Análisis Pokémon Espada y Escudo, hazte con casi todos (Switch)
Este mismo mes se cumplen 20 años desde que en España comenzamos por primera vez nuestra aventura en el mundo Pokémon con las míticas ediciones Roja y Azul de Game Boy. Desde entonces, hemos recorrido multitud de regiones y conocido infinidad de nuevas criaturas, hemos luchado contra montones de entrenadores, nos hemos "hecho con todos" y nos hemos convertido en auténticos maestros.
Videoanálisis
Ahora toca continuar nuestro viaje por este mágico mundo con Pokémon Espada y Escudo, una entrega que sigue a pie juntillas la incombustible fórmula que ha garantizado el éxito de la serie durante dos décadas y que trae consigo a la octava generación de estos carismáticos monstruos de bolsillo, una de las que más nos han gustado hasta la fecha.
Sin embargo, y a pesar de sus numerosos y evidentes aciertos, se ha quedado algo lejos de ser ese juego definitivo que muchos esperábamos, lo que no quita que siga siendo un título tan recomendable y adictivo como siempre.
Un nuevo viaje para ser el mejor que habrá jamás
Así pues, volvemos a encontrarnos ante un juego de rol japonés con combates por turnos en el que debemos capturar Pokémon, criarlos y entrenarlos para derrotar a todo aquel que ose enfrentarse a nosotros. Las reglas siguen siendo las mismas de siempre y apenas han cambiado, manteniendo cosas tan inamovibles como la limitación de cuatro movimientos por criatura, el método de captura tradicional (cuanta menos vida tenga un monstruo salvaje, más probabilidades tendremos de hacernos con él al tirarle la Poké Ball), las debilidades y resistencias de nuestras mascotas según su tipo, etcétera.
La estructura y desarrollo de la historia tampoco ha sufrido grandes cambios, llevándonos a recorrer la nueva región de Galar para derrotar a sus ocho líderes de gimnasio y así tener una oportunidad de luchar contra el gran campeón de la Liga Pokémon. Si bien la recta final ahora tiene un interesante giro para darle un formato similar al de un torneo eliminatorio (nos curan entre combates y los rivales a los que deberemos derrotar serán diferentes cada vez si la repetimos tras completar el juego), lo cierto es que no se puede negar que la sensación que transmite toda la aventura es la de estar ante lo mismo de siempre.
Esto no es algo necesariamente malo, ya que uno de los grandes atractivos de la serie suele radicar en explorar nuevas tierras mientras descubrimos criaturas inéditas y nos maravillamos con sus diferentes localizaciones, aunque en esta ocasión se ha dado un paso enorme hacia atrás en el diseño de su mapa, eliminando de un plumazo las mazmorras, los puzles y el backtracking. Puede sonar duro, pero Galar no es más que un gigantesco pasillo del que apenas nos podemos salir, lo que es una auténtica pena, ya que se pierde todo ese componente aventurero que tanto bien le hacía a la serie.
El espectáculo de los gimnasios
Esto no quiere decir que no haga muchas cosas bien, como, por ejemplo, la memorable puesta en escena y la relevancia que tienen las batallas contra los líderes de gimnasio. Esta vez ya no se sienten como un mero trámite con el que tenemos que lidiar en nuestro avance, sino como todo un hito en el camino que debemos recorrer, sumergiéndonos de lleno en una gran competición entre los mejores entrenadores de la región con combates televisados en gigantescos estadios y con multitud de fans apoyándonos, rivales que intercambian frases con nosotros en plena lucha y criaturas desatando todo su poder para dar el mayor espectáculo posible. Además, las pruebas que debemos superar antes de enfrentarnos a ellos son entretenidas, amenas y lo suficientemente variadas como para no aburrir ni hacerse pesadas.
La llegada de la octava generación
Otro de los grandes aciertos de Espada y Escudo lo tenemos en los nuevos Pokémon que han traído consigo. La gran mayoría de ellos tienen un diseño simplemente fantástico, con líneas evolutivas muy coherentes, bien pensadas y fácilmente identificables que nos recordarán inevitablemente a numerosos elementos de la cultura británica. Lo mejor de todo lo tenemos en la creatividad que desprenden, confirmando que a Game Freak no se le ha acabado la magia a la hora de diseñar criaturas carismáticas, sorprendentes y que se salgan de lo habitual. De hecho, se nota que han tenido mucha más libertad que nunca para experimentar y crear auténticas locuras, como bien demuestran las formas de Galar de algunos seres ya conocidos.
