Puede que la tan llevada y traída "magia" de Nintendo no exista. Que esa premisa bajo la cual se escudan todos los seguidores de la centenaria compañía no sea más que un farol, y que eso de "si no eres fan de Nintendo no puedes entender lo que es la magia" no tenga validez alguna a la hora de esgrimir los argumentos por los cuales "Nintendo está por encima del bien y del mal". Y es que este recurso ha sido utilizado miles de veces para definir ese "algo" especial que Nintendo imprime a todos y cada uno de sus juegos y que, al fin y al cabo, la diferencian de sus principales competidores, y hace sentir a los más acérrimos seguidores de la Gran N algo especial que no pueden, o quieren, sentir con ninguna otra compañía. De acuerdo, no existe la magia, pero y qué. Todos los que hemos probado algún juego ‘Made in Nintendo’ alguna vez sabremos que, más allá del simple calificativo con el que denominar a ese "algo", todos gozan de un punto que los distancia de los demás.
Podemos llamarlo frescura, originalidad, innovación, o magia si se quiere, pero está allí, y es la razón por la que Nintendo se considera a sí misma una compañía aislada de las demás, al margen de lo que hagan sus rivales u otras compañías.
Seguramente la magia sea algo tan subjetivo que cada persona tenga su propia opinión sobre ella, pero –al menos a nivel personal- las sensaciones al jugar a juegos como los Zelda o Mario 64 son algo que en muy pocas ocasiones se pueden sentir con otros juegos.
Y, aunque en menor medida, ese ‘made in Nintendo’ se nota también en otros juegos que, si bien no presentan aventuras épicas o revolucionarias, exploran terrenos que otras compañías ni habían imaginado abordar. ¿O es que alguien había pensado en un juego de alocados karts antes de Super Mario Kart? ¿O de tenis de cachondeo antes de Mario Tennis? Y lo mejor de todo es que, por alguna razón u otra, esa idea tan simple a priori se convierte en uno de los juegos más adictivos de la consola, gracias a la jugabilidad rápida y directa a la que Nintendo nos tiene acostumbrados.
Bajo esa idea nació en 1999, y de la mano de Camelot, Mario Golf 64, un intento de acercamiento al golf destinado a cualquier usuario con ganas de pasarlo bien. La consola elegida para ello, la amada y odiada a partes iguales Nintendo 64, y el recibimiento por parte de la crítica, inmejorable. Aquel juego de golf sorprendió a propios y extraños, y Nintendo nos demostró que con buen hacer se puede convertir un deporte lento y (para qué negarlo) aburrido a priori en un juego variado, jugable y, por encima de todo, divertido. Pues bien, Toadstool Tour promete las actualizaciones técnicas de rigor además de aportar novedades jugables y nuevos jugadores. ¿Valdrá la pena? Vayamos a verlo.
La idea original de Toadstool Tour será igual a como lo fue en su día en Mario Golf 64: permitir tanto a jugadores novatos como expertos disfrutar del golf con la mayoría de personajes míticos de Nintendo y dando prioridad como siempre al factor arcade del juego. Esta vez, una de las principales novedades será que se incluirán pistas basadas en lugares de los juegos de Nintendo, como podrían ser Mushroom Kingdom, y que por si fuera poco añadirán enemigos que estarán repartidos por todo el campo, haciéndonos la vida más imposible si cabe.
En principio, las novedades serán en el apartado jugable, con nuevos modos de juego que aportarán diversión y profundidad a partes iguales, además de un sistema nuevo de golpes y algunas novedades más. Esto ampliará la experiencia de juego, llevándola paralelamente a terrenos más "de simulador" pero a su vez más arcade, puesto que las novedades son en ambos frentes. En el aspecto exigente, que concierne a la jugabilidad y al control de los jugadores, se añadirán nuevos golpes, que podremos efectuar mediante la combinación de los botones A y B en el momento indicado. Esto da un nuevo abanico de posibilidades mucho más allá de los golpes preconcebidos, que, unidos a las opciones ya disponibles de control del lanzamiento, acercarán un poco más la experiencia de Mario Golf a la que ofrecen otros juegos como por ejemplo Tiger Woods, aunque lógicamente sin llegar a los extremos de simulación total, ni mucho menos. Por lo que respecta a la parte arcade, estará representada esta vez por el control sencillo e intuitivo, además de por los nuevos escenarios, que pese a no estar disponibles desde un primer momento (los tendremos que desbloquear mediante el modo Torneo), serán del agrado de todos, especialmente de los más fieles a Nintendo. Éstos incluirán todo tipo de obstáculos o atajos, que utilizaremos según nos convenga, como las tuberías verdes de toda la vida o las plantas carnívoras, que deberemos evitar. Además, sus emplazamientos serán de lo más reconocible, como por ejemplo la selva de Donkey Kong o el ‘mushroom kingdom’.
En cuanto a los modos de juego, sorprenderá especialmente el cuantioso número de mini-juegos que el juego propondrá, siendo todos ellos de muy diverso tipo y francamente divertidos. El modo de juego principal volverá a ser el Torneo, que esta vez nos servirá para desbloquear nuevos escenarios, como por ejemplo los especiales, y que a su vez servirá de improvisado tutorial para todos los jugadores que se adentren por primera vez en la mecánica del juego; mecánica que, salvo los nuevos botones y la novedad del uso de A y B para los golpes especiales se mantendrá intacta con respecto a la del juego original. Y como no podía ser de otra forma, también encontraremos el apasionante modo multijugador, que promete hacernos pasar horas y horas delante de nuestro televisor junto a tres (o más) amigos.
Por su parte, el aspecto gráfico lucirá a la altura de la nueva generación, pero como siempre conservando la esencia de Nintendo que ha hecho famosa ésta y todas las sagas de la gran N, por la que volveremos a encontrarnos unos escenarios tremendamente coloridos, los personajes de toda la vida de Nintendo perfectamente modelados y animados, y muchos elementos que nos recordarán una vez que estamos dentro de la esfera Nintendo. Destacarán especialmente la ya famosa agua, recreada magníficamente, además de los efectos de transparencias y, sobre todo, las animaciones de los personajes, que serán únicas para todos y cada uno de ellos y que sacarán a la luz las facetas del personaje en cuestión. Parece ser que, pese a que las primeras demos no auguraban nada bueno, finalmente los chicos de Camelot han cumplido y Toadstool Tour tendrá el aspecto gráfico que un juego de estas características merece.
En conclusión, esta nueva entrega ofrecerá sustanciales novedades más allá de las prometidas en el apartado técnico. Con el nuevo sistema de golpes se profundizará en la jugabilidad, lo cual sin duda agradará a los fans del deporte, y por otro lado la inclusión de las pistas fantásticas con obstáculos de toda índole harán las delicias de los que busquen una experiencia más arcade y divertida. Toadstool Tour será, por tanto, un juego para todo tipo de jugadores. En Japón y EE.UU. ya disfrutan de él, y en Europa ya nos queda menos para disfrutarlo. Será en el mes de Noviembre, cuando el juego aterrizará en el viejo continente dispuesto a arrasar, por lo que de momento nos toca esperar. Que remedio…