Hace un par de semanas tuvimos la oportunidad de jugar los seis primeros mundos del debut de Super Mario en Nintendo 3DS. Os explicamos esa sensación que transmite de ser un Mario en dos dimensiones cogiendo elementos de los Mario Galaxy, en fases muy cortas y rápidas, y por supuesto terriblemente divertidas. También como punto negativo, os hablamos de su baja dificultad, ya que nos plantamos en el mundo siete con más de 80 vidas y sin problemas para conseguir las tres monedas estrella de cada nivel, lo que nos decepcionó un poco.
Ahora hemos podido jugar los dos mundos que nos quedaron por superar, el siete y el ocho, y hemos jugado las fases especiales, que por suerte doblan la duración y la dificultad. Hemos visto los extras y desbloqueables que aparecen al superar el juego, y una nueva opción que no estaba disponible en la anterior versión, poder seleccionar si queremos que el efecto 3D sea hacia fuera o hacia adentro de la pantalla. Esto es complicado de explicar y de entender sin verlo con vuestros propios ojos en directo, pero básicamente consiste en que en cualquier momento, pulsando la cruceta digital arriba o abajo, cambiamos el efecto 3D, para que la sensación de profundidad sea hacia adentro, o bien o como si saliera de la pantalla, que es el uso habitual que se le suele dar. No nos ha parecido mejor uno u otro, es solo una cuestión de gustos, y esto junto con que el juego tiene el mejor uso del 3D de la consola, hacen a este Mario la mejor demostración técnica de lo que es capaz el hardware de la nueva portátil de Nintendo.
Volviendo al juego en sí, evidentemente los mundos siete y ocho son bastante más complicados que el resto del juego, pero no mucho más. Quizás alguna de las últimas fases del mundo ocho, y en caso de que queramos hacernos con las tres monedas estrella, la cosa se complica. Sin querer destripar nada y no pudiéndoos explicar el motivo, destacar el último jefe del juego, muy bueno, haciendo un desbordante uso del efecto 3D. Una vez superemos esta última fase, comenzarán las sorpresas.
La estructura inicial es ocho mundos con seis niveles cada uno, menos el último que cuenta con ocho fases. Una vez superado todo esto, desbloqueamos los mundos y fases especiales, que son el mismo número, doblando la duración. A estos niveles especiales se accede por una tubería desde el mapa de los mundos normales, y para que lo entendáis rápidamente, son una versión alocada y más complicada de las fases estándar. Se podría decir que duplican en dificultad a las fases normales, pero lo cierto es que en muchos casos hasta las triplican, sobre todo en caso de intentar hacernos con todas las monedas estrella.
Que sean más difíciles no quiere decir que se pongan a la altura de los niveles más complicados de los dos Super Mario Galaxy, ni mucho menos, pero sí que suponen un reto a la altura de cualquier jugón y aficionado a los plataformas. Por así decirlo, pasarse los ocho primeros mundos es un paseo que a un aficionado de Mario no le supondrá ningún problema, en fases muy cortas de apenas dos o tres minutos, bastante apropiadas para una portátil. Pero luego el "reverso tenebroso" de estas sí que nos pondrá en dificultades, y empezaremos a perder muchas vidas. La expresión que acabamos de usar no es casual, ya los mundos especiales son como si hubiéramos accedido a un universo distinto de Super Mario, más extraño y loco.
Los Toad tienen un aspecto distinto, los enemigos son más numerosos y duros, y aparecen nuevos ítems o se modifican alguno de los existentes. Por ejemplo al golpear algunos bloques aparece una nueva seta venenosa, que nos hace encoger de tamaño, y que muchas veces aparece con muy mala leche, en plataformas y lugares desde donde no se cae y la tenemos que estar esquivando, o un nuevo traje Tanuki. Este se diferencia del normal, con el que podemos planear y golpear con la cola, en que si pulsamos en mitad de un salto el botón de agacharse nos convertimos en una estatua de piedra. Esto nos hace invulnerables a cualquier enemigo o proyectil, como los misiles, y es especialmente útil en estos mundos especiales mucho más hostiles.
