Análisis Metroid Prime Remastered, la espectacular remasterización de uno de los mejores juegos de la historia (Switch)

Se suele decir, y no sin razón, que los recuerdos pueden ser muy engañosos. Cuando una experiencia nos causa un gran impacto y nos deja una huella imborrable por el motivo que sea, nuestra memoria tiende a idealizarla y a recordarla mejor de lo que realmente fue, algo que se intensifica con aquellas cosas que marcaron nuestra infancia y juventud. Por ello, la nostalgia es un arma muy peligrosa que puede derivar en que nos llevemos una desilusión al reencontrarnos con aquellos libros, películas, series y videojuegos del pasado que tanto nos hicieron disfrutar en su día. No porque sean malos productos, sino por cómo los recordamos.

Este es precisamente el gran desafío al que se tienen que enfrentar las remasterizaciones de aquellas obras clásicas e intocables que todos tenemos en un pedestal: el de traerlas de vuelta con una nueva versión que esté a la altura de las vivencias que perduran en nuestra memoria para que nos hagan sentir, una vez más, la misma magia.

Hasta la fecha, muy pocos productos de este tipo han conseguido ese objetivo, motivo por el que nos ha resultado inevitable quedarnos con la boca completamente abierta al echarle el guante a Metroid Prime Remastered, todo un ejemplo de buen hacer que vuelve a poner en boca de todos no solo una obra maestra inmortal y completamente ajena al paso del tiempo capaz de rivalizar con los recuerdos más magnificados sin necesidad de revisiones de ningún tipo, sino también uno de los mejores juegos de toda la historia del medio.

La gran aventura de Samus Aran

De este modo, Metroid Prime Remastered nos ofrece la oportunidad de revivir la misma aventura que ya nos maravilló en 2002 con todas sus virtudes intactas.

Así pues, volveremos a encarnar a Samus Aran en una aventura de acción y plataformas 3D en primera persona en la que deberemos explorar un misterioso planeta analizando nuestro entorno, enfrentándonos a todo tipo de criaturas y peligros, encontrando secretos y potenciadores y, sobre todo, consiguiendo nuevos poderes y habilidades que nos permitan acceder a nuevos lugares de su gigantesco mapa.

Es uno de esos juegos a los que resulta muy difícil hacer justicia solo con palabras, ya que todo lo que hace lo hace de manera impecable y con un nivel de maestría que sigue dejando en evidencia a la inmensa mayoría de producciones actuales: desarrollo, diseño de niveles, ambientación, precisión de los controles, mecánicas de juego, enemigos, jefes, el ritmo al que se consiguen los poderes... Hasta la historia y la forma en la que se nos narra resultan interesantísimos. Como decimos, todo esto sigue muy vigente y no ha perdido ni un solo ápice de su capacidad para divertirnos y enamorarnos.

Se trata de una obra muy artesanal y con un nivel de detalle enfermizo incluso en aspectos que pasan desapercibidos a simple vista, testimonio del mimo y cariño que puso Retro Studios en su día a la hora de trasladar la saga a la tercera dimensión de la mejor manera posible y sin perder su esencia ni diluir todo aquello que la hace única y especial, algo para lo que se tuvieron que llevar a cabo ideas muy inteligentes e incluso revolucionarias.

Sabemos que a estas alturas no os estamos contando nada nuevo, pero creemos que es conveniente recalcar lo divertido y asombroso que sigue siendo un juego de 2002 en pleno 2023. Aquí hay mucho más que nostalgia y todas sus virtudes se han mantenido intactas en esta nueva versión, por lo que no encontraréis ningún cambio que pueda afectar negativamente ni a su jugabilidad ni a sus contenidos.

Un espectacular lavado de cara

Ahora bien, esto no quiere decir que Retro Studios se haya quedado de brazos cruzados y se haya limitado a realizar una simple conversión del título a Switch, ya que también ha aprovechado la ocasión para rehacer por completo su apartado gráfico con unos resultados espectaculares. Tanto es así que estamos hablando de uno de los juegos más punteros a nivel técnico de todo el catálogo de la consola.

