Secuela de un gran juego
La política multiplataforma de Sega adoptada tras el fracaso de Dreamcast no iba a excluir a la nueva y flamante consola de Nintendo, GameCube. El estreno de la emblemática compañía de las cuatro letras azules en dicha consola no se hizo esperar, y junto a la salida de GameCube en todo el mundo apareció una de las primeras incursiones de Sega en el inhóspito panorama multiplataforma. La consigna: Super Monkey Ball. Convertido desde la placa Naomi, el juego consistía en ser un mono metido en una burbuja, la cual no paraba de rodar y avanzar, recogiendo plátanos e intentando no caernos del escenario. Que cosa tan fácil, ¿no? Pues no, ya que a medida que íbamos jugando nos íbamos dando cuenta de que no era ninguna tontería, y que algunos niveles podían llegar a ser casi imposibles de superar. Pero enganchaba. ¡Vaya si enganchaba! Esa es la mejor definición de Super Monkey Ball: es adictivo a más no poder. Y ahora nos llega una segunda parte, que como la primera, nos ofrece Amusement Vision, grupo de desarrollo interno de Sega liderado por Toshihiro Nagoshi que ya ha probado suerte en GameCube con títulos como Virtua Striker 3. Pero aún queda para tenerla –disfrutarla-... por desgracia.Mismo mecanismo de juego
Más o menos ya he explicado el gusanillo que tiene el juego, y sin exagerar ni una pizca en todo lo dicho. Nunca ir en una burbuja siendo un mono fue tan divertido, aunque la verdad, ¿alguien lo había experimentado ya? La dificultad estaba en mantenerse sobre la plataforma, la cual en algunas ocasiones llegaba a ser increíblemente estrecha, y muy difícil de atravesar si no éramos muy habilidosos con el pad. En Super Monkey Ball 2, desde luego todo este sistema de juego no va a cambiar ni un pelo. Seguiremos controlando y moviendo a nuestro antojo el escenario en vez del personaje en sí, y sobretodo seguirán existiendo todas esas dichosas y estrechas plataformas para complicarnos la vida, pero –como toda buena secuela- ahora con un aspecto gráfico mejorado, que era lo que quizás más se echaba en falta en su primera parte. En esta ocasión, tendremos 150 niveles en el modo normal, con el habitual espectáculo de luces y colorido, y a cada cual más complicado, que requerirán ser un experto para ser completados.¿Historia?
No. La única historia de Super Monkey Ball 2 es la que vosotros mismos escribáis con vuestras experiencias. Igual que en su predecesor, de hecho. El juego es simplemente una sucesión de niveles a completar, que no están ligados por ningún hilo argumental… ni falta que hace. Los minijuegos, que se alternan con los niveles normales, tampoco tienen ninguna historia, por lo que los que busquen un apasionante argumento o aunque sea uno de puro trámite en Super Monkey Ball, no lo encontrarán. Ni falta que hace.La clave de Super Monkey Ball reside en esas dos pautas.