Y mucho ojo, que esto es algo que también se traduce al plano jugable con nuevas mecánicas, habilidades, formas de evolucionar, combinaciones de tipos y movimientos que prometen dar muchísimo juego en el multijugador competitivo. Además, si sumamos los nuevos monstruos y subespecies nos queda una cifra muy jugosa que, por desgracia, no se nos permite concretar, pero que se queda lejos de ser escasa.
La polémica de la Pokédex
Por desgracia, la desarrolladora ha tomado la controvertida decisión de recortar a lo bestia la cantidad de Pokémon disponibles de anteriores generaciones, así que no esperéis haceros con muchas de vuestras criaturas favoritas ni ahora ni en el futuro, pues no hay planes de ampliar la Pokédex con actualizaciones. Para que os hagáis una idea, el juego no incluye ni la mitad de monstruos existentes en la actualidad, algo que resulta muy decepcionante, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos hablando de una saga cuyo lema principal es "hazte con todos". La parte positiva de esto la tenemos en el hecho de que el estudio ha podido centrarse en equilibrar los combates para dar cabida a una mayor variedad de equipos y estrategias viables en el terreno competitivo, además de aumentar el protagonismo e importancia de los nuevos seres, por lo que no hay mal que por bien no venga.
El fenómeno Dinamax: Cariño, he agrandado al Pokémon
Continuando con las novedades, una de las más importantes la tenemos en la introducción del fenómeno Dinamax, una nueva función con la que podremos hacer que nuestros Pokémon crezcan y se hagan gigantes, aumentando así sus estadísticas (especialmente sus puntos de salud) y adquiriendo nuevos y devastadores ataques con propiedades especiales. Sin embargo, y a diferencia de las megaevoluciones y los movimientos Z de anteriores ediciones (ambas mecánicas han sido descartadas en esta entrega), su uso está limitadísimo y únicamente podremos agrandarlos en los estadios, en las incursiones y en los combates multijugador, relegando esta mecánica a momentos muy específicos de la aventura.
Además, las restricciones no terminan aquí, ya que solo podremos hacer crecer a un único Pokémon por combate durante tres turnos, una limitación que nos ha gustado muchísimo y que le da un valor estratégico inmenso. Quizá durante la historia y en las incursiones no lo notéis demasiado, pero os podemos asegurar que en las batallas multijugador este es un elemento decisivo y no serán precisamente pocos los enfrentamientos que se decidirán según el monstruo que agrandemos y el momento concreto que escojamos para hacerlo. Como podréis intuir, esto supone un soplo de aire fresco para el terreno competitivo, haciendo de las luchas entre jugadores algo mucho más tenso y espectacular que nos garantizará remontadas épicas y batallas más impredecibles que nunca.
Por si no fuese suficiente, también hay unos pocos Pokémon que pueden adquirir una forma diferente al ser agrandados, algo que se conoce como Gigamax. Su funcionamiento es prácticamente el mismo que el del Dinamax normal, aunque en este caso los ataques de cierto tipo se convertirán en nuevos movimientos exclusivos. Un detalle interesante es que no todos los especímenes de una misma especie pueden alcanzar su forma Gigamax, y ya os vamos avisando que hacerse con ellos es algo mucho más complicado de lo que podría parecer, pues son extremadamente raros de encontrar.
El Área Silvestre, un primer paso en la dirección adecuada
La otra gran novedad de esta entrega la tenemos en la inclusión del Área Silvestre, una zona situada en el centro de Galar que está diseñada como una especie de pequeño mundo abierto, pudiendo movernos por ella con total libertad mientras nos cruzamos con otros jugadores a través de internet o conexión local y participamos en diversas tareas. Además, es el único sitio de todo el título donde la cámara no es fija y la podemos mover a placer, transmitiendo una sensación de escala mayor de lo habitual.
