Análisis MotoGP 21, vuelve el juego oficial del Campeonato Mundial de Motociclismo (PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Switch, PS4, PC)
De un tiempo a esta parte son varios los estudios de desarrollo especializados en recrear juegos de velocidad de diferentes estilos. Codemasters, Turn10 Studios, Polyphony Digital o Milestone nos ofrecen una amplia cantidad de títulos basados en el mundo del motor, siendo este último equipo italiano el que nos ocupa. ¿Y por qué? Pues porque cada temporada por estas mismas fechas nos trae la competición más seguida y espectacular del mundo ligada al mundo de las motos. MotoGP 21 aparece en todos los formatos de juego actuales (incluyendo PC, Switch y las consolas de Nueva Generación) para alegría de sus miles de incondicionales que existen en nuestro territorio, que como ya sabéis es uno de los mercados principales y que, de hecho, aporta un buen número de torneos a dicha competición oficial, cuatro exactamente (Jerez, Cataluña, Valencia y Aragón).
Como suele ser habitual en las sagas anuales, y más en las de carácter deportivo, los cambios y las innovaciones que se han integrado a esta edición son más bien livianos. Algo que no por esperado vamos a pasar por alto y que en un momento vamos a comentar con todo lujo de detalles, aunque lo primero que también es preciso afirmar por si todavía hay algún despistado es su carácter oficial.
MotoGP 21 es el único juego oficial que posee la licencia de la Dorna para incorporar a todos los pilotos, equipos, circuitos y demás parafernalia que rodea al acontecimiento relacionado con el mundo de las motos más importante de todo el mundo. Una licencia que vale su peso en oro para multitud de entusiastas y seguidores de Marc Márquez, Valentino Rossi y compañía.
Un gran Trayectoria
Una de las principales cualidades que posee este título de velocidad tiene que ver con lo completo que resulta en términos globales. Eso es, porque si por algo puede presumir esta saga desde hace un tiempo es por ofrecer a los jugadores una amplia gama de opciones y modos de juego que es capaz de satisfacer incluso al usuario más exigente. Y eso que hilando fino en este sentido se le puede achacar el hecho de no incluir modo multijugador a pantalla partida, ni siquiera a dobles, una modalidad que de un tiempo a esta parte y con el auge del modo online, cada vez está más en desuso… pero algunos usuarios (los menos, también es cierto) la echan de menos.
Como ya es costumbre en esta franquicia y retomando lo recreado en la versión del pasado año (y que fue bien recibido por los usuarios), el modo de juego principal es Trayectoria. Una opción realmente atractiva y bien confeccionada que ha sido depurada en esta entrega y que va más allá de la sucesión de carreras con el afán de llegar al trono de la categoría MotoGP. En lugar de eso, en esta modalidad tenemos que llevar las riendas de todo un equipo y encargarnos de prácticamente todo, incluyendo los fichajes del personal más adecuado, la gestión de multitud de elementos que rodean a este evento (como la esponsorización, los contratos, etc.) y demás aspectos fundamentales. Un modo de juego que se hace bastante interesante y que además goza de una extensión considerable, por no hablar de que resulta igualmente muy rejugable.
A esta gran modalidad se suman las que siempre suelen acompañar ya no solo a esta saga, sino a casi cualquier título similar. Campeonato, Contrarreloj, Gran Premio o acceder a diversos tutoriales son opciones que están bien presentes… aunque evidentemente en este sentido destaca el modo online, el cual puede acoger hasta 22 pilotos simultáneos en las versiones de nueva generación (12 en el resto). Una oferta bastante completa a la que se echa de menos alguna que otra opción más original y que se salga de lo tradicional en este terreno, aunque también es cierto que a esto se suman opciones adicionales como el modo Foto o la posibilidad de acceder a diferentes editores (pilotos, cascos, pegatinas, etc.). En definitiva, se trata de un juego muy completo en este sentido, algo que suele cuidar mucho Milestone en todas sus producciones.
