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Género/s: Acción / Musou
Switch2:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Koei Tecmo
Producción: Nintendo
Precio: 69,99 €
Formato: Físico y digital
Textos: Español
ANÁLISIS

Análisis Hyrule Warriors La era del destierro: Si temías no conocer la historia oculta de Zelda, te vas a sorprender (Switch 2)

Hyrule Warriors: La era del destierro cuenta con detalle lo que ocurrió con Zelda en el pasado con un musou evolucionado y de elevada calidad.
Análisis de versión Switch 2.

Uno de los grandes problemas de Hyrule Warriors: La era del cataclismo era que su historia se situaba en una realidad alternativa. La trama era interesante, pero quedaba lejos de lo que muchos usuarios esperaban. Con Hyrule Warriors: La era del destierro, en Nintendo han tomado nota y lo primero que tenemos que confirmaros es que esta vez la trama es completamente canon, es decir, que explica los sucesos que se nos presentaron en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom.

Ese es ya uno de los grandes triunfos de esta entrega, y solamente por eso merece la pena jugarlo, especialmente si eres un fan de la saga Zelda. Aquí se explica todo lo que ocurrió con Zelda tras viajar al pasado, conocer a Rauru y Sonnia (los primeros reyes de Hyrule) y enfrentarse al temible Ganondorf.

Nos ha impactado el cuidado tratamiento narrativo que se realiza, con minutos y minutos de cinemáticas que parece que nunca acaban. Sin duda, es uno de los trabajos narrativos más elaborados que hemos visto en la franquicia.

El juego profundiza en lo que ocurrió con Zelda en el pasado, con un tratamiento narrativo destacado.

Uno de los mejores musou que hemos jugado

Hyrule Warriors: La era del destierro, además de su excelente tratamiento narrativo, es un musou evolucionado y que aporta novedades muy interesantes en el terreno jugable. Sin ir más lejos, nos parece uno de los mejores videojuegos dentro de este estilo, con más variedad de la que estamos acostumbrados a ver, un sistema de combate francamente divertido y un acabado técnico muy sólido que saca un buen rendimiento al poder de Nintendo Switch 2.

Es el primer videojuego de la recién fundada AAA Games Studio bajo el abrigo de Koei Tecmo y la dirección de Yosuke Hayashi, un creativo de larga trayectoria que ha trabajado en sagas como Ninja Gaiden y Dead or Alive. Desde luego, hemos notado un salto considerable con esta entrega, que es claramente un "más y mejor" con respecto a Hyrule Warriors: La era del cataclismo. Lo decimos por todas las evoluciones experimentadas en lo técnico y gráfico, pero también en las mecánicas jugables, que adquieren una mayor profundidad.

Los combos son sencillos de ejecutar, pero hay bastante variedad de movimientos, más que en otros musou.

La base jugable sigue intacta, con la alternancia de ataques normales y fuertes para ejecutar una alta variedad de combos. Sigue siendo importante romper las defensas de los enemigos más fuertes y rematarles, pero ahora hemos notado que la acción es más intensa y vertiginosa. Todas las acciones de combate se ven claramente favorecidas por la mayor suavidad obtenida en Switch 2. Las esquivas son más satisfactorias y hay personajes que pueden hacer parries de lo más gratificantes. Es una absoluta gozada enfrentarse a hordas de monstruos, ahora con más herramientas combativas que nunca.

Vuelven los fulminantes ataques especiales que se recargan tras ejecutar unos cuantos golpes, pero también se introducen una serie de acciones exclusivas que se pueden usar con más frecuencia. Cada personaje puede personalizarse con el equipamiento de varias de estas acciones (que se activan con el gatillo derecho y un botón asignable). Las hay de varios tipos y lo interesante es que ayudan a repeler embestidas de los jefes y subjefes. Cuando brillan en rojo y nos avisan de un ataque peligroso, podemos ralentizar el tiempo unos segundos y pensar qué acción exclusiva utilizar para detener el impacto.

Tenemos un repertorio de acciones personalizable para atacar y contraatacar, los cuales resultan importantísimos.

Puede parecer una novedad menor, pero os aseguramos que es algo que funciona muy bien y tiene un grandísimo impacto en la satisfacción jugable. Hay acciones especiales que paran a los enemigos que cargan contra nosotros y otros que derriban a los que nos atacan desde el aire, que pueden romper escudos o que incluso repelen proyectiles. Hay mucha táctica en el uso de estas acciones, y el mayor o menor acierto al aprovecharlas puede marcar la diferencia entre una buena y una mala partida.

Luego se ha puesto un fuerte énfasis en la colaboración entre personajes. Estamos ante un juego en el que es más frecuente ver a varios aliados compartir misiones, y esto se traduce en un amplio abanico de acciones combinadas. Por ejemplo, tenemos los sincroataques. Una vez tengamos el medidor lleno, podemos activar un ataque sincronizado que cambia dependiendo de los compañeros involucrados. También puede ocurrir que un aliado reclame nuestra atención, y si acudimos pulsando el botón adecuado nos ayudará realizando un ataque adicional.

