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Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Nintendo
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 59.99 €
Jugadores: 1
Formato: Digital y físico
Textos: Español
Voces: -
Online: -
ANÁLISIS

Análisis Princess Peach: Showtime!, Peach salta nuevamente al estrellato con una actuación que no deslumbra (Switch)

Peach vuelve a protagonizar su propio videojuego con una amena y variada aventura de plataformas que se queda lejos de ganarse el aplauso del público.
Análisis de versión Switch.

Princess Peach: Showtime! es un juego que tiene su objetivo muy claro: ayudar a los más pequeños de la casa a que se introduzcan por primera vez en el mundo de los videojuegos, ofreciéndoles un título muy amigable, accesible, sencillito y variado que les presente varios géneros distintos mientras pasan un buen rato. Sin embargo, en su intento por convertirse en una obra ideal para iniciarse en este hobby, también comete un grave error en el que suelen caer este tipo de producciones destinadas al público más joven: diluir tantísimo la experiencia hasta dejarla carente de sustancia. ¿Los motivos? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlos.

Peach salta al estrellato

Así pues, nos encontramos, a grandes rasgos, ante un juego de plataformas y acción en el que Peach, la princesa a la que tantas veces hemos rescatado en las diversas entregas de Super Mario Bros., es la protagonista absoluta, algo que no sucedía desde Super Princess Peach, un título exclusivo de Nintendo DS lanzado originalmente en 2005.

Desde el Teatro Esplendor accederemos a las distintas funciones que sirven como niveles.

Como podréis suponer, la historia no es más que una mera excusa para contextualizar nuestras partidas y en esta ocasión nos tocará hacer frente a los integrantes de la Compañía Malaúva, quienes se han hecho con el control del Teatro Esplendor y han secuestrado a sus actores para convertir todas las obras de teatro en una gran tragedia.

Obviamente, da la casualidad de que nuestra princesa se encontraba por allí cuando se desata el caos, así que nos tocará ponernos manos a la obra para devolver la función a la normalidad.

Gracias a esta premisa, los más de 30 niveles en los que nos aventuraremos, cuentan con la peculiaridad de que son, en realidad, representaciones teatrales, por lo que veremos el escenario en todo momento, así como los diferentes elementos de atrezo que componen los fondos y cada escena, algo que se extiende incluso a cosas como los caballos o ciertos enemigos, los cuales son marionetas que no esconden sus hilos ni articulaciones. Es un detalle que puede parecer poca cosa, pero que ayuda a darle cierta personalidad visual a la aventura y que encaja muy bien con su propuesta.

En lo puramente jugable, algo que destaca es la sencillez de sus controles y la variedad de situaciones que viviremos. Todo se resume en dos botones: uno para saltar y otro para realizar la acción especial que Peach tenga en cada fase, a los cuales hay que sumarle un tercero para posar que solo utilizaremos para revelar zonas secretas. La gracia está en que cada pantalla pertenece a un género diferente, algo a lo que nuestra princesa se va adaptando con diversos trajes que cambian su forma de jugar e interactuar con el entorno.

Aunque era un secreto a voces, os confirmamos que el título ha sido desarrollado por Good Feel.

De este modo, con Peach Espadachina podremos liarnos a espadazos con nuestros enemigos y realizar estilosas esquivas, mientras que con Peach Repostera podremos decorar pasteles y crear galletas, con Peach Detective buscar pistas y realizar deducciones y con Peach Ninja saltar rebotando entre las paredes y usar el entorno para mimetizarnos con él y que no nos vean los antagonistas. Hay una decena de transformaciones principales y cada fase nos obliga a usar una en concreto, ya que están diseñadas en torno a las habilidades que nos ofrece cada una.

Esto es algo que sobre el papel suena muy bien, ya que nos asegura un título variado en el que cada nivel es diferente al anterior y donde siempre se están presentando nuevas mecánicas, pero en la práctica es algo que acaba jugando en su contra. ¿El problema? Que no todas funcionan igual de bien ni son igual de divertidas.