Aunque llegaremos a ella al poco de empezar nuestro viaje, en realidad es uno de los contenidos postgame más importantes de esta edición, ya que los Pokémon que deambulan por por estos lares tienen muchísimo nivel y no se dejan atrapar así como así. En líneas generales, aquí haremos principalmente dos cosas: capturar multitud de criaturas y participar en incursiones.
Respecto a lo primero, decir que el Área Silvestre está dividida en varias zonas y que cada una de ellas sirve de hábitat para unas especies u otras. Además, para hacer las cosas más interesantes, muchas de ellas solo aparecen cuando se dan unas condiciones atmosféricas concretas, algo que cambia a las doce de la noche de cada día, animándonos de esta manera a que juguemos diariamente, aunque solo sea un rato, para ver qué nuevos Pokémon podemos atrapar. Es una idea muy simple, pero que funciona realmente bien y consigue enganchar a medio y largo plazo.
Las incursiones: Todos para uno y uno para todos
Por otra parte, las incursiones son unas batallas cooperativas en las que cuatro jugadores deben colaborar para derrotar a una criatura gigante y así recibir recompensas y tener una oportunidad de capturarla. Cada entrenador solo puede usar un único Pokémon y si este es debilitado tardará un turno en poder volver al combate, aunque si entre todo el equipo se llegan a sumar cuatro bajas perderemos automáticamente y fracasaremos. Evidentemente, nuestro enemigo atacará más de una vez por turno y tiende a tener movimientos para golpear a todo el grupo, por no hablar de la capacidad de invocar barreras para protegerse de cualquier tipo de daño de la que suelen hacer gala, obligándonos a destruirlas a base de golpes.
Aquí nos vemos obligados a señalar que estos combates pueden ser jugados junto a otros personajes controlados por la IA, aunque no son del todo eficientes y nos costará algo más vencer que con la ayuda de otros usuarios. Por desgracia, las incursiones de cinco estrellas, las más difíciles, se superan muy fácilmente con Pokémon bien entrenados y que sean efectivos contra el rival de turno, por lo que no estaría de más que se incluyan en un futuro raids mucho más complicadas y desafiantes que nos obliguen a jugar con cabeza y aporten algo de emoción a estas batallas.
A pesar de ello, realizar incursiones nos ha parecido una actividad muy entretenida y adictiva, ya que suelen premiarnos con grandes recompensas y nos permiten capturar a criaturas muy poderosas, animándonos constantemente a que ayudemos a otros jugadores y a que busquemos en nuestra partida portales que nos lleven a nuevos desafíos. Esto, tal y como podréis suponer, acaba creando un sentimiento de comunidad muy satisfactorio que promete alargar nuestras horas de juego de forma más que considerable.
Otras mejoras y novedades
En otro orden de cosas, también tenemos que destacar una serie de interesantes mejoras que se han realizado en otros ámbitos del juego, como el hecho de que ahora los combates ya no sean aleatorios y podamos ver a los Pokémon salvajes deambulando por el mapa, una característica heredada directamente de Let's Go y que hace que nuestros paseos sean mucho más agradables al poder decidir cuándo queremos combatir. De igual modo, todos los miembros de nuestro equipo recibirán experiencia tras cada combate, hayan participado en la lucha o no, algo que no podemos desactivar de ninguna manera.
La crianza también se ha mejorado muchísimo, haciendo que conseguir un Pokémon perfecto con los IV, EV y la naturaleza que queramos sea más fácil que nunca, ya que dispondremos de numerosos objetos para manipular a placer todo esto y sin límites. Es decir, podremos incrementar todos los EV de una criatura a base de vitaminas y si su naturaleza no es la deseada, tendremos ítems para cambiarla a la que más nos guste, haciendo que el proceso de tener un monstruo viable en el competitivo sea considerablemente menos pesado, lento y aburrido. Evidentemente, también vuelven las chapas plateadas y doradas para perfeccionar los IV y recordar movimientos que hayamos olvidado es algo completamente gratuito que se puede hacer desde cualquier Centro Pokémon.
