Análisis de Taiko no Tatsujin: Drum 'n' Fun! (Switch)
Taiko no Tatsujin es una de esas sagas de videojuegos que llevan años triunfando en Japón y que, por desgracia, nunca se han prodigado demasiado por tierras occidentales. No en vano, estamos hablando de una serie que lleva dando de guerra desde 2001 y que ha lanzando infinidad de entregas, pero que jamás ha estrenado ninguna de ellas en Europa y solo una en Estados Unidos para PlayStation 2 hace la friolera de 14 años.
Por ello, no pudimos alegrarnos más cuando Bandai Namco anunció que Taiko no Tatsujin: Drum 'n' Fun! para Nintendo Switch y Taiko no Tatsujin: Drum Session! para PlayStation 4 llegarían a Occidente este mismo año, suponiendo el desembarco oficial de la saga en nuestro territorio por primera vez.
En este análisis vamos a centrarnos en Drum 'n' Fun!, ya que cuenta con su propia lista de canciones y características exclusivas, además de ser la única de las dos que ha recibido un estreno físico y con un pack especial que incluye un tambor para que podamos jugar de la forma más "auténtica".
Un gran redoble
Para quienes no conozcáis nada sobre esta serie, decir que estamos ante un juego musical en el que tendremos que tocar un tambor al ritmo de las canciones que decidamos jugar mientras seguimos las notas que nos vayan indicando en pantalla.
Su propuesta es muy sencilla, ya que todo se resume en notas rojas y azules. Las primeras nos pedirán que demos un golpe en la parte frontal del instrumento, mientras que las últimas nos requerirán un toque en uno de los laterales.
Para complicar un poco las cosas, si nos sale alguno de estos iconos pero con un tamaño mayor al habitual, significará que tenemos que hacer dicha acción golpeando a la vez el lado izquierdo y derecho del parche cuando sean rojos y los dos laterales en el caso de que sean azules. Por supuesto, también existen varias notas que nos pedirán que hagamos un redoble aporreando a toda velocidad el tambor.
Con esta base tan aparentemente simple, se ha conseguido crear una jugabilidad tremendamente adictiva, muy divertida y lo suficientemente fácil de entender como para que cualquier persona pueda disfrutar de lo que propone, independientemente de su nivel de experiencia con videojuegos.
Eso sí, como bien ha demostrado ya el género a lo largo de los años, que cuente con una mecánica sencilla no significa que vayamos a conseguir las mejores puntuaciones fácilmente, ya que puede llegar a convertirse en un título enormemente desafiante en sus dificultades más altas.
Fácil, Normal y Difícil son más o menos asequibles para todo el mundo, pero una vez nos adentremos en Extremo conoceremos el auténtico infierno con una gigantesca sucesión de notas a gran velocidad que solo los cerebros más despiertos y avispados serán capaces de procesar adecuadamente.
Evidentemente, esto también depende mucho de la canción, ya que hay algunas que en Extremo no llegan a estos niveles de locura, pero cualquiera que veáis señalada con al menos siete estrellas os hará sudar como nunca y os requerirá muchísima práctica antes de que las dominéis y superéis con éxito. Esto es algo que nos parece genial, ya que todo el mundo encontrará un reto a su medida.
Si bien hasta ahora solo hemos mencionado los controles con el accesorio del tambor, también nos ofrece la posibilidad de jugar con mando utilizando los botones de una forma tradicional. Hay bastantes configuraciones posibles y todas ellas responden a la perfección a nuestras pulsaciones, por lo que es una manera igual de válida y divertida de disfrutar de esta propuesta.
También existen dos opciones más, pero ninguna de ellas nos han convencido, por lo que no las recomendamos. La primera es utilizar los controles por movimiento de los Joy-Con usándolos como baquetas, aunque no terminan de captar bien nuestros gestos y la falta de "feedback" al golpear el aire consigue que nunca tengamos demasiado claro el momento en el que ya hemos acertado la nota.
El otro método de control lo tenemos disponible únicamente cuando jugamos en modo portátil y consiste en usar el tambor que aparece en la pantalla táctil, algo que nos resulta muy incómodo y poco práctico.
En otro orden de cosas, tenemos que destacar que la lista de canciones incluidas suma un total de 70 temas diferentes de carácter puramente japonés, tal y como sería de esperar. Esto significa que estamos ante las mismas composiciones de la edición nipona sin cambio alguno, repleta de melodías provenientes de animes, videojuegos, grupos de JPOP y hasta Vocaloid.
La selección incluye algunos temazos tan icónicos como el "Cha-La Head Cha-La" de Dragon Ball Z, "A Cruel Angel's Thesis" de Neon Genesis Evangelion, "We Are!" de One Piece, "Jump Up, Super Star!" de Super Mario Odyssey, un popurrí de Kirby, "Zenzenzense" de la película Your name o incluso canciones de música clásica como la "Marcha Turca" de Beethoven. Ojo aquí, ya que hasta canciones como "How Far I'll Go" de Vaiana (Moana en su versión original) nos llegan en completo japonés.
La lista es variada, aunque deja claro en todo momento que va destinada a un público muy concreto. Quizá nuestra mayor pega en este sentido sea el hecho de que no se incluyan ni versiones originales ni completas. Considerando lo agotados que podemos acabar tras dos minutos jugando en Experto, esto último es algo que hasta podemos llegar a entender, aunque no lo excusamos.
En lo que respecta a las modalidades disponibles, por un lado tenemos el Modo Taiko, donde podremos tocar cualquier canción que hayamos desbloqueado en la dificultad que queramos, ya sea jugando en solitario o con un amigo en local, tanto de forma cooperativa como competitiva.
Como veis, este es el modo principal y donde más horas invertiremos, aunque para jugar con amigos no hay nada como Juego festivo, donde encontraremos una veintena de divertidísimos minijuegos para hasta cuatro jugadores, divididos en todos contra todos, por equipos y cooperativos. Todos ellos tienen unas mecánicas muy sencillas y basadas en el ritmo que nos han recordado enormemente a lo visto en la saga Rhythm Paradise, tanto por la alocada puesta en escena como por su jugabilidad.
Finalmente, a nivel gráfico no hay mucho que decir, ya que al tratarse de un título musical es su apartado menos importante, aunque eso no quita que sea algo que se haya cuidado muchísimo, por lo que veremos desfilar y bailar a todo tipo de extrañas y simpáticas criaturas con mucho encanto mientras la pantalla se llena de colores y efectos al enlazar grandes combos. Eso sí, os avisamos que esto a veces puede resultar un tanto contraproducente, provocando que nos distraigamos en el peor momento posible.
Conclusiones
Taiko no Tatsujin: Drum 'n' Fun! es un juego musical divertidísimo y muy adictivo, ya sea jugando en solitario o con amigos. Sus mecánicas son tan simples como efectivas, cuenta con un buen número de canciones que harán las delicias de los amantes del JPOP y sus minijuegos son perfectos para disfrutar en cualquier quedada. Quizá no todo sea perfecto y hayamos echado de menos las versiones originales y completas de los temas incluidos, aunque eso no quita que estemos de enhorabuena y por fin podamos celebrar por todo lo alto la llegada de esta genial locura japonesa a Europa. Y ahora, ¡a tocar!
Hemos realizado este análisis comprando el juego.