Análisis de Ninja Gaiden: Ragebound. Un nuevo clásico y uno de los mejores videojuegos hechos en España (PS5, PC, Xbox Series X, Switch, PS4, Xbox One)
Desde el mismo instante en el que iniciamos Ninja Gaiden: Ragebound por primera vez y comenzamos nuestra partida supimos que estábamos ante algo especial. Fue una sensación difícil de describir con palabras, pero que solo los juegos hechos desde el cariño y el más profundo respeto saben transmitir. Las secuencias narrativas al más puro estilo Tecmo Theater de la trilogía de NES, la respuesta a los mandos, el pixel art, la música, los infinitos guiños a toda la saga… Todo es justo como debe ser y tiene esa aura mágica capaz de transportarnos a otros tiempos sin dejar de ser por ello una obra moderna. Uno de esos pocos títulos que consiguen juntar el pasado y el presente para dar forma a algo tan nuevo como nostálgico.
Se nota, y mucho, que en The Game Kitchen hay auténticos apasionados de Ninja Gaiden y que lo han dado todo por hacer justicia al legado de una serie tan legendaria como esta, y esa pasión es algo que, como fans que también somos, resulta contagiosa hasta el punto de que una vez empezamos a jugar, no hemos podido soltar el mando ni siquiera tras llegar a sus títulos de créditos.
O dicho de otro modo, no estamos solo ante el renacer que siempre hemos soñado de la vertiente 2D de la saga, sino también ante uno de los mejores juegos que se han hecho jamás en España. Y eso es mucho decir.
Nuevos ninjas, misma diversión
Así pues, lo primero que debéis saber es que estamos ante una aventura de acción y plataformas 2D muy arcade que huye de muchas de las convenciones y modas actuales para mantenerse fiel al espíritu de Ninja Gaiden. Esto quiere decir que no se trata del enésimo metroidvania, sino de un título clásico estructurado por fases de corte lineal en el que nuestro objetivo no es otro que avanzar y sobrevivir a todos los obstáculos, trampas y enemigos que nos salgan al paso mientras progresamos por los escenarios, una decisión que nos ha parecido un rotundo acierto y que demuestra que las fórmulas de toda la vida y con un planteamiento más directo siguen siendo igual de válidas que siempre a la hora de hacernos pasar un rato estupendo con nuestra consola o PC.
Esta vez la historia se desarrolla en paralelo a la del primer Ninja Gaiden de NES (el cuál, os recordamos, está situado a nivel cronológico tras la trilogía 3D), por lo que en este juego no controlamos a Ryu Hayabusa, sino a Kenji, su discípulo, quien debe emprender un viaje para detener una invasión demoniaca.
Sin embargo, este nuevo héroe no está solo, ya que, por motivos que no vamos a desvelar, acaba vinculado a Kumori, una ninja del clan de la Araña Negra, los eternos rivales del clan Hayabusa. Como podréis suponer, la historia es simplona hasta el extremo y no pasa de ser una mera excusa para justificar los mil y un líos en los que nos vemos envueltos a la vez que se aprovecha la narrativa para incluir montones de referencias y guiños tanto a las entregas 2D como 3D. Eso sí, todo ello muy bien encajado dentro de la cronología oficial y con una relación entre sus dos protagonistas que, aunque tópica, nos ha gustado, especialmente por la forma en la que va evolucionando de enemigos jurados a auténticos compañeros de armas.
Centrándonos ya en lo verdaderamente importante, decir que los controles son prácticamente perfectos. Tanto Kenji como Kumori se mueven con suma agilidad y responden de maravilla a nuestras órdenes, logrando que la experiencia de juego sea tremendamente satisfactoria para que el simple hecho de mover, saltar y atacar resulte divertido en sí mismo y nunca podamos echarle la culpa de nuestros fracasos a otra cosa que no sea nuestra propia habilidad.
Algo que hay que destacar es que aquí no tenemos campañas separadas para cada personaje ni nada similar, ya que ambos están "fusionados". De este modo, la inmensa mayoría del tiempo controlamos a Kenji, aunque hay secciones en cada fase en las que debemos manejar a Kumori para realizar algún tipo de tarea contrarreloj que nos permita abrir el camino para continuar. Durante estas partes, debemos avanzar a toda velocidad recogiendo unos orbes azules que nos dan unos imprescindibles segundos extra que necesitamos para llegar a nuestro destino, suponiendo así pequeños momentos de ruptura con el desarrollo normal de los niveles en los que incluso hay alguna que otra mecánica exclusiva.
Si bien Kumori se especializa en el combate a distancia gracias a sus kunais, Kenji es todo lo contrario y mantiene un estilo de juego que recuerda indudablemente al de Ryu en los Ninja Gaiden de NES, aunque con una buena cantidad de añadidos que hacen que la jugabilidad sea considerablemente más táctica y estratégica.