En el mapa van apareciendo distintas peticiones, consistentes en encontrar una serie de materiales.

Dado que estamos en un juego basado en el universo de Zelda: Tears of the Kingdom, los artilugios zonnan también adquieren un gran protagonismo. A medida que progresamos, desbloqueamos varios dispositivos, como el igneocéfalo, que desprende llamas de fuego, o el criocéfalo, que congela enemigos. También disponemos de cañones para atacar desde la distancia, de muy útiles turbinas que devuelven ataques enemigos y hasta de globos aerostáticos que nos permiten movernos rápidamente entre puestos aliados dentro de un mismo mapa. Todos estos artilugios consumen batería, la cual se recarga mientras combatimos.

Estructura y misiones: Hyrule Warriors evoluciona

Imaginemos todo esto incorporado al conjunto ya de por sí interesante en un musou como lo fue Hyrule Warriors: La era del cataclismo. Las oportunidades de interacción se multiplican, y prácticamente todo el tiempo estamos pendientes de cuándo surge alguna nueva oportunidad combativa. Esto añade frenetismo y variedad a la propuesta, dos ingredientes que hacen que Hyrule Warriors: La era del destierro acabe siendo un mejor videojuego. Pero obviamente no todo es nuevo, y hay elementos que se ha preferido mantener.

Los artilugios zonnan añaden variedad a la propuesta combativa, con planteamientos muy interesantes.

En el anterior juego se usó el mapa de Breath of the Wild para articular su estructura. Aparecían todas las batallas mediante iconos, y teníamos libertad para escoger entre varias misiones y peticiones. Algunas avanzaban en la historia, mientras que otras funcionaban como misiones secundarias para fortalecer a nuestros protagonistas. En este videojuego el esquema es exactamente igual, y nos parece un acierto que se haya mantenido, porque funciona fenomenal.

Solo hay un par de diferencias, pero muy importantes. Una es que el mapeado está corrompido por las fuerzas del rey demonio, y debemos liberarlo haciendo lo que mejor sabemos: combatir en las distintas misiones. La otra es que nuestros objetivos no solamente se encuentran en la superficie de Hyrule, sino también en las islas flotantes y el mundo subterráneo.

Hay personajes de lo más únicos, como Mineru, con la capacidad de invocar sus propias construcciones.

Aquí también se notan las ganas de representar fielmente lo que fue Tears of the Kingdom, que como sabéis se desarrolla en tierra, cielo y subsuelo. Esto añade un punto más de profundidad al esquema jugable, con muchísimas misiones. La mayor parte de ellas, eso sí, se basan en arrasar con los puestos enemigos y enfrentarnos a algún jefe al final del trayecto, a veces con restricción de tiempo. Hay contadas ocasiones en que se nos plantea algo más, como activar unos interruptores o encontrar caminos ocultos hasta llegar a nuestro destino. Estos planteamientos más originales nos han gustado, pero son la excepción, no la norma, y nos habría gustado verlos con mayor frecuencia.

Al igual que ocurría con las misiones de las Bestias Divinas en el anterior juego, aquí se han incorporado unas sensacionales fases de vuelo junto a una pareja de personajes de la que no queremos hablaros demasiado (son clave en la trama). Sirven muy bien para romper con la tónica principal de golpes a diestro y siniestro. De hecho, recuerdan algo a Star Fox, manejando una nave que gira sobre su eje para repeler ataques enemigos, y realizando disparos cargados que lanzan proyectiles contra varios objetivos de forma simultánea

Al final de cada batalla obtenemos información sobre cómo lo hemos hecho, incluyendo el tiempo invertido.

Una vez más, nos habría gustado ver más planteamientos de este tipo. Aunque sea el musou más variado que hemos visto, también creemos que hay margen para perfeccionar la fórmula con mayor variedad de secciones jugables y planteamientos. Y si os lo preguntáis, sí, los jefes están a un buen nivel. No son nada escasos, aunque tienden a reaparecer bastantes veces bajo distintas justificaciones. Pero lo dicho, no están nada mal y ayudan a fortalecer la fórmula tradicional de este estilo de hacer videojuegos. En modo normal nos pueden hacer morder el polvo en alguna ocasión, suponiendo un reto gratificante.

Dificultad y duración: Un musou con contenidos

En lo relativo a la dificultad, se han introducido los campamentos, localizaciones activables en los mapeados que nos permiten reponer vida y raciones especiales, además de las baterías para usar los artilugios zonnan. Pero más interesante todavía es que podemos abastecerlos de materiales para incrementar la experiencia que obtenemos al derrotar rivales. Incluso hay una especie de mini-logros que nos otorgan vales de recompensa para canjear por efectos como que los enemigos dejen más materiales al ser vencidos. Es decir, que el juego tiene mecánicas para hacerlo todo más estimulante.

