Si le preguntas a un aficionado a la saga Zelda cuál es su entrega favorita, la que le marcó, lo más probable es que dos títulos acaparen la inmensa mayoría de las respuestas. Uno es el clásico de Super Nintendo The Legend of Zelda: A link to the past, culminación de las entregas 2D, y el otro The Legend of Zelda: Ocarina of Time, el debut de la serie en 3D. No es que no haya habido pocas oportunidades para jugarlo, pues el título se reeditó en discos promocionales para GameCube, y lleva unos años disponible también como descarga digital en Wii a través del sistema de la Consola Virtual.
Muchos usuarios, sin embargo, llevaban tiempo pidiendo un remake. De ellos, estamos seguros de que buena parte querían gráficos espectaculares, pero al final se han encontrado con un título centrado en dar el paso a las 3D y mejorar sustancialmente, aunque no parece que con grandes sorpresas, el original.
Será en junio cuando The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D estrene la serie en la nueva portátil de Nintendo, un título que quizás le hace falta a la consola, pues en su estreno se ha percibido por parte del público que faltaba algo más carismático firmado por la propia Nintendo. Pero no nos llevemos a engaño: quizás un vistazo superficial hace que parezca que el juego no tiene un gran trabajo gráfico, pero ahora veremos que en realidad promete mucho.
Acostumbrados al poderío gráfico de GameCube y Wii lo cierto es que los gráficos de este Zelda en 3D no sorprenden en fotos, pero la comparación con el original deja patente que en realidad se ha trabajo mucho y todo lo que vemos en pantalla ha sido rediseñado: nuevos modelados, texturas, entornos… pero respetando el diseño de los niveles, por supuesto. Quizás si el juego hubiese sido construido desde cero se hubiese aprovechado más el potencial en combinación con el trabajo artístico, pero lo cierto es que es un título que en movimiento no defrauda nada, y esperamos que la versión final confirme las buenas impresiones que transmite el título.
Algunos ejemplos del cuidado puesto en el título los podemos encontrar en algo tan simple como el rediseño de algunos enemigos que en el original eran "muy bloque" por la limitada poligonización de las máquinas de entonces. Estamos pensando en las skulltulas, sin ir más lejos, aunque el resto de criaturas también dejan muy buena sensaciones.
Los entornos se han visto beneficiados por mejoras en la misma línea, y aunque tendremos que esperar a ver todo el entorno del juego para confirmar que no hay zonas que hayan resultado descuidadas, lo cierto es que la producción parece que va conseguir mejorar el resultado en pantalla al tiempo que se percibe heredero absoluto del clásico.
Esto, por ejemplo, tendrá como consecuencia que algunos diseños de personajes son sencillos, muy icónicos, pero parece más una decisión estética que una limitación técnica. Habrá que ver cómo se percibe esto en el conjunto global, de la misma manera que en la ciudadela se mantienen ángulos fijos de cámara, lo que también parece que responde a una decisión estricta de respeto para con el original.
Los usuarios se encontrarán en esta revisión con imagen 3D con un esquema de control que, gracias a los botones de la portátil, no se diferencia sustancialmente del original. La distribución de las funciones es diferente, claro, pero la presencia de suficientes botones en la consola estamos seguros de que ayuda a hacer la transición más fácil, dando el control sobre Link al pad circular de la consola, es decir, con respuesta analógica completa, como en el mando de Nintendo 64.
La principal novedad en este campo reside en que la consola emplea también su sistema de detección de movimiento a la hora de pasar a la vista en primera persona, que se emplea con múltiples armas. Como bien recordarán los veteranos: el tirachinas, el gancho y el arco. Cuando estemos en esa vista podremos escoger entre usar el control tradicional mediante el pad circular, o bien moviendo la consola.
Es una opción inteligente, ya que hay que gente que tiene, por las razones que sea, más facilidad para perder la percepción del efecto 3D y quizás no se adapte bien a tener que mover la consola (y, previsiblemente, también su cabeza) para que el sistema funcione a la perfección, y prefiera optar por control más tradicional. O quien prefiera desactivar el 3D y usar la detección de movimientos, claro.
Hay que tener en cuenta que los giroscopios de esta consola resultan precisos y eficientes, por lo que el control de movimiento en primera persona puede resultar una experiencia muy satisfactoria para apuntar, por lo que habrá que jugarlo a fondo usando ambas posibilidades para descubrir bien cuáles son sus principales virtudes y defectos, aunque intuimos que al final será una cuestión básica de preferencias personales, a menos de que descubramos algún fallo fundamental en alguno de estos esquemas de control, lo que no parece probable.
Debemos comentar también que el juego emplea la pantalla inferior, táctil, para colocar el mapa y casi todos los iconos (cantidad de flechas, objetos asociados a los botones, etc.), de manera que la pantalla de juego se despeja casi por completo, salvo por los iconos absolutamente esenciales para ser vistos en la zona de juego.
No es que se invente nada, pues muchos juegos han mantenido esta estrategia con mayor o menor acierto desde el lanzamiento de la veterana Nintendo DS, pero si tenemos en cuenta que no siempre se ha acertado, la distribución de funciones y botones táctiles parece correcta, y permite equipar y desequipar objetos con cierta celeridad, lo que esperamos que ayude a solventar lo que en el original era algo en ocasiones tedioso (como las botas). Se puede hacer desde el menú de pausa, pero las nuevas opciones darán dinamismo a quien lo necesite.
No podemos terminar esta aproximación al regreso del clásico sin tener en cuenta un factor importante: con esta entrega se resolverá una antigua injusticia, que nunca tendría que haber sucedido. Este The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D llegará en castellano. Tenemos pendiente evaluar la traducción, y ver si se trata de la que se preparó para el juego original (con las lógicas modificaciones para ajustarse a la interfaz, y demás), o si el texto se ha revisado a fondo. Del mismo modo, entre los extras que podemos esperar está la inclusión de Master Quest, que cuenta con modificaciones en las mazmorras y algunos puzle generales para aumentar la dificultad del juego, y que ya pudimos disfrutar en GameCube.
Nuestra cita con el clásico será el 17 de junio, así que en cuestión de unas pocas semanas esta leyenda renacerá, y esperamos que se confirmen todas las buenas sensaciones que transmite su paso a la tercera dimensión.