De igual modo, os interesará saber que ahora podemos acceder al PC y a nuestras cajas en cualquier lugar, siempre y cuando no estemos en el interior de un gimnasio o en medio de una competición oficial, por lo que es posible cambiar a los miembros de nuestro equipo siempre que queramos.
Tampoco nos podemos olvidar del hecho de que no hay nada equivalente a las MO o las Pokémonturas, por lo que no esperéis recibir habilidades ni herramientas con las que poder interactuar con el mapa y con la que abrir nuevos caminos. Lo más parecido en este sentido lo tenemos en la posibilidad de realizar viajes rápidos con tan solo abrir el mapa y seleccionar el lugar al que queremos ir (esto es algo que obtendremos en las dos primeras horas de la aventura) y la bicicleta, un método de transporte que, en un punto muy avanzado de la partida, nos permitirá correr por el agua para llegar a nuevos lugares, siendo esto lo único que aporta algo de backtracking para buscar ítems secretos en las rutas ya recorridas. En resumen, Vuelo y Surf de toda la vida, pero más simplificados.
Si sois de los que disfrutan personalizando a su avatar, también os alegrará saber que se ha potenciado enormemente esta faceta del juego, ya que dispondremos de una ingente cantidad de prendas, accesorios, peinados y opciones para darle un toque único a nuestro héroe o heroína. Siguiendo esta línea, ahora también dispondremos de una tarjeta de entrenador completamente configurable que podremos intercambiar con aquellos jugadores con los que interactuemos.
Mucho menos interesantes nos han parecido los Poké Campamento, un lugar donde podemos interactuar y jugar con nuestras criaturas y cocinar curri junto a ellos para curarlas y ganar diferentes ventajas. Si bien podemos visitar los campamentos de otros jugadores, se trata de algo que nos ha parecido extremadamente anecdótico y a lo que casi no le hemos sacado partido. En este mismo saco podemos meter los Poké Encargos, con los que podremos enviar a nuestros Pokémon a cumplir unas misiones de diferente duración en tiempo real para que reciban un extra de experiencia, un método muy poco efectivo si lo comparamos con otras formas de subir nivel que el juego nos ofrece.
Finalmente, el multijugador también ha recibido jugosas mejoras, como la posibilidad de crear torneos con reglas personalizadas y modo espectador mediante código. Además, ahora conectar con otros usuarios es muy sencillo e intuitivo, existe una especie de "Twitter" que nos indica las hazañas de otros jugadores y las actividades que hay disponibles, y los intercambios son muy sencillos y rápidos.
El eterno dilema de la dificultad y la duración
Por otro lado, uno de los aspectos que más critican los jugadores de la serie suele radicar en la escasa dificultad de la historia principal, algo que no ha cambiado aquí. Si bien con el repartir experiencia obligatorio se ha conseguido equilibrar a los enemigos de otro modo para que ya nos les saquemos diez niveles y vayamos más o menos a la par con ellos, sigue siendo un juego en el que es muy difícil morir a poco que vayamos bien cargados de pociones e ítems curativos.
Sobre su duración, nosotros hemos tardado unas 18 horas en llegar a los títulos de créditos y tras ellos todo se resume en combatir en la desafiante Torre de Batalla (organizada ahora por rangos y categorías en las que debemos ascender para poder optar a mejores recompensas), superar una pequeña historia adicional e invertir horas y horas en el Área Silvestre y en las incursiones. Probablemente, lo más decepcionante haya sido la escasísima cantidad de legendarios que hay esta vez, siendo la entrega de la serie con el menor número de ellos.
Un apartado gráfico con luces... y demasiadas sombras
En lo que respecta a su apartado gráfico, no podemos esconder nuestra decepción con lo que nos hemos encontrado. De hecho, se trata de un título extremadamente irregular, capaz de lo mejor y de lo peor, con fallos difícilmente perdonables a día de hoy, sobre todo tras haber visto de lo que la consola es capaz con otros juegos de su catálogo.
Empezando por lo positivo, el modelado de los Pokémon y los entrenadores nos ha gustado muchísimo. Se nota que es algo en lo que se ha puesto mimo y el cel shading que se les ha dado les sienta estupendamente, por no hablar del fantástico diseño artístico que impregna toda la obra, dejándonos con algunos escenarios muy bellos. Además, la puesta en escena que tienen los combates cuando los Dinamax entran en juego es todo un espectáculo.