Hay cantidad de subjefes en cada misión y son bastante variados, además de que pueden ponernos las cosas difíciles.

La duración es acertada. Nosotros hemos tardado 16-17 horas en completar la campaña, y eso que no hemos dedicado demasiado tiempo a las misiones secundarias, que pueden alargar la experiencia unas cuantas horas más. Hay cuatro grados de dificultad, algo que también influye, siendo un videojuego adaptado tanto a jugadores veteranos como a los que dispongan de menor habilidad. Además, incluye juego a pantalla dividida para dos jugadores, algo que siempre hace más llevadera la acción.

Una vez completada la campaña, podemos dedicarnos a hacer todas las actividades que nos hayamos dejado por el camino, incluyendo la obtención de los kolog ocultos por el decorado. Además, en todas las misiones aparecerán enemigos más poderosos, que nos proporcionan una mayor cantidad de recompensas. Luego hay alguna que otra actividad especial que aparece justo en este momento para incrementar la rejugabilidad y su faceta completista, que no es escasa. Tal vez nos hemos quedado con ganas de más en este sentido, pero no se puede decir que el juego ande corto de contenidos ni mucho menos… más bien todo lo contrario.

A medida que completamos acciones en el mapa, podemos ir desbloqueando nuevos movimientos para los combos.

Hablando de progresión y posibilidades de inventario, estamos ante un musou, en este caso con ingredientes de acción RPG. Tenemos niveles para cada personaje, y estos disponen de su propio equipamiento. No obstante, nos ha sorprendido ver que la mayor parte de personajes no se pueden equipar con distintas armas, sino que están bloqueadas. Eso sí, se pueden mejorar en el laboratorio mediante rupias y el acero zonnanio que vamos obteniendo. Una vez más, el aspecto de la recolección de botín es fundamental, porque entre otras cosas nos faculta para cumplir peticiones y desbloquear nuevos combos o incrementos de salud entre nuestros luchadores.

Así que la progresión rolera está bastante bien medida, y al menos en dificultad normal prácticamente no es necesario farmear. Siempre podemos invertir dinero para subir niveles en el campo de adiestramiento, una acción completamente opcional, y que también estaba presente en Hyrule Warriors: La era del cataclismo. En realidad, Hyrule Warriors: La era del destierro mantiene muchas de las características originales, sabiendo que hay elementos que funcionaban bien y no era necesario cambiarlos. Ser consciente de qué cosas cambiar y cuáles no es otra de las claves de su éxito.

Las acciones especiales nos permiten evitar golpes aparentemente imparables, pero debemos reaccionar a tiempo.

Una historia bien contada y que es canon

Hablando de la historia, este juego como sabéis nos lleva al pasado remoto del reinado de Hyrule. Si recordáis Zelda: Tears of the Kingdom, al principio de la aventura Zelda era transportada en el tiempo. Este juego arranca justo ahí, y nos pone en su lugar para descubrir cómo se desarrollaron los acontecimientos en torno a la temible lucha que se fraguó contra Ganondorf. Los hechos narrados explican todo ese lapso de tiempo que desconocíamos, y que resulta fundamental para comprender mejor el trasfondo de aquella gran aventura de mundo abierto.

De hecho, hay detalles que os aseguramos que os emocionarán si sois fans de la saga Zelda, con el descubrimiento de personajes absolutamente épicos. Y hablando de protagonistas, son bastantes, con representación de las múltiples razas típicas de esta licencia. Esto ha servido para dotar de aún mayor variedad a la propuesta, siendo posible controlar a varios luchadores y experimentar distintos estilos combativos. La trama se beneficia claramente de ello, con un buen puñado de acontecimientos que ocurren en distintas localizaciones.

El tratamiento de multitudes es bastante bueno, manteniendo la fluidez en todo momento.

Los eventos narrativos se siguen con bastante interés. Al final es una historia bastante simple de bien contra mal, y se puede resumir en un par de líneas, pero el tratamiento es excelente, y dentro de la saga Zelda pocas veces habíamos visto un esfuerzo tan grande por contar una buena historia. Las cinemáticas son espectaculares en ocasiones, el tratamiento de los personajes es magnífico y los valores de producción son incontestables. Además, todo está perfectamente doblado en español, con el mismo equipo de doblaje que hemos tenido en las últimas aventuras.

En lo relativo a aspectos técnicos también hay muchas cosas que resaltar. El rendimiento es excelente en modo televisor, con una tasa de 60 imágenes por segundo que nos ha parecido de lo más estable. Esto en un juego de este tipo es una noticia sensacional, porque apoya a una jugabilidad rápida, haciendo que la reacción a los mandos sea espectacular. Todo sin que los desarrolladores se hayan cortado a la hora de mostrar enemigos, puesto que aparecen a montones de forma simultánea en pantalla.