En cuanto a su vertiente jugable, nuevamente estamos ante un título que destaca especialmente por la increíble flexibilidad que ofrece a los jugadores. Eso es, dado que en función de nuestros gustos y nivel de habilidad, podemos recrear una experiencia más arcade o, por el contrario, enfrentarnos a un simulador que confesamos que en nuestro caso es capaz de sonrojarnos por lo complicado que puede llegar a ser mantener la moto en la pista desactivando todas las ayudas posibles (transmisión, trazada, frenada…) y aumentando el nivel de dificultad general. Un auténtico desafío en este último caso apto únicamente para los jugadores más expertos pero que, reiteramos, puede ser increíblemente rebajado si así lo deseamos. En cualquier caso y una vez en la pista, las sensaciones que nos deja el título son realmente buenas, siendo un juego muy disfrutable y que alcanza unas cotas de realismo muy elevadas.
Entrando ya en el terreno de las novedades, lo cierto es que no hay demasiado que rascar, aunque algunas de las innovaciones tienen su relevancia, especialmente en la versión que hemos probado correspondiente a PS5. Una de las más curiosas es que, si jugamos en plan simulación, cuando nos caemos de la moto tenemos que ir nuevamente a buscarla para tratar de salir a la pista de nuevo. Más calado poseen todo lo relacionado con las gomas y las frenadas. En esta ocasión las frenadas tienen mucha más relevancia y tenemos que estar pendientes sobre si se calientan demasiado las pastillas de freno para no perder eficacia. Y lo mismo sucede con los neumáticos, que van desgastándose y perdiendo adherencia con el paso de las vueltas. También nos ha dado la sensación de que la suspensión de las motos también se nota bastante, especialmente cuando pasamos por encima de los pianos, otro elemento que aporta un mayor grado de autenticidad y que, seguramente, serán los más expertos los que más noten todo esto… al igual que sucede con los reglajes. Un aspecto que en esta entrega ha ganado en posibilidades y trascendencia y que ofrece un mayor control sobre el posterior comportamiento de las motos y su rendimiento.
También se deja notar una ligera evolución en lo ligado a las versiones de Nueva Generación, PS5 en este caso dado que es la que hemos probado como ya os hemos comentado. El título pone en liza una resolución dinámica de 4K y 60 cuadros por segundo cuyo rendimiento no baja un ápice en ningún momento, a lo que se suma una mejor iluminación y, lo que más nos ha gustado, unos tiempos de carga de apenas cinco segundos para acoger cada circuito. Tampoco queremos olvidarnos de las bondades que nos ofrece el DualSense, donde la resistencia de los gatillos juega un papel bastante importante a la hora de tratar de transmitir un mayor realismo a cada prueba en la que tomamos partido. Un acabado técnico más que solvente al que se une un buen doblaje a nuestro idioma y efectos recreados con bastante esmero.
Una saga que sigue evolucionando
Evidentemente y como les sucede a todas las sagas anuales, este simulador de motos va dando pequeños pasos en cada nueva entrega que llega hasta los usuarios, siendo muy complicado establecer cambios y mejoras drásticas en su haber. MotoGP 21 es una edición muy sólida y, sobre todo, verdaderamente completa que seguramente hará las delicias de todos los amantes al mundo de las dos ruedas y del motor en general. Las opciones de personalización que presenta son muy amplias y están bien plasmadas, la cantidad de modalidades que incorpora aseguran diversión para muchos meses y el manejo es tan flexible que puede ser ajustado perfectamente por cualquier tipo de usuario. Es cierto que más allá de algunas integraciones menores, la actualización de pilotos y equipos y, en las consolas de Nueva Generación, de un acabado gráfico más potente, no aporta demasiadas innovaciones en relación a lo establecido en la versión de la temporada pasada. Pero a pesar de eso, en general se trata de un muy buen título de velocidad.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código de descarga proporcionado por Koch Media.