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Fecha de lanzamiento:
Switch, XBOne, PC, PS4:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Numskull Games
Producción: Undercoders
Distribución: eShop
Precio: 14,99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: -
Online: -
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Análisis SuperEpic, una curiosa sátira a la industria del videojuego (Switch, Xbox One, PC, PS4)

La guerra contra los micropagos y por recuperar los videojuegos tradicionales se convierte en el telón de fondo de este curioso metroidvania desarrollado en España.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones Switch, Xbox One, PC y PS4.

Cualquiera que haya entrado en Google Play o en la App Store buscando descargar algún juego para su móvil o tableta es consciente del panorama tan desolador que hay, con decenas de miles de aplicaciones "gratuitas" sin apenas trabajo detrás y con nulos valores jugables que solo buscan exprimir nuestra cartera de forma agresiva y nada disimulada. Evidentemente, también hay títulos fantásticos y bien monetizados, pero, por desgracia, estos son la excepción. Ahora, Undercoders, un pequeño estudio barcelonés, ha querido criticar y satirizar esta situación con SuperEpic, un curioso "metroidvania" muy entretenido, pero que se queda lejos de codearse con los grandes del género.

Mapaches contra cerdos

La historia de esta aventura no podría ser más sencilla: las compañías de videojuegos tradicionales han desaparecido de la faz de la Tierra y RegnantCorp se ha hecho con el control del planeta mediante títulos gratuitos de la más baja calidad con los que exprimen a sus usuarios, generando una adicción a nivel global para que todo el dinero que ganen trabajando se lo gasten en sus sangrantes micropagos.

Sí, el jefe de la sección de monetización de RegnantCorp es un vampiro chupadinero con ínfulas de Drácula.

Como era de esperar, existe un pequeño grupo de rebeldes que sigue disfrutando de los juegos clásicos y se resiste a caer en la diabólica trampa de esta empresa de cerdos capitalistas (literal, sus dirigentes y empleados son gorrinos antropomórficos), quienes llaman a las armas a todos aquellos que piensen como ellos para asaltar RegnantCorp y acabar de una vez por todas con su reinado. Dicho y hecho, nuestro protagonista, un mapache que cabalga una llama, se lanza al ataque y se adentra en la sede principal de la megacorporación, un edificio gigantesco que tendremos que explorar mientras repartimos guantazos a diestro y siniestro.

Con esta premisa queda claro que el guion aquí es lo de menos y que este solo sirve como un mero hilo conductor para contextualizar sus múltiples bromas. Las referencias son constantes y estas no se limitan únicamente a los videojuegos, aunque los diálogos no están especialmente bien escritos y el humor resulta demasiado superficial y vacío, por lo que nunca ahonda en esa crítica tan mordaz que siempre busca.

¿Un metroidvania más?

En lo jugable nos encontramos con un título con pocas sorpresas, ofreciéndonos una aventura de plataformas y acción 2D en la que podemos explorar libremente sus escenarios mientras buscamos la forma de avanzar y adquirimos nuevas habilidades que nos permitirán acceder a zonas previamente inaccesibles. Obviamente, las áreas están repletas de enemigos de los que nos podremos defender poniendo en práctica un buen número de ataques básicos y movimientos especiales que podremos enlazar de diferentes maneras para crear dañinos combos.

Uno de los combos más efectivos consiste en lanzar al rival hacia el aire, saltar, ejecutar una combinación de ataques simples y rematarla con un golpe descendente.

Por lo general, los enfrentamientos funcionan bastante bien y resulta muy entretenido liarse a tortas con todo lo que se interpone en nuestro camino, algo necesario para conseguir dinero que podremos canjear por nuevo equipamiento, técnicas y mejoras. Además, el equipo de desarrollo ha hecho un buen trabajo al introducir un cuantioso número de enemigos distintos, pues en cada área nos toparemos con nuevos rivales que tienen características y patrones de comportamiento únicos.

Aquí conviene destacar el llamativo salto de dificultad que hay en la segunda mitad, donde las batallas se recrudecen y las distancias entre puntos de guardado se amplían, obligándonos a esforzarnos y a sacarle todo el partido a las posibilidades de nuestro personaje para sobrevivir. Precisamente por ello nos choca mucho lo pobres que nos han resultado sus jefes, cuyas mecánicas no podrían ser más simples ni estar menos inspiradas, convirtiendo estos combates en algo aburrido, tedioso y sin emoción o dificultad alguna.

Los jefes dejan mucho que desear.