De este modo, además de saltar, esquivar y atacar cuerpo a cuerpo con nuestra espada, también podemos usar los ataques a distancia de Kumori si llenamos un medidor de energía a base de golpear a los enemigos. Por supuesto, contamos con la habilidad de escalar paredes y de movernos por los techos y se ha añadido un movimiento que nos permite realizar un giro ofensivo en el aire si volvemos a pulsar el botón de salto. Si con esta maniobra golpeamos a un enemigo u otro elemento del escenario, rebotaremos sobre él y ganaremos altura, algo que tiene una importancia fundamental durante todos los niveles y que no hemos parado de usar en toda la aventura tanto para "plataformear" como para luchar.
Finalmente, contamos con un ataque cargado que nos permite destruir ciertos elementos del escenario y acabar con cualquier rival de un solo golpe (a excepción de los jefes), superando incluso sus defensas. Si bien podemos mantener el botón para cargarlo a cambio de perder parte de nuestra barra de salud, los niveles están diseñados de tal modo que rara vez dejamos de toparnos con rivales rodeados por un aura especial. Si el aura es de color azul y lo liquidamos con un golpe cuerpo a cuerpo, nuestro siguiente ataque será cargado (independientemente de si es a corta o larga distancia), mientras que si el aura es rosa deberemos eliminarlo con un movimiento de largo alcance para obtener el mismo beneficio.
Por lo general, siempre que hay un enemigo especialmente duro o con escudo para protegerse, hay otro rival con aura cerca para que podamos ejecutar un ataque cargado, una dinámica que convierte muchos de los enfrentamientos del título en pequeños puzles que nos obligan a adoptar un enfoque más táctico para decidir qué blancos priorizar, en qué orden acabar con ellos y con qué movimientos.
Todo esto se traduce en un juego tremendamente divertido, ágil y muy satisfactorio a los mandos que solo necesita unas pocas mecánicas para que nunca nos aburramos de combatir y saltar, pero si hay algo que destaca sobremanera y que ayuda a elevar todas estas virtudes es su diseño de niveles, el cuál es simple y llanamente sensacional.
Las fases son increíblemente variadas, tienen un ritmo absolutamente frenético y no conocen la palabra relleno. Cada paso que damos suele plantearnos una nueva mecánica o un nuevo desafío distinto a los demás y no hay un solo momento en el que nos dejen relajarnos o respirar, ya que siempre hay peligros que afrontar que nos obligan a estar constantemente en movimiento y haciendo cosas. Y ojo, esto que os comentamos se aplica incluso dentro de un propio nivel, los cuáles no dejan de evolucionar tanto en lo mecánico como en lo audiovisual a medida que progresamos por ellos.
En parte, esto también se logra gracias al gigantesco bestiario del que hace gala. Ya desde las primeras pantallas sorprende la gran variedad de enemigos que hay, todos ellos con sus propios patrones, habilidades y características a tener en cuenta a la hora de lidiar con ellos, un repertorio de monstruos y rivales que no deja de crecer durante toda la aventura y que el título combina y posiciona de formas muy inteligentes para que siempre supongan un reto.
Y hablando de enemigos, mención especial a los numerosos jefazos que nos esperan al final de cada nivel, ya que nos ofrecen algunos de los mejores momentos de todo el juego. Por lo general suelen tener un tamaño más que considerable, son luchas con unos patrones muy bien definidos y planteados que van evolucionando a medida que les bajamos la barra de vida, ofrecen un gran espectáculo visual y son combates muy variados en los que siempre debemos hacer cosas distintas para salir victoriosos.
Además, aunque sean fases lineales, son tremendamente rejugables, pues esconden un buen número de secretos en forma de coleccionables y niveles ocultos, tienen desafíos opcionales (algunos de ellos realmente complicados) y un sistema de rangos que no nos pone nada fácil obtener la máxima clasificación. Quizá lo único que "criticaríamos" serían un par de pantallas en las que avanzamos sobre una moto y una moto acuática que sin ser para nada malas, no nos han parecido que estén al mismo nivel que el resto.
Llegados a este punto probablemente os estéis preguntando por la dificultad, ya que si hay algo que siempre ha caracterizado a esta saga es lo difíciles que son todos sus juegos. En este caso nos hemos encontrado ante un juego exigente, aunque muy asequible que casi todo el mundo debería ser capaz de poder terminar. Sí, nos obliga a estar muy atentos en todo momento y a jugar concentrados, pero es bastante permisivo con los errores, como bien demuestran las cantidades de daño que nos hacen y los numerosos objetos curativos y puntos de control que hay a lo largo de las fases. Es más, hasta existe un menú para reducir la dificultad que nos permite modificar numerosos ajustes para adaptar el nivel de exigencia a nuestras necesidades
Aquí creemos que The Game Kitchen ha acertado de lleno, ya que nos ofrece un juego que, por un lado, es accesible y disfrutable por el gran público, pero que también esconde retos de gran dificultad para quienes quieran profundizar en sus contenidos y completarlo al 100 %. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en el modo difícil que se desbloquea al terminar la historia principal por primera vez, el cuál nos ha parecido una auténtica maravilla, pues modifica los niveles por completo.