Sin embargo, nos resulta incomprensible la gigantesca pereza y desidia que transmiten las animaciones durante los batallas y ciertas secuencias, donde no vemos apenas mejoras respecto a lo visto en Nintendo 3DS, limitándose, una vez más, a incluir solo una animación para los ataques físicos y otra para los especiales, por lo que no se han adaptado los movimientos a la forma de moverse de las criaturas. Ya no hablamos solo de que los Pokémon no entren en contacto entre sí al pegarse ni de que la mayoría de animaciones sean lamentables, como bien demuestran algunas como Doble Patada, sino también de que seguimos sufriendo cosas como realizar un Golpe Cabeza y que nuestro monstruo pegue una patada. Curiosamente, las únicas animaciones que se han currado de verdad han sido las de los movimientos exclusivos de ciertos seres, que sí que están bastante bien.
Tampoco se libra de algunos errores muy extraños como el hecho de que a veces desaparezcan los modelados de los entrenadores cuando los Pokémon realizan algún ataque o que haya una cantidad vergonzosa de popping, con personajes, criaturas y elementos del escenario cargando de forma muy repentina y poco disimulada frente a nuestras narices a medida que nos acercamos a ellos.
Pero, sin duda, la peor parte se la lleva el Área Silvestre, donde no hay prácticamente nada que rescatar: texturas borrosas y de hace varias generaciones, efectos climatológicos muy poco trabajados, carga tardía de elementos, una sensación de vacío constante a pesar de haber montones de monstruos, etcétera. Resulta muy difícil de comprender que una saga tan exitosa e importante haya evolucionado tan poco con el salto de generación, pero si hay algo que nos ha quedado claro es que carece de los valores de producción que se esperan de una obra tan relevante como esta. Al menos, os alegrará saber que se ve y rinde bien en portátil.
Lo que sí que nos ha encantado ha sido su banda sonora, probablemente la más loca, atrevida y experimental de la serie, y también una de las más brillantes. Capta a la perfección todo lo que vemos en pantalla, no duda en juguetear con diversos estilos e incluso se permite el lujo de modificarse de forma dinámica cuando a los rivales más importantes les queda tan solo una criatura, aumentando la épica y la intensidad de estos enfrentamientos. Una auténtica pasada que no nos cansamos de escuchar. Los efectos mantienen la tónica habitual y, una vez más y de forma inexplicable, volvemos a quedarnos sin doblaje de ningún tipo tanto para los monstruos como para los personajes, algo que aquí se echa más de menos que nunca y que provoca que muchas secuencias pierdan toda su intensidad y queden hasta ridículas.
Conclusiones
Pokémon Espada y Escudo dista de ser el siguiente paso en la evolución de una de las sagas más importantes de la industria. Tras haberle dedicado multitud de horas, la sensación que nos ha dejado es la de ser una entrega de transición destinada a marcar las pautas y la dirección que se quiere tomar en el futuro. No sabemos si es que Game Freak necesitaba más tiempo o si otros problemas se han interpuesto en su desarrollo, pero lo cierto es que esperábamos mucho más de esta aventura.
A pesar de todo, y como buen Pokémon que es, sigue siendo un juego muy divertido, entretenido y adictivo con el que nos lo hemos pasado genial. Tanto es así que nos ha dejado con el gusanillo de seguir jugando para completar nuestra Pokédex y entrenar a nuestro equipo ideal. Además, aporta novedades muy interesantes y agradecidas, como el Área Silvestre, el fenómeno Dinamax, las incursiones o las mejoras en la crianza, por no hablar de lo muchísimo que nos ha gustado la octava generación de estos carismáticos monstruos de bolsillo. Si te gusta la saga, difícilmente no disfrutarás con todo lo que Galar tiene que ofrecerte, pero si esperabas un salto realmente cualitativo que la llevase al siguiente nivel, quizá esta entrega te acabe por decepcionar.
Hemos realizado este análisis tras finalizar el juego en un evento de review al que fuimos invitados por Nintendo.