Por desgracia, el diseño de niveles tampoco es nada destacable y cada zona es una especie de corta y pega de salas prácticamente iguales y sin personalidad alguna, así que cuesta quitarse de la cabeza la sensación de estar recorriendo siempre los mismos lugares, algo que, evidentemente, tampoco ayuda a que nos orientemos, obligándonos a abrir el mapa más veces de las que sería deseable.

Todo esto se extiende también al backtracking y la forma en la que están conectadas las distintas áreas del edificio, con unas conexiones y atajos que no siempre están colocados con mucha lógica y que pocas veces nos invitarán a volver atrás para buscar nuevas rutas y secretos. De hecho, la estructura de progreso es muy predecible durante gran parte de la aventura: llegas a una zona, consigues las habilidades de rigor, encuentras la llave de turno para abrir las puertas que llevan al jefe del lugar, le zurras y pasas a la siguiente para repetir el proceso. Como decimos, esto no siempre es exactamente así, pero es algo que se da durante la inmensa mayoría de la aventura, restándole interés a la forma de explorar y moverte por el mapa.

La importancia del móvil

Como veis, estamos ante un "metroidvania" muy normalito cuyo mayor rasgo distintivo lo tenemos en su temática, algo que en Undercoders han querido aprovechar para llevar su crítica hacia los micropagos y los juegos gratuitos para móviles un paso más allá con una original idea que en la práctica no nos ha terminado de convencer.

¿Queréis el contenido de esa caja fuerte? Pues preparad vuestro móvil y escanead ese código QR.

En nuestro periplo nos encontraremos con algunas puertas cerradas que requieren que introduzcamos una contraseña para abrirlas, aunque estas no las obtendremos explorando, resolviendo puzles ni rebuscando entre documentos. Si queremos hacernos con ellas, deberemos buscar un código QR cercano, escanearlo con nuestro móvil y jugar al minijuego al que nos lleve el enlace que nos den. Estas pequeñas pruebas son clones sin gracia de algunas de las aplicaciones más populares del mercado donde nos quieren mostrar lo aburridos que son estos títulos y el poco valor jugable que tienen.

La metáfora que se quiere hacer con esto la entendemos y la idea nos gusta, pero no nos parece lo más acertado romper el ritmo de la aventura y aburrir al jugador obligándole a jugar algo que no es divertido de forma premeditada. Por suerte, las salas y recompensas que ocultan estas puertas son completamente opcionales y podemos pasar de ellas, aunque suelen dar una generosa cantidad de créditos extra que nos vendrán muy bien para potenciar a nuestro héroe.

Existen algunos puzles integrados con el entorno que sí que nos han parecido muy ingeniosos y bien diseñados. Una lástima que no haya muchos más.

En total, completar la historia principal nos llevará entre 5 o 6 horas, cifra a la que podemos sumarle muchas más gracias a su modo "roguelite", donde, tal y como su propio nombre indica, deberemos superar una serie de laberintos en los que el orden de las salas cambia en cada intento, aunque no creemos que tenga mucho recorrido tras un par de partidas de prueba por la simple curiosidad de ver cómo funciona.

Audiovisualmente atractivo

A nivel gráfico sí que nos ha gustado bastante gracias al atractivo pixel art por el que se ha apostado, con unos personajes muy bien detallados y animados. Los escenarios nos han parecido algo más irregulares y sosos, aunque tienen sus momentos y su dirección artística no está nada mal. El sonido también nos ha convencido con una banda sonora muy animada y pegadiza que ambienta a la perfección todo lo que vemos en pantalla y unos efectos que cumplen correctamente con su cometido.

Conclusiones

SuperEpic: The Entertainment War es un "metroidvania" entretenido cuyo principal atractivo radica en la mordaz crítica que realiza a ciertas prácticas de la industria actual y en sus constantes referencias a la cultura pop y a los videojuegos. Más allá de eso, nos queda un título cumplidor con un diseño de niveles mejorable, unos jefes que no dan la talla y un sistema de combate muy bien resuelto y satisfactorio. Dista de ser un mal juego, pero también se queda lejos de ser brillante, así que si simplemente buscáis una aventura del género que os entretenga y con la que echaros unas risas sin mayores pretensiones, aquí tenéis una interesante opción de compra a valorar.

Hemos realizado este análisis en su versión de Switch con un código proporcionado por Undercoders.

Redactor

NOTA

7

Puntos positivos

El sistema de combate y combos.
Audiovisualmente no está nada mal.
Algunos chistes y referencias a la hora de representar las diferentes divisiones de una empresa de videojuegos.

Puntos negativos

El diseño de niveles es flojo.
Los jefes no están a la altura.
Los minijuegos móviles rompen el ritmo y son tediosos.

En resumen

Un peculiar y entretenido metroidvania que se queda lejos de los grandes del género.