Los enemigos tienen prácticamente la misma vida que en normal, pero tanto su posicionamiento como las trampas cambian, ofreciéndonos unas combinaciones de rivales mucho más complicadas y unas pantallas sin apenas zonas seguras que nos fuerza a afinar muchísimo mejor nuestros saltos y movimientos. Es más, hay hasta nuevas variantes de ciertos tipos de rivales, por lo que nos ha encantado la forma en la que el estudio ha planteado este modo de mayor dificultad, algo que se nota claramente inspirado por lo que hizo Tomonobu Itagaki en las dos primeras entregas 3D. En cierta forma, el modo difícil es casi como un juego diferente que bien merece que le demos una oportunidad.
Aquí también conviene destacar que durante la partida podemos encontrar unos escarabajos dorados que sirven para comprar nuevas técnicas definitivas y unos amuletos que podemos equiparnos. Estos talismanes pueden ser tanto beneficiosos como perjudiciales, así que nos sirven para ponernos las cosas incluso más complicadas si así lo deseamos con modificadores como que los puntos de control no nos curen o que volvamos al principio de la fase si nos matan.
En total, llegar a los títulos de crédito es algo que nos ha llevado unas cuatro horas y media sin detenernos demasiado a investigar o a cumplir desafíos opcionales, aunque se trata de un juego tan rejugable y nutrido de contenidos que si queréis hacerlo y verlo todo os va a dar fácilmente entre 20 y 30 horas de diversión según vuestro nivel de habilidad, una cifra muy respetable. Y os aseguramos que vais a querer hacerlo, ya que esconde algunas sorpresas que merecen mucho la pena y es un juego tan divertido que no os vais a cansar de repetir las fases hasta perfeccionarlas.
Espectáculo pixel art
En lo que respecta a su apartado gráfico, tenemos un título con un pixel art simplemente espectacular y con algunos de los mejores escenarios y animaciones de personajes que recordamos haber visto nunca con esta técnica gráfica. Los sprites son grandes y están muy bien definidos, los decorados nos dejan algunas estampas de una belleza sobrecogedora, la dirección de arte está a un gran nivel y todo se mueve con una fluidez y un detalle pasmoso. Sin duda, uno de esos juegos que entran y enamoran por los ojos antes siquiera de coger el mando.
Por suerte, el sonido no se queda atrás y nos regala una banda sonora fabulosa, pegadiza, repleta de temazos y con múltiples inspiraciones distintas, pero que siempre se caracteriza por lo movidas y dinámicas que son sus composiciones. Y sí, hay algunas remezclas de temas clásicos que nos han puesto los pelos de punta, por no hablar del detallazo que resulta el hecho de que los temas vayan variando y evolucionando dentro de cada nivel para adaptar su instrumentación y su ritmo a lo que sucede en cada sección. Por su parte, los efectos también están a un gran nivel, son variados y de calidad. Como apunte, comentar que no hay voces, pero los textos están en español.
Conclusiones
Ninja Gaiden: Ragebound es un auténtico juegazo con el que The Game Kitchen ha firmado su mejor obra hasta la fecha. Una aventura prácticamente imprescindible para cualquier fan de la saga o de los juegos de acción y plataformas en general que acierta de pleno en prácticamente todo lo que hace para deleitarnos con un frenético viaje que no da un segundo de respiro: variado, desafiante, muy rejugable, con un diseño de niveles exquisito y con multitud de sorpresas y momentazos que impiden que nos aburramos lo más mínimo. Y todo ello aderezado por numerosos e interesantes extras, unos controles perfectos, unas mecánicas muy bien planteadas y un apartado audiovisual de primer nivel.
Koei Tecmo se ha propuesto resucitar a lo grande a esta legendaria saga y tras el notable Ninja Gaiden 2 Black, Ragebound es la confirmación de que va por el buen camino y que la decisión de apostar por una entrega 2D desarrollada por los creadores de Blasphemous ha sido la mejor posible. Si Ninja Gaiden 4, previsto para octubre, está a la altura de las circunstancias y mantiene el nivel que hemos visto en esta producción, os podemos asegurar 2025 va a ser un año que dificilmente olvidaremos. No os lo penséis y dadle una oportunidad.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Cosmocover.