Estos nuevos niveles pueden ser tradicionales, simplemente superarlos, o contrarreloj y otros agravantes. Hay unos especialmente complicados en los que apenas tenemos tiempo, y tenemos que ir recogiendo relojes que nos dan unos segundos extra, ya sea encontrándolos por el escenario o al matar enemigos, en fases medidas al milímetro y en las que no nos podemos detener ni un segundo. Luego hay otras en las que nos "acompaña" y molesta todo el rato el Mario oscuro, esa encarnación maligna que vimos por primera vez en Super Mario Sunshine de GameCube, y que nos hace la vida imposible a lo largo de toda la fase, complicando mucho las cosas.
Pero aquí no acaban las sorpresas, ya que cuando completamos el juego desbloqueamos a Luigi. A partir de este momento podemos jugar cualquier nivel con él o con Mario, y como bien sabéis el control del espigado hermano es ligeramente distinto, con saltos más altos y largos. Esto a lo mejor nos puede venir bien para superar alguna de las pantallas más complicadas, o recoger alguna moneda estrella que se nos resiste. Por último comentar que las funciones StreetPass no las hemos podido probar, pero por lo que nos han contado, cuando nos crucemos con otra persona que posea el juego, aparecen ítems en las casas de los Toad que hay en cada mundo, que podremos recoger y luego usar en los niveles.
Lo próximo que leeréis aquí en Vandal sobre el juego será su análisis, pero queremos jugarlo desde el principio, del tirón, para poder hacernos una opinión definitiva sobre él, ya que nos ha generado sensaciones encontradas. Por un lado el control es genial, los gráficos son lo mejor que hemos visto hasta ahora en Nintendo 3DS, el efecto 3D por momentos es alucinante, y la corta duración de las fases, aunque algunos lo criticarán, a nosotros nos parece apropiado para una portátil. Pero es en su identidad y personalidad, donde nos genera algunas dudas.
Como han dicho sus creadores, inspirado en Super Mario Bros 3, con elementos también de los últimos Mario tridimensionales, a nosotros por momentos nos parece que se queda a medio camino entre los dos estilos de juego, y dejando una ligera sensación de hecho con prisas para llegar a estas Navidades y poder surtir a Nintendo 3DS de un título de la popular saga. Es divertido claro, su jugabilidad es igual de sólida que siempre, tiene homenajes a la saga y todos los elementos que hacen grande a un Mario, pero le notamos falta de carácter, de personalidad propia, una indefinición sobre qué es, e incluso cierta falta de inspiración en el diseño de algunos niveles.
No queremos alarmaros, por supuesto es un sobresaliente plataformas, y en cuanto salga uno de los mejores juegos de Nintendo 3DS, y posiblemente el mejor, si exceptuamos la revisión de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, pero es a la hora de compararlo con otras entregas de la saga donde tenemos dudas. Tras las dos obras maestras que son los Super Mario Galaxy de Wii, puede que tengamos el listón demasiado alto, y debamos mirar este nuevo Mario desde otro punto de vista. Será ya con la versión definitiva y jugándolo entero de principio a fin, cuando salgamos de dudas.
En definitiva, más largo de lo que aparentaba en las anteriores impresiones, más difícil gracias a esta segunda vuelta con los mundos especiales, podéis estar tranquilos ya que parece ofrecerá suficientes horas de diversión. Con su lanzamiento a la vuelta de la esquina, el 18 de noviembre, todos los poseedores de Nintendo 3DS podrán saciar sus ansias de Mario con esta nueva entrega, y comprobar hasta qué punto es un Mario notable, sobresaliente o excepcional. En pocos días podréis conocer nuestro veredicto final, de uno de los primeros grandes motivos de compra de la nueva portátil de Nintendo.