Nuevos modelados para Samus, los enemigos y los jefes, escenarios más detallados y con una carga poligonal mucho mayor, nuevas y mejores texturas, un nuevo sistema de iluminación que funciona de lujo y da unos resultados fantásticos, efectos mejorados (y ojo, ya que se recuperan algunos de los que se perdieron con su versión de Wii) y un largo etcétera de cambios, mejoras y novedades visuales de la más alta calidad. Lo mejor de todo es que esto se ha hecho con un gusto exquisito y con una dirección de arte que no altera lo más mínimo la del original, evocándonos exactamente las mismas sensaciones de hace más de 20 años.

Por si no fuese suficiente, las cargas son ahora muchísimo más rápidas y nunca hemos tenido que esperar a que cargue una sala para que la puerta se abra, la resolución es bastante alta, el AA es muy eficiente y disimula cualquier tipo de borde dentado que pueda tener la imagen y el rendimiento es simple y llanamente perfecto, manteniendo las 60 imágenes por segundo en todo momento. Y sí, todo esto se aplica tanto en portátil como en sobremesa, garantizándonos una experiencia soberbia independientemente de dónde decidamos jugarlo.

Aquí conviene destacar que se nota que gran parte del código del original sigue funcionando bajo la superficie y que se ha usado como base para hacer esta remasterización (es decir, no se ha rehecho todo desde cero), algo que queda muy patente en detalles como las físicas de los saltos y la morfosfera o la IA enemiga.

Por otra parte, el sonido también se ha mejorado, lo que resulta especialmente notable en los efectos por la contundencia y nitidez de la que hacen gala ahora, aunque su genial banda sonora tampoco se queda atrás en este sentido, sin la cual sería imposible entender la absorbente atmósfera de la aventura.

Nuevas y viejas formas de jugar

Más allá de las mejoras técnicas, nos ha alegrado comprobar que se han incluido cuatro esquemas de control diferentes. Por un lado, tenemos tanto el sistema clásico de GameCube con un solo stick como el de Wii con controles por movimiento apuntando a la pantalla, a los cuales tenemos que sumarles un nuevo de doble stick y otro híbrido. El primero nos permite jugar exactamente de la misma forma en la que lo haríamos en cualquier juego de acción moderno, pudiendo movernos con el stick izquierdo y apuntar libremente con el derecho, algo que resulta comodísimo y que le sienta de fábula. Por supuesto, con el sistema híbrido podremos apuntar moviendo el mando o la consola mientras controlamos el juego con los botones.

Todas son buenas opciones y es de elogiar que se nos dé la oportunidad de revivir esta odisea con sus controles originales al mismo tiempo que se nos da acceso a nuevos sistemas más actuales, por lo que, al final, escoger entre un esquema u otro será una cuestión de simples gustos personales. Desde luego, no os equivocaréis con ninguna de ellas.

Por último, queremos señalar que la galería de extras se ha actualizado con los nuevos materiales que se han utilizado para la remasterización, se han añadido algunas opciones de accesibilidad como un modo para daltónicos y hasta podemos escoger si queremos jugar con voces para ciertas escenas y situaciones o no.

Conclusiones

Metroid Prime fue, es y seguirá siendo una obra maestra imprescindible que todo el mundo con un mínimo de interés y pasión por este hobby debería jugar al menos una vez en su vida, algo que esta nueva versión vuelve a reivindicar con más fuerza que nunca gracias a un lavado de cara gráfico espectacular y a sus múltiples opciones de control. No vamos a negar que el hecho de que no incluya sus secuelas nos ha decepcionado un poco, pero ahora mismo, pocos juegos vais a encontrar en Nintendo Switch o plataforma alguna capaces de rivalizar con esta legendaria aventura. Sin duda, una de las mejores remasterizaciones que jamás se han hecho y todo un ejemplo a seguir.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.