Cuando las mecánicas de las fases se centran en las plataformas o la acción suelen funcionar relativamente bien, pero cuando intenta salirse de ahí y juguetear con otros géneros es cuando llegan los problemas. Por ejemplo, las fases de Peach Detective intentan convertirse en una especie de aventura gráfica aburridísima, muy guiada y sin ningún tipo de gracia en la que las soluciones siempre están a la vista y no van a suponer ningún esfuerzo para nadie, ni siquiera para los más pequeños. Por su parte, las fases de Peach Repostera, basadas en un par de anodinos minijuegos, nos hacen desear que se acaben lo antes posible, y las de Peach Sirena llegan a ser un auténtico tostón.

Los jefes suelen consistir en esquivar sus ataques hasta averiguar qué tenemos que hacer para hacerles daño. Con cada golpe que impactemos, complicarán sus patrones, aunque las mecánicas no cambian.

Lo que agrava todo esto es que los mejores niveles tampoco son ninguna maravilla que acabe por compensarnos el pasar por aquellos que no terminan de convencer, ya que todo lo que hace es tan básico y está tan extremadamente simplificado que no encontraremos nada mínimamente estimulante o con sustancia. No nos quejamos de que sea un juego increíblemente fácil en el que es prácticamente imposible morir (que lo es), sino de lo plano que resulta el título en cuanto a mecánicas y diseño de niveles.

Sin irnos de Nintendo, las diferentes entregas de Kirby han demostrado ser títulos idóneos para introducirse en los videojuegos gracias a su baja dificultad y lo accesible de su propuesta, algo que no va reñido con deleitarnos también con varias capas de profundidad para los más completistas, con unas fases estupendas repletas de grandes situaciones y de una jugabilidad a prueba de bombas que nos permite hacer de todo con tan solo dos botones.

En cambio, en la aventura de Peach simplemente nos dedicaremos a avanzar por unas fases tan cerradas que impiden que exista cualquier margen para explorar mientras se van sucediendo momentos de distinto tipo que rara vez plantean un mínimo de plataformeo o nos exigen hacer algo más que aporrear el botón de ataque, lo que se va intercalando con breves secuencias de vídeo que van desarrollando el guion de cada obra, algo que, sinceramente, acaba por cortar el ritmo y desanima de cara a rejugar fases para encontrar los secretos que nos hayamos dejado.

Hay momentos en muchas fases en los que avanzamos automáticamente y tenemos que esquivar obstáculos.

Y hablando de rejugar y secretos, cada nivel cuenta con múltiples coleccionables que, por lo general, no están nada ocultos y cuya localización suele ser más que obvia, aunque es uno de esos títulos en los que avanzar medio paso suele significar no poder volver atrás y si nos saltamos algo por el motivo que sea (como tener un pequeño fallo en un minijuego) nos tocará repetir la pantalla entera para conseguirlo. Y si ya les cuesta divertirnos la primera vez que las jugamos, las siguientes se pueden hacer muy cuesta arriba.

Al final, cuando mejor funciona el título es cuando deja que las plataformas cobren algo de protagonismo o añade alguna mecánica que nos requiere hacer algo más que simplemente aporrear un botón para eliminar enemigos que rarísima vez hemos visto intentando atacar. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en las fases de Peach ladrona, las cuales, además de tener una puesta en escena fantástica, nos requieren que avancemos usando un gancho para sortear todo tipo de peligros, una mecánica que se usa también para plantear algún que otro pequeño rompecabezas. De igual modo, también nos han gustado mucho las pantallas de Peach Ninja, las cuales convierten la obra en una aventura de sigilo y plataformas muy ligera, pero que cumplen con su función de divertir. Y las de Peach vaquera, al basar sus combates en tener que agarrar cosas para usarlas como proyectiles, tienen algo más de "chicha" que otras como las de Peach Kung Fu o Peach Superheroína, donde simplemente nos bastará con machacar el botón de ataque para acabar con todos nuestros rivales.