Si un enemigo emite un brillo rojo, eso quiere decir que te espera un ataque contundente.

El tratamiento de multitudes de enemigos es algo que siempre ha hecho especial a los musou, y Nintendo Switch 2 demuestra mucha soltura a la hora de manejar estas situaciones. Con respecto a la anterior consola, el salto de calidad es notorio, con una mayor resolución, nivel de detalle y fluidez. Otro aspecto técnico no demasiado bien resuelto es la cámara, que ya en la anterior entrega dio bastantes quebraderos de cabeza. Una vez fijamos objetivo, y si estamos cerca de algún muro o pared, la cámara tiende a volverse loca y no seguir convenientemente la acción, generando algún episodio de frustración.

El juego a nivel visual es muy llamativo, con un diseño artístico destacado y que se apoya obviamente en Tears of the Kingdom, aprovechando el trabajo previo. Eso sí, no se saca tanto partido a su mundo como nos habría gustado, y hay algo de monotonía al mostrar fases corrompidas por el influjo de las fuerzas de Ganondorf.

El mapeado está corrompido por Ganondorf y debemos librar batallas para devolverlo a su estado original.

El rendimiento en modo portátil no es tan bueno como en modo televisor, pero aún así supone una gran evolución con respecto a lo que vimos en la anterior Switch en Hyrule Warriors: La era del cataclismo. Aquí han mejorado mucho los resultados, tanto en cuestión de definición como de fluidez. De hecho, el único problema es que la tasa es algo inestable en determinados momentos (de mayor presencia de enemigos), pero en líneas generales jugar en modo portátil es una opción recomendable.

Si os gusta jugar en cooperativo en la misma consola, también buenas noticias. A pantalla dividida en modo televisor, obviamente la tasa de imágenes no es tan fluida, pero se muestra estable y es perfectamente jugable. En modo portátil con pantalla dividida los resultados sorprenden porque el rendimiento es igualmente aceptable, y todo sin que el nivel de detalle y resolución se vean demasiado afectados.

La pantalla dividida funciona bastante bien, y mantiene el tipo tanto en modo televisor como portátil.

Otro aspecto que debemos destacar es la banda sonora. El videojuego es tremendamente respetuoso con la esencia de Zelda: Tears of the Kingdom y recupera buena parte de su banda sonora, ahora reversionada para acompañar a la acción combativa. Pero lo dicho, las composiciones musicales nos parecen sobresalientes, con mucha variedad. De hecho, hay momentos épicos que no lo hubiesen sido tanto si la música no hubiera acompañado tan bien a la acción. Formidable.

Conclusión: Uno de los mejores musou es de Zelda

Hyrule Warriors: La era del destierro no solamente es un gran juego basado en la licencia Zelda, sino uno de los mejores exponentes dentro de los títulos al estilo musou. Esta entrega mejora en muchos aspectos a Hyrule Warriors: La era del cataclismo, empezando por una historia relevante, que esta vez sí es completamente canon y nos explica qué es lo que vivió Zelda al viajar al pasado remoto de Hyrule. Lo hace además con acierto, talento y unos valores de producción elevados, con una cantidad de cinemáticas que sorprende.

Los enemigos grandes son frecuentes, haciendo que la acción sea aún más espectacular.

Todo esto sin dejar de lado la parte jugable, que se fortalece con interesantes novedades que encajan temáticamente con lo que propuso Zelda: Tears of the Kingdom, y no solamente relativo a la incorporación de determinados personajes, sino también el uso de los artilugios zonnan. Todo esto acompañado de un rendimiento sobresaliente que demuestra lo bien que puede rendir Nintendo Switch 2, ofreciendo un apartado audiovisual de lo más convincente, y que en este caso hace relucir la brutal acción de este tipo de juegos.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga para Nintendo Switch 2 que nos ha ofrecido Nintendo España.

Redactor

NOTA

8.5

Puntos positivos

Una historia totalmente canon y que explica lo que no supimos por Tears of the Kingdom.
Uno de los mejores musou jamás creados, con novedades muy interesantes en lo jugable.
Buen rendimiento, especialmente en modo televisor, con 60 frames estables.

Puntos negativos

Hay misiones que muestran exploración y dinámicas únicas, pero son escasos.
La cámara sigue siendo una asignatura pendiente.
Aunque es rejugable, podría haber incorporado más elementos post-game.

En resumen

Hyrule Warriors: La era del destierro no solo es un gran juego dentro de la licencia Zelda, sino un gran musou. Su narrativa está muy bien tratada, la jugabilidad es muy estimulante y técnicamente saca partido de Nintendo Switch 2.