Análisis Crysis Remastered, una remasterización con muchos problemas (Xbox One, PS4, PC)
Crysis es tan videojuego como meme. La obra desarrollada por Crytek y publicada por Electronic Arts en 2007 fue durante años el benchmark, el programa que había que probar en tu ordenador de 2000 euros para comprobar si daba la talla. La frase ‘Can it run Crysis?’ se leía una y otra vez en los foros y las redes sociales tras cada nuevo lanzamiento de hardware. La versión que se publicó en la pasada generación de consolas no le hacía justicia al portento técnico que era en PC. Ahora, más de una década después, llega este Crysis Remastered a las consolas de la actual generación y a PC. Que la adaptación la realice Saber Interactive, quienes fueron capaces de meter The Witcher 3: Wild Hunt en Nintendo Switch, daba esperanzas. Pero tras completarlo en Xbox One X (podéis leer también nuestro análisis de la versión de Switch) no nos queda otra que seguir recomendando la versión de ordenador por encima de cualquier otra.
Un shooter que no ha envejecido bien
Pero antes de entrar en lo técnico vamos a hablar del juego en sí. Lamentablemente, Crysis no ha envejecido bien. La trama del juego nos pone en la piel de Nomad, un agente de la CIA que, al igual que sus compañeros de escuadra, tiene un traje futurista que lo convierte en poco menos que un superhéroe. Su equipo aterriza en una isla de Corea donde han descubierto una supuesta fuente de energía valiosísima en una excavación. La primera parte de la historia nos lleva por un mundo semiabierto, una selva que recorrer a pie, en todoterreno, en lancha y con otros vehículos mientras acabamos con todos los coreanos que se mueven. La segunda parte, de la que no queremos contar demasiado más allá de que pasa del militarismo a la ciencia ficción, es mucho más lineal, con menos opciones jugables y por tanto menos interesante.
Los diálogos y el tono militarista de la historia, que en 2007 podrían parecer un más de lo mismo que ni sorprendía ni molestaba, en 2020 es casi jocoso por las situaciones, por las frases que sueltan algunos personajes sin venir a cuento y por un doblaje que ya no da la talla. Pero donde más ha envejecido es en lo importante, el gameplay. La sensación que dan las armas al disparar no es satisfactoria y ni mucho se puede comparar a grandes del género como Doom, Call of Duty y Destiny; y más problemático aún: al jugar con mando hay un autoapuntado que parece que a veces funciona y otras no. En ocasiones hemos apuntado con la mira y automáticamente estaba puesta en la cabeza de un enemigo, y otras veces al apuntar mientras el enemigo se movía la mira se quedaba como pegada, impidiendo seguir al adversario rápidamente.
La inteligencia artificial de los enemigos tampoco ayuda a suavizar la experiencia: a veces los tienes a un metro de ti, mientras te miran, y no te disparan. Otras, un francotirador que está a medio kilómetro dispara sin fallar un solo tiro mientras te mueves a toda velocidad. Todo esto no quita que jugar a Crysis sea divertido (al menos en la primera mitad de una campaña que puede completarse sin dificultad en unas ocho o nueve horas) gracias al traje de Nomad. Sigue siendo muy satisfactorio administrar la energía para ponerte invisible para ponerte detrás de los enemigos, desactivar la invisibilidad y acabar con todos los adversarios de la zona para volverte invisible. O ponerte el modo armadura para convertirte en algo similar a un tanque. O la fuerza máxima, que te permite recoger elementos del escenario y lanzarlos acabando con casi todo lo que se mueva a la vez que te deja saltar varios metros en el aire (algo muy útil también para la exploración y las emboscadas). Aquí, por cierto, se ha eliminado la rueda de poderes del juego de PC: de forma predeterminada se está en modo fuerza y los demás se activan con pulsaciones de botones.
El sistema de físicas del juego sigue siendo interesante por las posibilidades jugables que plantea. Un golpe en una viga o un disparo de lanzacohetes en una casa puede hacer que toda la estructura se venga abajo, acabando con los enemigos que había en ella. Y la parte de mundo abierto (separado en distintas fases y con frecuentes puntos de control; por cierto, aquí se ha perdido la posibilidad de tener varios archivos de guardado) sigue sorprendiendo: las palmeras caen ante nuestros disparos y hay muchos caminos para afrontar los grupos de enemigos.
Energía agotada
Pero muchos no vendrán a Crysis para encontrarse con el shooter estupendo que nunca fue, sino con la experiencia visual, el alarde técnico que pocos pudieron disfrutar. Y eso, al menos en la versión de Xbox One X que hemos jugado, está solo en parte y con problemas serios. Es cierto que hay paisajes espectaculares cuando la luz del sol baña las playas y se cuela entre las hojas de las palmeras, sobre todo si tenemos activado el HDR. Hay grandes batallas donde los efectos de las explosiones y las balas silbando a nuestro alrededor crean una sensación que impresiona. Pero los modelados han envejecido, las caras de los personajes están anticuadas, hay texturas que son de otra generación y la parte de ciencia ficción del final no luce bien.
Aun así, los problemas son otros. Primero, de rendimiento. El juego tiene bajadas de framerate constantes y en muchas ocasiones afectan a la jugabilidad; el enfrentamiento final, por ejemplo, era poco menos que injugable. En segundo lugar está el problema del ray tracing. Crytek ha prometido una actualización para la versión de Xbox One X que en el momento de escribir estas líneas no está disponible. Esta remasterización tiene la ambición de llevar una tecnología de ray tracing desarrollada por el estudio alemán a las consolas intergeneracionales. En la máquina de Microsoft esa opción está directamente rota. Al activarla la imagen de la pantalla se deforma. Aparecen bloques que se van moviendo cuando giras la cámara y los modelados aparecen duplicados. Es complicado de explicar, pero en resumidas cuentas, no se puede jugar con el ray tracing activado. Además, el título tiene dos modos: calidad y "desempeño". Por algún motivo, en el modo calidad a 4K se juega de manera más fluida que en el modo que supuestamente prioriza el rendimiento.
El desastre técnico no es solo visual, sino también sonoro. A veces las explosiones que ocurren a nuestro alrededor no se oyen, los disparos de las balas se suelen desincronizar de la imagen y en ocasiones desaparecen los efectos ambientales; la música, que nunca fue una banda sonora precisamente mítica, tiene cortes extraños que a veces se explican por haber pasado por un punto de control, pero que otras veces ocurren porque sí.
Conclusión
Crysis Remastered prometía traer una versión mejorada de la innovación técnica que fue el Crysis de 2007 a las consolas de la actual generación, con incorporaciones como la resolución 4K, el HDR y un inédito ray tracing en las consolas intergeneracionales (Xbox One X y PS4 Pro). Sin embargo, es precisamente en lo técnico donde este juego es poco menos que un desastre, con un framerate bajo e inestable que afecta a la jugabilidad, con un modo rendimiento que funciona peor que el modo calidad y con un ray tracing que está directamente roto en Xbox One X hasta que Crytek publique un parche para arreglarlo; además, hay detalles en los que la versión original de PC se ve mejor que esta. Quienes quieran disfrutar de un shooter en un mundo semiabierto que aún hoy es interesante por las posibilidades jugables que permiten el traje del protagonista y por los distintos modos de afrontar los combates (al menos en la primera mitad de la campaña), tienen en esta remasterización un juego destacable, pero quienes quieran disfrutar aquí de un equivalente al poderío técnico que se mostró hace más de una década, lamentablemente no lo van a encontrar.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código proporcionado por Ziran.