Los niveles de Peach Ladrona son los mejores y con diferencia.

En total, es un juego bastante corto que nos llevará entre 5 y 6 horas completar, una cifra que, evidentemente, se puede ampliar de manera sustancial si vamos a por el 100 %, ya que hay algunas sorpresas de las que no podemos hablar de que aumentan su duración.

Una bonita puesta en escena con un rendimiento ligeramente inestable

A nivel gráfico no es de los títulos más punteros de Switch, aunque consigue ser muy resultón gracias a unos modelados bien detallados, unas animaciones fantásticas y, sobre todo, a una puesta en escena genial y con mucho estilo que capta a la perfección la sensación de estar viendo un espectáculo teatral. Y todo ello acompañado por una acertada dirección de arte y un estilo visual que recuerda mucho al de una película de animación. Eso sí, a la imagen le falta algo de nitidez tanto en sobremesa como en portátil, aunque no es nada especialmente grave que entorpezca su disfrute. Por desgracia, no podemos decir lo mismo de su rendimiento, ya que es ligeramente inestable y le cuesta mantener las 30 imágenes por segundo en más situaciones de lo que hubiese sido deseable, algo que resulta extraño en una producción cuya carga gráfica no es especialmente grande.

La puesta en escena y la dirección de arte nos han encantado.

Eso sí, la banda sonora nos ha encantado: animadísima, variada, muy pegadiza y con varios temazos que juegan con muchísimo acierto con diferentes estilos musicales para adaptarse a la ambientación de cada nivel. Los efectos siguen la misma línea y no hay voces más allá de alguna que otra frase o palabra suelta de Peach, algo que resulta extraño en un juego tan orientado al público más joven, ya que obliga a los pequeños a leer los textos (en español, por supuesto) y probablemente tengan dificultades para seguir lo que se dice en cada escena con la velocidad de lectura que requieren.

Conclusiones

Princess Peach: Showtime! es un juego que nos ha decepcionado, pero que aun así nos ha ofrecido buenos momentos y nos ha entretenido lo suficiente como para que hayamos pasado un rato ameno con él. La sensación constante que hemos tenido es la de que nunca termina de explotar y sacarle partido a sus mecánicas, como si temiese desmelenarse por miedo a intimidar al público al que va dirigido, lo que acaba por traducirse en un diseño de niveles extremadamente básico, plano y sin sustancia.

Es algo similar a jugar un tutorial sin que nos permitan disfrutar de la fase de verdad, un problema al que hay que sumarle el hecho de que al menos tres de las transformaciones de Peach nos han resultado directamente aburridas. Ojo, no es para nada un mal juego y pantallas como las de Peach Ladrona son geniales, por no hablar de que tiene un ritmo bien medido, muchos coleccionables con los que ampliar su vida útil, un desarrollo variado que siempre está experimentando con nuevas situaciones, una puesta en escena fantástica y una banda sonora increíblemente buena. ¿El resultado final podría haber sido muchísimo mejor? Sin duda, pero si buscáis un título con el que introducir a las generaciones más jóvenes en el apasionante mundo de los videojuegos, aquí tenéis una buena puerta de entrada para ello.

Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga que nos ha ofrecido Nintendo.

Redactor

NOTA

6.7

Puntos positivos

Una aventura muy variada y amena.
Su fantástica puesta en escena y su banda sonora.
Niveles como los de Peach Ladrona o Peach Ninja están bastante bien.

Puntos negativos

Extremadamente plano en lo jugable y en su diseño de niveles.
Algunas transformaciones no están a la altura.
Hay un buen puñado de coleccionables, pero no invita demasiado a rejugar. Ciertos problemas de rendimiento.

En resumen

Una variada y amena aventura de plataformas dirigida a los más pequeños de la casa que no termina de deslumbrar ni de sacar a relucir todo su potencial.