que tiene el fantástico Solium Infernum: en cada turno seleccionamos las actividades a realizar que se ponen en cola, y que se ejecutan simultáneamente cuando se pulsa el botón de pasar turno; esto también permite revisar las consecuencias de nuestras decisiones antes de ligarnos a ellas. Hay innovaciones tecnológicas y bienes que producir que solo se pueden obtener en una era, por lo que si se pasa a la siguiente sin conseguirlas, se pierden para siempre, lo que obligará a pensar bien cuándo evolucionar nuestra civilización; eso sí, los desarrolladores aclaran que siempre habrá otras nuevas tecnologías o bienes a producir que resultan similares a las que hemos elegido no aprender en anteriores épocas.
Explorando un mundo con muchas sorpresas
Volviendo a nuestra incipiente civilización, ahí también estaba nuestro primer explorador. El mundo de Ara está cubierto de niebla de guerra de manera realista: solo podemos ver lo que ven nuestros ciudadanos. Es decir, en un inicio veremos las zonas colindantes a aquella en la que empezamos, y si en una de ellas hay, por ejemplo, una cordillera, no podremos ver lo que hay al otro lado hasta que exploremos esa zona. Por lo tanto, en los primeros compases de la partida son fundamentales los exploradores, con los que vamos recorriendo el mundo. En cada turno pueden moverse o hacer una acción. Al explorar encontraremos, además de áreas que pueden resultar provechosas para expandirnos, con materiales, minerales (en nuestra partida encontramos un meteorito), vida salvaje (cazar para conseguir pieles es importante, pero hay que tener en cuenta la salud de los animales y la nuestra, y también que es un ecosistema vivo: si hay lobos y cebras en una zona, los primeros cazarán completamente a los segundos si no lo hacemos nosotros antes), y también otros pueblos y civilizaciones.
Dimos con un pequeño pueblo que estaba sufriendo una enfermedad que parecía ser contagiosa. La lideresa que elegimos para nuestra civilización permitía que esta tuviera buenos conocimientos científicos, así que decidimos ayudarlos a pesar del riesgo. Todo salió bien y el pueblo se unió a nuestra civilización. ¿Qué hubiera pasado si no les hubiéramos ayudado o si eligiéramos aislarlos? Más adelante, nuestro explorador dio con otra civilización, y teníamos varias maneras de proceder: desde declararles una guerra hasta pasar de ellos completamente, o bien intentar alcanzar una colaboración, para lo que necesitábamos ciertos bienes de producción de los que no disponíamos en esos momentos.
El sistema de producción es amplísimo y a la vez intuitivo. Es cierto que la interfaz está cargada de estadísticas y en ciertas pantallas puede resultar intimidatoria, pero la partida fluye gracias a un sistema de notificaciones que nos avisa cada vez que nuestros exploradores descubren algo, cuando desbloqueamos algo nuevo que producir, cuando se ha terminado alguna tarea, cuando surge algún evento aleatorio y mucho más. Se puede acelerar la producción para que dure menos turnos usando como divisa la riqueza, un recurso general que habrá que gestionar muy bien por sus múltiples usos.
Estrategia con grandes valores de producción
Sobre los mencionados eventos aleatorios, nos llamó la atención que el texto que nos explica lo sucedido estuviera doblado al inglés, y según la ficha de Steam del juego, también lo estarán en español. Es muestra de los valores de producción de un título de estrategia que, sin llegar a lucir tan impresionante como Civilization VII, sorprende por dibujar un mundo enorme y vivo. La vida salvaje se comporta de manera realista y es muy satisfactorio hacer zoom para ver a esos animales o para revisar a los habitantes de nuestra civilización, que pasan de ser un icono en el mapa a personas que viven sus vidas.
Habiendo jugado tan solo un puñado de turnos en la primera era del primer acto, no podemos dejar ninguna conclusión sobre Ara: History Untold. Pero sí tenemos claro que tras soltar el ratón y el teclado nos quedamos con ganas de seguir avanzando nuestra civilización, con curiosidad por ver cómo nuestra pequeña ciudad granjera que vive en casas de madera se transforma paulatinamente en un imperio de tecnología y metal, con ganas de trastear más el profundo sistema de producción, expectantes de ver nuevos eventos aleatorios, interesados por conocer a más líderes (más de 700 personajes históricos que nos ayudan de diferentes maneras), y por supuesto, deseosos de probar tanto el aspecto militar del juego como su amplio modo multijugador en línea. Por suerte, en apenas unas semanas, el 24 de septiembre, estaremos jugándolo en Steam o en PC Game Pass.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a una versión preliminar en Gamescom 2024.